A un paso de los excelentes resorts de la playa que le da nombre, el pequeño pueblo de Bayahibe es el punto de donde salen las excursiones a la isla de Saona. Bayahibe tiene todo lo que esperamos de un pueblo tradicional: puro sabor dominicano.
Bayahibe encaja a la perfección en el prototipo de pueblo tradicional de República Dominicana. A un paso de los lujosos resorts de la playa del mismo nombre, Bayahibe es el lugar ideal no solo para encontrar artesanías y todo tipo de mercancías a buenos precios, o para tomar cualquiera de las numerosas excursiones -a precios más bajos que en los hoteles y resorts- a la isla de Saona; Bayahibe es ideal, sobre todo, para conocer de primera mano cómo viven los dominicanos: pasear por sus calles de negocios decorados de mil colores, de casas de madera en tonos pastel y tejados de zinc, de tiendas convertidas en bares donde la fiesta parece no acabar nunca, y donde los niños sueñan con emular a sus ídolos y ganar fortuna en los equipos de béisbol de Estados Unidos del único modo que es posible: practicando, practicando y practicando.
En Bayahibe te vas a encontrar con gente trabajando a todas horas -descargando o cargando embarcaciones, atendiendo negocios (peluquerías, casas de apuestas, puestos de comida, bazares, droguerías que se convierten, en cuanto cae la tarde, en estruendosos bares a cuyo lado el Coyote Club de la película es un parque infantil de bolas), donde las familias se sientan a las puertas de sus casas al caer el sol -casas coloridas de madera y tejados de zinc acariciadas por la marea…
Y todo, mientras el Caribe acaricia las quillas de las barcas de pesca amarradas a la playa y una bachata llega hasta ti desde la ventana de una casa, invitándote a olvidarte de todo y zambullirte en una República Dominicana que, haciendo bueno su eslogan, lo tiene todo…