En la región italiana de Lazio existe un tesoro medieval donde parece que el tiempo se ha detenido: Civita de Bagnoregio.
Civita de Bagnoregio es uno de los pueblos más bonitos de Italia, pero también uno de los que sufren el riesgo de desaparecer debido a la erosión de la roca de toba sobre el que está construido, tanto que en 2006 fue incluido en la lista del Fondo de Monumentos Mundiales de los cien lugares más amenazados del planeta.
Fundada por los etruscos hace 2.500 años, Civita di Bagnoregio cuenta en la actualidad con tan solo 10 habitantes y cualquiera que quiera acercarse a recorrer sus bucólicas y silenciosas calles y visitar su catedral del siglo VII tendrá que hacerlo a pie: los coches están prohibidos en toda la localidad, a través de un puente peatonal suspendido a 300 metros y que bien vale el esfuerzo de la subida.
Una fecha perfecta para comprobarlo son el primer domingo de junio y el segundo de septiembre, cuando se celebra en la plaza de San Donato el antiguo y muy animado “Palio della Tonna”, donde los barrios de la Civita se enfrentan en una carrera de asnos.
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