¿Un lugar sinónimo de arte? París, sin duda. En cualquiera de sus calles, plazas y parques hay un artista trabajando a la vista de los paseantes. Y su incomparable colección de museos, fundaciones, eventos y festivales hacen que la ciudad del Sena siga siendo la capital mundial del arte…
En París, la bohemia y el arte comienzan en Montmartre, a la sombra de la basílica del Sacre Coeur: la Place du Tertre es el lugar más conocido -y ahora, instagrameado– de Montmartre. Sus puestos y galerías han visto trabajar y vender sus obras a los pintores como Picasso o Van Gogh. Hoy, es el taller al aire libre de más de cien artistas. Y es que la colina de Montmartre ha sido, durante siglos, el faro que guiaba los pasos de los más grandes artistas que empezaron del mismo modo que vemos hoy: pintando, conversando y vendiendo sus obras en la Place du Tertre (otros muchos lo hacen en en otra esquina de la ciudad, a los pies de la torre de Montparnasse, una construcción no tan querida por los parisinos).
Las calles del barrio de Le Marais representan a la perfección ese París bohemio repleto de galerías, estudios y cafés cuyo recuerdo tenemos grabado en la retina: basta pasear por la rue Saint Claude y visitar las galerías de Anne Barrault (51 Rue des Archives) o Eric Mircher para comprobarlo. ¿La escena artística más alternativa? La vamos a encontrar en squats autorizados como Point Ephémère (Quai de Valmy, 200), el squat 59 Rivoli-Electrons Libres (Rue de Rivoli, 59) o La Générale (Avenue Parmentier, 14); en el centro de arte moderno Le Centquatre, en Belleville, el multi-étnico barrio que vio nacer a Edith Piaf.
… Y, desde luego, en el parque de La Villete, que ocupa los antiguos mataderos y mercado de ganado de la ciudad y en cuyas más de cincuenta hectáreas se levantan edificios señeros del panorama cultural parisino como la Grande Halle, el Conservatorio Nacional, la Cité de la Musique -donde se recupera lo mejor de cuatro siglos de música a través de exposiciones, archivos, conciertos…- o la Géode que, en el corazón del parque de La Villete, es una de las construcciones más destacadas de París gracias a su esfera de acero, de treinta y seis metros de diámetro; además, acoge una imponente sala de cine y refleja el cielo parisino en un precioso juego de luces.