La fantasía onírica de un rey hecha realidad: así es el espectacular e inconmensurable palacio de Mafra, una visita imprescindible que debes hacer en Tu Gran Viaje a Lisboa.
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A unos 30 kilómetros al noroeste de Lisboa aguarda uno de los lugares más espectaculares de todo Portugal, La Real Obra de Mafra, un complejo arquitectónico proyectado por el rey Joao V en 1711 que se extiende por 40 hectáreas y que alberga el palacio real, la basílica, el convento, el hospital monástico, el jardín y la “tapada” o coto.
Puro barroco portugués
Excesivo como solo una obra maestra del Barroco portugués puede serlo, Mafra es, sin lugar a dudas, uno de los palacios reales más espectaculares del mundo. En él, absolutamente todo -las dimensiones inabarcables, la decoración suntuosa sacada de una fábula- da justa medida del carácter de su promotor, el rey Joao V, uno de los más importantes monarcas portugueses.
Cifras de -bendita- locura
Para su realización, el rey no sólo encargó la ejecución de obras artísticas de estilo barroco, sino que impuso que las construcciones se atuvieran a los cánones arquitectónicos y estéticos imperantes en el arte barroco romano e italiano. Joao V era todo un apasionado de las artes que empleó una auténtica fortuna en la obra -las leyendas en cuanto a los costes son tan numerosas e increíbles como la inmensidad del tamaño del palacio: 40.000 metros cuadrados-, que arrancó a comienzos del siglo XVIII. En 1717 se puso la primera piedra de la Basílica.
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Construido con piedra caliza y mármol extraídos de la misma región de Lisboa, las cifras del palacio de Mafra hablan por sí solas: 1.200 habitaciones, más de 4.700 puertas y ventanas, 156 escaleras y 29 patios interiores y exteriores, un convento franciscano con capacidad para 300 frailes…
Entre las dependencias y espacios destacan el Campo Santo, la Enfermería, la Sala Elíptica (capitular), la Sala de los Actos Literarios, la Escalinata y el Refectorio… y su Biblioteca, una de las más bellas del mundo, que atesora más de 36.000 libros, con numerosos incunables.
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Entre las obras de arte más preciadas del Palacio de Mafra están sus carillones, compuestos por 98 campanas –el mayor conjunto campanario del siglo XVIII–, que flanquean la fachada de la Basílica, y la más importante colección de Escultura Barroca de Portugal, así como los órganos de tubos, seis magistrales instrumentos diseñados para su uso simultáneo en la basílica.
