Poner rumbo a Olomouc es una de las mejores razones para viajar a Moravia y disfrutar de una experiencia de viaje a la República Checa auténtica, diferente y fuera de los caminos más trillados.
Más allá de la siempre atractiva Praga, hay otra República Checa menos conocida. Un buen ejemplo se sitúa en Moravia, tierra de vinos y grandes monumentos históricos en el sudeste del país que captan la atención del visitante y donde brilla la ciudad de Olomouc, que compite con la capital en patrimonio arquitectónico mostrando incluso un antiguo reloj astronómico de aspecto ahora “socialista” y que es el otro gran reloj astronómico de la República Checa.
El famoso reloj de Olomouc
Olomouc, la gran joya monumental de Moravia, es la capital espiritual y la segunda reserva monumental del país después de Praga con un prodigioso casco viejo repleto de plazas históricas, templos parroquiales, hospicios, iglesias y su famosa Columna de la Santísima Trinidad, la clásica postal de la ciudad.
La colosal columna, de 35 metros de altura, brilla por su grandeza y elegancia junto al Ayuntamiento renacentista, el más grande en territorio checo, con su reloj astronómico, “más proletario” en sus motivos que el praguense debido a que fue destruido durante la II Guerra Mundial.
Es este el segundo reloj astronómico más famoso de la República Checa después del capitalino y solo algunas décadas más nuevo que el de la Plaza de la Ciudad Vieja (Stare Mesto), pues data de la segunda mitad del siglo XV. La primera mención oficial del reloj se produjo en 1519 y posteriormente fue objeto de numerosas modificaciones,góticas, renacentistas y barrocas hasta que en los años 50 del pasado siglo el pintor Karel Svolinsky le dio su aspecto actual, de acuerdo con la estética socialista, tras sufrir graves daños durante el gran conflicto bélico del siglo XX.
En la actualidad, puedes acercarte todos los días, a las doce de la mañana, para comprobar como suenan desde el carillón algunas melodías folclóricas del país, al tiempo que las figuras de los obreros, los campesinos y los intelectuales se ponen en movimiento. El desfile termina con el canto de un gallo.
Encontrarás el reloj en el ayuntamiento sobre un muro rodeado de un arco de 14 metros de altura. En su parte inferior puedes conocer la hora, los minutos, el día, el mes y el año en el que estamos y la información de las fases lunares, mientras que en la zona superior aparece un mapa con el sistema solar y las constelaciones del zodiaco.
Una catedral con tres torres
La visita a Olomouc, situada en un cruce de caminos entre Cracovia, Viena y Praga, debe continuar por la Catedral de San Wenceslao con sus tres llamativas torres y el interesante Museo Archidiocesano, el antiguo Palacio Episcopal, la Iglesia de San Miguel –con un fantástico interior barroco protegido por tres cúpulas-, la Iglesia de San Mauricio o el Palacio Arzobispal, donde el emperador Francisco José fue proclamado emperador de Austria en 1848.
También las siete fuentes de la Plaza Alta y la Plaza Baja – hay quince en todo el casco viejo- constituyen otro gran aliciente en este destino vinculado con España desde el siglo XVI por ser una de las primeras ciudades donde se estableció la Orden de los Jesuitas.
Bouzov, un castillo de cine
A 30 kilómetros de este Olomouc también moderno por la presencia de más de 23.000 estudiantes universitarios, conviene hacer una pequeña parada en el Castillo de Bouzov, un auténtico frenesí de torres, puentes, chimeneas y frontones que destacan sobre su llamativo tejado rojo anaranjado.
El castillo, que está situado en lo alto de una colina, guarda en su interior objetos que recuerdan su origen medieval. Su belleza, de hecho, cautivó a los nazis -y parece que de manera más intensa a su “Führer”- que instalaron en sus dependencias la base para Unidades de las SS durante la II Guerra Mundial. En 1945 el castillo volvió a ser propiedad de Checoslovaquia y posteriormente de la República Checa. En los últimos tiempos Bouzov ha sido utilizado por varios cineastas como lugar de rodaje en algunas películas.
