Poner un pie en la isla de Santa Lucía es descubrir un Caribe distinto y más primigenio al que estamos acostumbrados, alejado de las rutas turísticas más transitadas. Una isla exuberante donde te espera uno de los paraísos más puros que quedan en el mundo. Bienvenido a tu gran viaje a Santa Lucía.
Pocos lugares en la Tierra van a reflejar mejor el concepto de paraíso que habita en tu cerebro mejor que la isla de Santa Lucía. La isla, marcada con una aspa roja en los mapas de los viajeros más hedonistas y exclusivos, aguarda entre las islas de Martinica -al sur- y las de San Vicente y las Granadinas al norte, lo que es sinónimo de decir en el Caribe más puro. Con una extensión similar a la de Menorca -menos de setecientos kilómetros cuadrados-, en Santa Lucía se encuentran algunos de los resorts más exclusivos del planeta, idóneos para disfrutar de uno de los lugares más idílicos que existen.
A la sombra de un volcán que, además, es Lugar Patrimonio de la Humanidad se encuentra el Ladera Resort. El resort ocupa parte de los terrenos de la plantación de palmeras más antigua de la isla, y ese carácter colonial y de fusión con la naturaleza circundante lo impregna todo: desde la decoración -antigüedades francesas del XIX y artesanías locales- a la concepción de sus suites: todas ellas están abiertas al exterior -no tienen cuarto muro- así que las vistas libres al Caribe y a los famosos montes Pittons, el símbolo de Santa Lucía, están garantizadas.
También en Santa Lucía se encuentra uno de los mejor spas del mundo, el Body Holiday. Allí, en el enclave privilegiado de Cariblue Beach, donde se respira tal paz y el grado de atención es tan elevado y refinado que el tiempo se detiene, es posible sentirse renacer: la relajación, el ejercicio y la buena dieta surten efecto sin darnos cuenta. Tratamientos ayurvédicos, terapias holísticas como el qi gong, el reiki o el su jok…
