Residencia de zares entre 1732 y 1917 e icono de la revolución rusa, el Palacio de Invierno de San Petersburgo, a orillas del río Neva, es hoy Sede del Hermitage, una de las pinacotecas más espectaculares del mundo por toda la belleza que atesora dentro y fuera de sus paredes, y cuya colección fue iniciada por Catalina II en 1764 y ampliada por los sucesivos zares a lo largo de los siglos.
Tan majestuoso como inabarcable, el museo atesora tres millones de obras de arte, repartidas entre las 400 salas de los cinco edificios que conforman el complejo: el Palacio de Invierno, que alberga los aposentos reales de los zares rusos, el Teatro Real, el Pequeño Hermitage, el Antiguo Gran Hermitage y el Nuevo Hermitage en las que se dan cita los mejores artistas de la Historia del Arte, custodiados por una patrulla de ¡70 gatos! que mantienen las obras alejadas de roedores.