Entrevistamos al periodista y Gran Viajero Carmelo Jordá con motivo de la publicación de su libro “Lugares generalmente distantes”, editado por Anaya Touring.




Toda las imágenes © Carmelo Jordá, procedentes de su libro «Lugares generalmente distantes»

Carmelo Jordá (Madrid, 1973), lleva paseando por este ancho mundo su talento periodístico y literario -y sus cámaras- desde hace muchos años. Fue uno de los primeros periodistas en publicar un blog de viajes -cuando apenas nadie sabía lo que era un blog-, el ya legendario Artículos de Viajes, que encontró su acomodo definitivo en Libertad Digital, el periódico del que es redactor jefe.

 

 

Además, Carmelo -permítaseme referirme a él por su nombre de pila: a más de colaborador de Tu Gran Viaje desde el minuto uno, es amigo, y de los mejores, de quien esto firma desde hace más de treinta años- es periodista cabal y riguroso, analista político de merecido y bien ganado renombre, preclaro en muchos asuntos y honrado en todos, y que se pasea por las redes sociales como lo hace por el salón de su casa o por Times Square.

 

 

Libro Lugares Generalmente Distantes Anaya Entrevista con Carmelo Jordá | Tu Gran Viaje
Jerusalén. © Carmelo Jordá

 

Pero Carmelo es, también -o sobre todo, según el día que uno se lo encuentre, que puede ser aparcando su moto a los pies de los leones de las Cortes, en una soirée en la residencia de un embajador o buscando la mejor luz en cualquier esquina de Centroeuropa-, un Gran Viajero, un tipo curioso, preguntón, discreto y atento, de mirada reposada y cotilla cuando anda fuera de casa, al estilo de un Plà o del Chirbes de Mediterráneos

 

Libro Lugares Generalmente Distantes Anaya Entrevista con Carmelo Jordá | Tu Gran Viaje
Berlín. © Carmelo Jordá

 

Y esa mirada calma y certera, de prosa limpia y como medida por un metrónomo, y apoyada en no menos excelentes fotografías, es la que define sus Lugares generalmente distantes, el libro tan bien editado por Anaya Touring que Carmelo tenía dentro desde hacía mucho, y con el que nos lleva de viaje, como se lleva a un amigo, charlando con el brazo echado al hombro, por ciudades y lugares a los que cualquiera quisiera ir –Nueva York, Jerusalén, Estambul, Irlanda...- mientras Carmelo –El Viajero, en el libro- nos explica el mundo – a través de la carretera, la fotografía, la mesa…-, y hace que queramos salir corriendo de viaje. Con él, claro. Esa es la magia de la buena literatura de viajes: inspirar, hacer soñar, quererse y sentirse en la piel del narrador. Magia difícil, casi negra, al alcance de muy pocos. Que su mago nos cuente -si quiere, los trucos. 

 

Portada de «Lugares generalmente distantes»

 

Llevas muchos años viajando por todo el mundo y escribiendo sobre ello en numerosos medios, pero ¿cómo surge el escribir un libro de viajes? ¿Cómo afrontaste el proceso?

Sí, hay un momento en que siento una extraña necesidad de escribir más de lo que escribo habitualmente, que suelen ser reportajes, y me apetece hacer algo diferente. A partir de ahí, la idea de escribir un libro es la consecuencia más o menos lógica. Empecé a escribirlo con muy poca confianza en mí mismo: me cuestan los retos a largo plazo, pero luego el propio reto comenzó a ser uno de los factores que hacían que el esfuerzo valiera la pena. Eso, y sentirme capaz de hacerlo, fue la motivación que hizo que saliera adelante. Ha sido un proceso con muchas sorpresas; la primera de ellas, que hacerlo me resultaba un placer. Obviamente, también un esfuerzo importante, pero disfrutaba mucho escribiendo y pensando qué estructura podría tener, como podría funcionar…  Ha sido una experiencia extraordinariamente gratificante, y que luego eso se publique, es sensacional. 

 

Libro Lugares Generalmente Distantes Anaya Entrevista con Carmelo Jordá | Tu Gran Viaje
Roma © Carmelo Jordá

 

Marca el libro una mirada muy calmada y muy a ras de tierra de destinos y lugares que son muy conocidos, o que creemos que lo son… ¿Esa forma tuya de sentir y narrar estos «Lugares generalmente distantes» se podría aplicar a otros destinos? O, ¿hasta qué punto el destino condiciona tu sentir, de ver, de escribir?

Algo que no buscaba mientras trabajaba en el libro, pero que creo sí está ahí, es una idea de viajar, lo que es viajar para mí. Esa idea de viajar tiene importancia en la escritura, pero también en el puro viaje: la actitud al moverte, al llegar a un sitio, a descubrir algo, tiene más importancia que el sitio en sí. Lo importante es lo que tú seas como viajero, lo que tú le pongas al viaje, más que el destino en sí. Todos los destinos del libro son bastante conocidos pero diferentes entre sí, como lo son los viajes -los hay familiares, de trabajo, de estudios-,  y creo que el valor del libro y del trabajo que yo puedo hacer como periodista de viajes es lo que yo aporto a esos sitios. Por ejemplo, todos sabemos cómo es Nueva York, asi que, ¿qué puedo hacer yo para que sea distinto? Pues contarte qué es mi Nueva York, mi experiencia personal en la ciudad y que eso te puede servir, o ayudar, o inspirarte a viajar o, simplemente, que leyendo disfrutes de mi viaje como si lo estuvieras haciendo tú. No voy a decir que el destino dé igual, pero sí que no es lo más importante de la ecuación: ese lugar le corresponde a tu actitud como viajero y, obviamente, cómo esa actitud llegue al papel.

 

Libro Lugares Generalmente Distantes Anaya Entrevista con Carmelo Jordá | Tu Gran Viaje
Metro de Nueva York. © Carmelo Jordá

 

Como has apuntado, estos “lugares” y sus circunstancias son muy diferentes entre sí, y todos ellos contados, sobre todo, con sinceridad. Pero, ¿nos cuentas todo sobre ellos, o te guardas algún secreto?

Está practicamente todo lo contable. Podría contar otras cosas, pero sería en otros libros: en este, he buscado que entre los distintos temas todo hubiese un cierto equilibrio, una dinámica interna que facilitara la lectura. Dentro de esa dinámica, he contado todo lo que era relevante contar. Hay que tener en cuenta que algunos de los viajes del libro tienen muchos, muchos años, y de ellos destilo recuerdos de hace muchísimo tiempo. Y no es fácil: si los recuerdos están ahí después de tanto tiempo, es porque tenían una cualidad especial. Has hablado de sinceridad y esa es una palabra que me gusta: he intentado ser extremadamente sincero. No cuento nada que no haya pasado, que no sea totalmente real, o que al menos yo no lo recuerde así. Hay recuerdos de hace 20 años, y cuando tiras de ese hilo, sale de otra forma, es distinto; pero yo creo que todo paso como lo cuento. Si no, ¡qué sentido tendría!

 

 

Una parte muy definitoria del libro es tu mirada fotográfica. Es muy destacable cómo se complementan la parte narrativa y gráfica pero, a la hora de viajar, ¿quién manda? ¿El escritor, o el fotógrafo?

La verdad es que no, es relevante, no lo había pensado… Creo que en la preparación de mis viajes, probablemente mande más el que escribe, pero luego, sobre el terreno, el que manda es el que fotografía, porque es más urgente, por así decirlo. La foto está ahí, y hay fotos que se repiten, pero las hay que no; esa urgencia de la imagen que quieres buscar o que te encuentras de repente manda sobre el escritor. Además, mi memoria funciona muchísimo a través de las fotografías, que son las notas más importantes que yo tomo, y de ese hilo tiro con muchísima facilidad. Pero a mí me funciona todo muy coordinadamente: el escritor toma unas decisiones y el fotógrafo toma otras y, al fina, las del uno y las del otro colaboran para que todo funcione. 

 

Entrevista con Carmelo Jordá | Tu Gran Viaje
Foto © Clemente Corona

 

Desde la publicación del libro, a primeros de septiembre, la recepción de medios y lectores ha sido muy buena… ¿Te planteas una continuación? 

Siempre he pensado que una de las cosas que sobran en el mundo son libros. Hay demasiados, y yo no quería contribuir a esa inflación libresca, por así decir, pero ahora llevo dentro un veneno contra el que me creía inmunizado (risas). Siempre tuve la idea de que la mayor parte de los libros se publican para halagar el ego de quien los hace, y yo pensaba que mi ego no lo necesitaba, estábamos muy bien (carcajadas) Ahora en serio, el proceso de creación ha sido tan enriquecedor, tan bonito, que sí, desde que acabé y antes de saber que se iba a publicar Lugares, ya estaba con otras ideas y sí que me gustaría encontrar un proyecto que sea suficientemente atrayente; no una segunda parte pero sí otro libro en el que el viajero, la cámara y yo salgamos los tres y contemos cosas distintas.

 

 

¿Hay lugares que no estén en libro, y sobre los que te hubiera gustado escribir? 

Jordania es uno de ellos. Desde pequeño, me ha atraído mucho: un país con tu apellido llama la atención de cualquier crío, más cuando es un país con tanto que ver. Japón es también un destino soñado por ser tan diferente y tan rico. Creo que hay muy pocos países con una cultura tan refinada y de complejidad tan elevada como  japonesa. También me gustaría hacer un viaje por Estados Unidos, me parece un material apasionante para luego contarlo.

 

 

Para terminar, si te perdieras, ¿dónde deberíamos buscarte? Y también, donde no… 

Creo que mi lugar es Nueva York, una ciudad de la que me enamoré en cuanto la conocí, como cuento en el libro. Tengo una relación personal con la ciudad, donde viví una temporada hace mucho tiempo, y cuando pude volver, que tardé mucho en hacerlo, esa relación se mantenía intacta. Es en la ciudad en la que me gustaría vivir si no lo hiciera en Madrid, que es la ciudad donde me encanta vivir. Y no se me ocurre un sitio al que no quisiera ir. Me gustan todos, unos más que otros, pero no he viajado a ningún sitio del que pueda decir que no merece la pena.

 

 

LEE AQUÍ UN FRAGMENTO DE “LUGARES GENERALMENTE DISTANTES”