Al este de Oporto, la ruta que persigue la memoria del románico portugués invita a un viaje inspirador a través de un ramillete de lugares con historia, madurada en tierra forjada en verde y siempre repleta de tradiciones y sabores.

Lo descubrirás sin recorrer demasiados kilómetros por el encanto de sus conjuntos monásticos, iglesias, capillas, puentes, castillos y torres señoriales, construidos en piedra, en un territorio muy fértil repleto de viñas, olivos y árboles frutales.

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Viajamos desde Oporto por las tierras de los ríos que rodean los valles del Sousa, del Duero y del Támega. Sólo será necesario una media hora en coche por la A-42 para alcanzar el Monasterio de San Pedro de Ferreira, uno de los monumentos más expresivos del románico portugués por sus capiteles, columnas, arquivoltas y motivos ornamentales.

 

Los pueblos más bonitos de la Ruta del Románico portugués | Tu Gran Viaje
Monasterio de San Pedro Ferreira © Javier Carrión

 

En el interior te llamará la atención una escultura de San Pedro en piedra de finales del siglo XIV, situada antiguamente en la fachada principal y ahora localizada en el altar mayor, aunque los historiadores alaban también su pórtico exterior occidental con ocho columnas decoradas con bellos capiteles, unos con lacerías y animales y otros con vegetales.

Centro de Interpretación y cine de animación

Continuando por la misma carretera unos once kilómetros la parada en el Centro de Interpretação do Românico en Lousada (CIR) resulta interesante porque nos permite entender mejor este itinerario y el significado de este primer gran estilo arquitectónico europeo. Las siete salas interactivas del CIR, así como el techo del edificio en forma de espina de pez, son llamativos, aunque a la hora de elegir una estancia la dedicada a los constructores se lleva la palma pues en ella se muestra con materiales reales el proceso de construcción de una iglesia románica.

 

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Centro de Interpretación de Lousada. © Javier Carrión

 

Estando ya en Lousada, merece la pena acercarse a la Casa Museo de Vilar, un museito de tres salas dedicado al cine de animación que transporta al visitante a la magia de la imagen en movimiento. Lo dirigen Abi Feijó, un premiado cineasta portugués de animación, y su pareja, Regina Pessoa, en una villa centenaria que Abi heredó, situada en el pueblo de Vilar do Torno, muy cerca de Lousada. No te pierdas su original colección de artefactos del pre-cine, linternas mágicas, animatógrafos, ilustraciones…

El Mosteiro de Travanca

Toca volver a encontrar la huella románica y desde luego que se encuentra en el Monasterio Benedictino de San Salvador de Travanca, la iglesia románica más importante en el concejo de Amarante. El edificio, escoltado por una torre defensiva, fue fundado a mediados del siglo XII y es uno de los templos más antiguos de la cuenca del río Sousa con una rica simbología en piedra, tanto en su iglesia de tres naves escalonadas como en sus capiteles exteriores, brillantes con serpientes, aves entrelazadas, sirenas lujuriosas y hombres tragados por monstruos.

 

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San Salvador de Travanca

 

También llaman la atención del visitante la torre defensiva anexa, una estructura militar gótica que contrasta con la decoración de gusto románico, el místico Cordero de Dios representado en el portal y la sacristía del siglo XVIII, con un cuadro de Enrique de Borgoña y Teresa de León, padres de Alfonso Enriquez, el primer rey portugués. Por otro lado, una colección de muebles originales, figuras escultóricas y su magnífico techo artesanal aumentan todavía más el encanto de esta sala.

 

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San Salvador de Travanca. © Javier Carrión

 

Los pasteles tradicionales de Amarante

Amarante, a orillas del río Támega, es el destino turístico más importante de este área gracias en parte a los arcos de un puente de granito del siglo XVIII y su afamado monasterio del siglo XVI, cuya iglesia está dedicada a San Gonzalo, el predicador que construyó aquí una ermita y un puente que dieron origen a la ciudad. A la izquierda del altar mayor, se encuentra la venerada tumba de este patrón de los matrimonios.

 

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Amarante

 

 

Los que buscan una pareja para casarse tocan su imagen o tiran de una cuerda en una sala contigua a esta capilla, como manda la tradición, mientras que otros fieles besan los pies de su efigie después de recorrer la nave de rodillas.

 

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Amarante. © Javier Carrión

 

La ribera embauca a los visitantes por sus sauces en la orillas y por sus guigas, unas pequeñas barcas tradicionales ideales para dar un paseo romántico en las aguas del Támega. Antes caerás en la tentación de degustar los bolos do Santo, unos pastelillos, principalmente de huevo, azúcar y almendra, que elaboran en el sótano de la Confeitaria da Ponte (Rua 31 de janeiro).

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Seis mujeres producen dulces y más dulces con 1.500 huevos empleados diariamente, como las primeras que iniciaron esta producción en 1930, y mantienen el secreto de la formula tradicional que crearon las monjas de Santa Clara. También puedes disfrutar de otra manera acudiendo a los baños termales de Sao Vicente, donde se ofrecen 62 tratamientos variados junto a los restos del antiguo balneario romano.

 

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Casa Calçada, Amarante © Javier Carrión

 

Marco de Canaveses

Sin abandonar el curso del Támega, pero adivinando ya la presencia del majestuoso Duero, Marco de Canaveses surge en el camino sobre un alto presidido por un faro moderno: la Iglesia de Santa María, del arquitecto Álvaro Siza Vieira, realizada entre 1994 y 1997. No encontrarás en este templo mariano de paredes blancas huella alguna de grandes altares o imaginería, sino pureza espacial en un interior desnudo, abstracción geométrica, juegos de la luz natural y el sonido del agua que corre por la pila bautismal de granito. En España, Alvaro Siza ha firmado otros edificios originales siendo el más representativo el Centro Gallego de Arte Moderno en Santiago de Compostela.

 

 

En el término municipal de Marco de Canaveses otra bella iglesia, cuyo origen se sitúa entre los siglos IX y XII, fue clave en un territorio muy codiciado por la nobleza medieval. En San Martín de Soalhães no quedan apenas reductos románicos, pues el interior fue transformado en el siglo XVIII, pero sólo por admirar sus amplios paneles de azulejos con su característico azul cobalto merece la pena su visita. Las escenas de Moisés y la serpiente de bronce y de la Samaritana y Jesús hablando con los discípulos o la del propio Moisés haciendo brotar agua del desierto no dejan indiferente al viajero por su magnífico estado.

 

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Marco de Canaveses, San Martin Soalhaes © Javier Carrión

 

El columpio del río Bestança

Si eres un seguidor se las redes sociales no debes perderte un rincón original que han descubierto los “instagramers” siguiendo el curso del Bestança, un pequeño río que nace a 1.229 metros de altitud en la sierra de Montemuro, atravesando Cinfães hasta desembocar en el río Duero junto a Porto Antigo.

 

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Bestança

 

Este vistoso columpio localizado junto al Canhão de Pias en Cinfães fue instalado en 2014 en una de las pozas del este río de aguas transparentes y recientemente ha sido renovado para mejorar su seguridad. Se mantiene en el aire gracias a unas cuerdas que sustentan el asiento de madera desde una rama de un árbol. Es ideal para hacerse selfies y refrescarse con un chapuzón.

El río Duero surge en nuestra ruta enmarcado en un amplio espacio de miradouros que ofrecen las mejores vistas panorámicas donde se advierten las laderas repletas de viñas. Alguna ermita pequeña es digna de visita como la Capilla de Nuestra Señora de la Liberación de Fandinhães, dedicada en sus orígenes a San Martín y ubicada a 500 metros de altitud. Mucho más espectacular resulta la Iglesia de Santa María la Mayor de Tarouquela, ya en Cinfães. Se trata de un templo románico de la segunda mitad del siglo XII, fundado por los Canónigos Regulares de San Agustín que fue convertido en monasterio gestionado por abadesas durante casi cuatro siglos, del XII al XVI.

En su interior brilla el arco triunfal y las paredes laterales marcadas con arcos ricamente decorados, así como una escultura en medio relieve de la Virgen María amamantando al Niño Jesús, datada en 1500 y proveniente de un taller de Bruselas. Del pórtico exterior lo más curioso es la presencia de los perros de Tarouquela en piedra. Colocados a los dos lados de la portada, describen a dos cuadrúpedos de cuyas mandíbulas penden cuerpos humanos desnudos.

Arquitectura popular en Quintandona

Desde Cinfães tomamos rumbo a Quintandona, un pueblo que preserva la arquitectura popular más tradicional. Las casas construidas con tres materiales (granito, esquisto y pizarra), lavaderos, un clásico crucero de piedra y una capilla con más de 200 años dan un encanto peculiar a esta villa que celebra todos los años en septiembre la Fiesta del Caldo.

 

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Quintandona. © Javier Carrión

 

En el tercer fin de semana de este mes se prueban las sopas tradicionales de las abuelas recordando las décadas 50 y 60 del siglo XX cuando esta comida era la base de la alimentación de la población rural. En este área también tienes la oportunidad der descubrir los viejos caminos y pistas de tierra, entre viñedos y empinadas cuestas. Oporto Buggy Adventure organiza un tour muy popular que se desarrolla por Quintandona y el Castro del Monte Mozinho a lo largo de 40 kilómetros.

Del Monasterio de Paço de Sousa a la Boca del Infierno en Paredes

La guinda de esta incursión por el románico luso puede ser el Monasterio de Paço de Sousa, que guarda entre sus paredes una de las obras maestras del arte sepulcral de este estilo arquitectónico: la tumba de Egas Moniz, ayo y responsable de la educación del primer rey de Portugal. Su tumba narra sobre la piedra la historia de este descendiente de los señores de Ribadouro quien negoció la paz del reino de Portugal con Alfonso VII, rey de Castilla.

 

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Salvador Pazo de Sousa © Javier Carrión

 

Enfrente de la iglesia del siglo XIII se halla una escultura de este poderoso hidalgo con la soga al cuello. La leyenda cuenta que para salvar su honor y el del rey de Portugal Egas Moniz viajó a Toledo acompañado de su familia y se presentó ante el soberano castellano descalzo y con varias cuerdas al cuello. Ese acto de lealtad y heroísmo le valió el perdón de Alfonso VII y la admiración de Alfonso Enriquez.

 

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Castro Mozinho. © Javier Carrión

 

Cinco kilómetros separan este mosteiro del poblado castreño del Monte Mozinho, localizado en una colina a 408 metros de altitud que hoy pertenece a Penafiel, uno de los más extensos que se pueden encontrar en la península ibérica pues ocupaba una superficie superior a las 20 hectáreas con numerosas casas de planta circular y rectangular.

 

Este lugar estuvo habitado desde los tiempos del emperador Augusto hasta el siglo V d.C. y contaba en su parte superior con dos estatuas de guerreros galaicos. Según algunos visitantes norteamericanos, a vista de pájaro parece el Halcon Milenario, la nave más rápida de la galaxia en Star Wars.

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Otra opción es acercarse a la boca del infierno en Paredes, Aguiar de Sousa, un espacio paisajístico geológico de extraña belleza, encajado entre altas sierras que cruza el río Sousa creando varias cascadas. Su punto más bello y místico es la Boca del Infierno donde debes descubrir la leyenda de Nuestra Señora de Salto que cuenta como un caballero que perseguía una liebre se precipitó desde una cumbre y fue salvado por la Virgen. Al quedarse el suelo blando, el caballo cayó originando cinco marcas impresas que todavía hoy son visibles en las rocas junto al río Sousa. En este lugar, ideal para la práctica del rapel y la escalada, se puede visitar la capilla dedicada a la Virgen.

 

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Nuestra Señora del Salto, Paredes © Javier Carrión

 

Visitar la Ruta del Románico portugués: información práctica

¿Cómo llegar? Lo más recomendable es volar al aeropuerto de Oporto Francisco Sá Carneiro, situado a 13 kilómetros de la ciudad, y alquilar un coche para recorrer este área del norte luso. Algunas compañías “low cost” , como Ryanair (www.ryanair.com/es/es/ ) o Vueling (www.vueling.com/es), mantienen vuelos directos desde Madrid y Barcelona a la capital de norte de Portugal.
¿Dónde dormir? en Amarante, Casa de Calçada; (www.casadacalcadahotel.com/es/index.html); en Quintandona, Casa Valxisto (); en Penafiel, Penafiel Park Hotel & Spa (www.penafielparkhotelspa.com/es)
¿Dónde comer? en Paços de Ferreira, Tapper (Rua Jaime Leão Pinto, 132); en Amarante, Pobre Tolo (Avda. General Silveira, 169); en Quintandona, Casa da Viúva (www.winebarcasadaviuva.pt) .
Más información: www.visitportugal.com – www.rotadoromanico.com – En esta última web puedes reservar las visitas monumentales que quieras realizar durante el viaje. Ellos se encargarán de asegurarte que las iglesias y monasterios estén abiertos y, si lo deseas, te ofrecen la posibilidad de ir acompañado por un guía especialista en arte románico.

 

TU GRAN VIAJE A PORTUGAL