Permítenos ponernos estupendos, cogerte de las solapas -aunque no las lleves- y decirte que, si este verano tienes que comprarte un solo libro, que sea el fantástico Frank Sinatra has a cold editado por Taschen.
En pocos momentos de su no muy larga historia se han mimado tanto a sí mismos los Estados Unidos de América como en los 50 y la primera mitad de los 60 del siglo pasado. La Guerra Fría -y sucia en su patio trasero- y el racismo institucionalizado comían en la misma mesa que las autopistas de Eisenhower, la eclosión de los suburbios, la mirada puesta en la Luna y la fe infinita en el Destino Manifiesto.
La ilusión acabaría entre avisperos -el asesinato de Kennedy, el LSD, Vietnam y la Confederación desintegrándose-, pero eso estaba todavía a años luz en aquella soleada mañana de invierno de 1965 en la que Gay Talese se registró en una suite del hotel Beverly Wilshire y, sin saberlo, comenzó a gestar Sinatra has a cold, una obra maestra del periodismo y la literatura que, casi cincuenta años más tarde, sigue siendo uno de los mejores reportajes jamás publicados.
El proyecto duró meses. Frank Sinatra, hosco y lleno de preocupaciones -crisis de la mediana edad, rumores que ya circulaban sobre sus amistades peligrosas de la mafia, hostigamiento de la prensa por su noviazgo con una veinteañera Mia Farrow, el estancamiento de su carrera cinematográfica y el lento declive, más que de su carrera musical, de su estilo de música entre las nuevas generaciones-, daba esquinazo al periodista, que nunca consiguió encontrarse a solas con él, y que se empotró -como harían años después sus colegas en las guerras de Oriente Medio– con su séquito, una auténtica corte de managers, amigos, músicos, ingenieros y groupies que era la sombra del artista y que le acompañaba en todo momento, y que fueron quienes le dieron a Talese la inspiración y la información para armar un reportaje que se convirtió en legendario desde el momento de su publicación en la revista Esquire en abril de 1966.
Sinatra has a cold fue un acontecimiento desde el primer momento y, a partir de entonces, su alcance no ha dejado de crecer. Se considera la piedra fundacional del Nuevo Periodismo, ese género que nació periodístico y mutó en literario por su fusión de las herramientas periodísticas -búsqueda de la verdad, comprobación de los datos, análisis- y el fluir narrativo de la mejor literatura. Talese es, junto a Tom Wolfe, el padre del género; pero a semejante obra maestra literaria le faltaba una edición a su altura.
Sinatra has a cold fue publicado en un hoy cotizadísimo número regular de la revista Esquire y, desde entonces, en multitud de antologías y volúmenes colectivos. Pero nunca, hasta hace unos años, lo había sido individualmente en formato libro: Benedikt Taschen suplió esa carencia con un espectacular volumen, editado hace unos años. Sinatra has a cold apareció en un volumen de gran formato, y a Talese le acompañó el mejor partenaire, el legendario fotógrafo Phil Stern, el único en tener, durante más de cuatro décadas, acceso total y exclusivo a Sinatra.
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La edición de coleccionista, con una tirada limitada de 5.000 copias numeradas y firmadas por Gay Talese, se agotó a las pocas semanas; y, en julio de 2021, Taschen lo reedita en edición limitada, en un formato mucho más asequible y repleto de contenidos que enriquecen la obra de Talese: reproducciones de páginas manuscritas del reportaje y correspondencia relacionada con su producción, e imágenes de Phil Stern y otros grandes fotógrafos de la época –John Bryson, John Dominis, Terry O’Neill-. Así que nos ponemos en modo Sinatra con resfriado -serios, graves, lapidarios y muy, muy certeros- para decirte que no tienes excusa para no hacerte ya con uno de los libros del verano. Y corre: se agotará y te arrepentirás siempre de no haberte ido de gira con Sinatra, Talese, Stern y Taschen.
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SINATRA HAS A COLD (TASCHEN)
Gay Talese. Phil Stern. Frank Sinatra Has a Cold
