La segunda etapa de Tu Gran Viaje por Ródano-Alpes transcurre por Lyon, Grenoble, Saint-Etienne, Chambéry, Perouge… Teatros, acueductos romanos, iglesias, castillos, pueblos fortificados, museos… El patrimonio cultural y artístico de Ródano-Alpes es extenso y riquísimo.
Lyon, majestuosa
Por doquier se percibe la huella del pasado en esta esquina de Francia. Y es que la región de Ródano-Alpes es famosa por tener un legado excepcional, del que cabe destacar una perla: el centro histórico de la ciudad de Lyon. En la confluencia de los ríos Ródano y Saona, Lyon, fundada hace más de dos mil años, es la segunda concentración urbana de Francia tras París, un polo económico muy importante que, sin embargo, incluso en nuestros días reconocerían como propia la familia que le dio la riqueza arquitectónica con la que nos seduce hoy: los Médici. El viejo Lyon, distinguido por la UNESCO como Lugar Patrimonio de la Humanidad, repleto de monumentos y sus típicos pequeños pasadizos -conocidos como “traboules”-, alberga el mayor conjunto arquitectónico renacentista que podemos encontrar en Europa; pero no acaba ahí su pasión por la firma de grandes arquitectos: Tony Garnier, Nouvel, Calatrava o Renzo Piano son algunos de los grandes nombres que han dejado su firma en el mapa urbano de la ciudad, que cuenta con más de ciento setenta monumentos históricos y treinta y cinco museos (hay más de doscientos repartidos por toda la región).
De tamaño patrimonio, no debemos perdernos el Aquarium (abierto en verano todos los días de 11h a 19h. Entradas: Adultos, 15€. Niños entre 5 y 10 años, 11€; entre 3 y 4, 6€; menores, gratis. Más info en www.aquariumlyon.fr) y en los espectáculos de la Ópera, el teatro de Célestins, el Teatro de Lyon o el teatro del Guiñol, los Anfiteatros romanos, la Basílica de Fourvière…
Y, sobre todo, el espectáculo nocturno de un Lyon iluminado en todos sus monumentos: una belleza que alcanza su máximo esplendor en un acontecimiento anual que atrae a la ciudad a millones de visitantes, la Fiesta de las Luces. Cuatro días de eventos -que transcurren alrededor del 8 de diciembre- en una exaltación de la luz y de la ciudad que existe desde hace 150 años y que homenajea los tiempos en que los lioneses ponían velas en sus ventanas para agradecer a la Virgen el haberlos salvado de las epidemias de peste.
Grenoble, cuna de Stendhal; Saint-Etienne, taller de Le Courbusier
La otra gran ciudad de la región es Grenoble, a la sombra de los Alpes. La cuna de Stendhal es conocida por su imponente Bastilla -una imponente fortaleza construida en el siglo XIX sobre una colina que domina la ciudad, y a donde se puede ascender en teleférico- y por el museo de Grenoble, uno de los más prestigiosos de Europa gracias a sus amplias colecciones, que comprenden obras que abarcan desde la antigüedad hasta el arte contemporáneo.
En Saint-Etienne, ciudad de carácter minero situada privilegiadamente entre las Gargantas del Loira y el Parque Natural Regional Pilat, nos espera un atractivo de primer orden: el barrio de Firminy-Vert es el conjunto urbano más amplio diseñado por Le Corbusier en Europa. En las calles peatonales del barrio histórico de Saint-Jacques nos encontraremos con una colección de estampas típicas francesas -los bistrots, los cafés, las panaderías- que se funden a la perfección con la cara más contemporánea de la ciudad, volcada al diseño: la Cité du Design, la Bienal de Diseño y su designación por parte de la UNESCO como Ciudad del Diseño así lo atestiguan.
Lee aquí más reportajes sobre Tu Gran Viaje por Ródano-AlpesLos valles de Saboya, territorio Barroco
En los valles de Saboya hay más de ochenta edificios de los siglos XVII y XVIII abiertos al público. Entre ellos, destacan maravillosos ejemplos: el de Nuestra Señora de la Asunción, en Valloire, que alberga en su interior un magnífico decorado de escayolas y nada menos que siete retablos; el santuario de Nuestra Señora de Vida; la Iglesia de San Juan Bautista de Arêches… Y en Chambéry, hay que dedicar un tiempo a perderse por la Maison des Charmettes, en la que residió Jean Jacques Rousseau.
Hay también decenas de pueblos con encanto en el resto de la región: la fortificada Pérouge, antigua ciudad de tejedores que nos ofrece espectaculares vistas sobre el Ródano y que está clasificada como uno de los “Pueblos Más Bonitos de Francia” gracias a sus estrechas callejuelas adoquinadas, su antiguo pozo, la iglesia-fortaleza, las casas pintorescas, las tiendas de escaparates e insignias evocadoras, su taller de tejedores, sus tiendas de encuadernación antigua…
En el suroeste de la región, los pintorescos pueblos de Balazuc y Voguë se cuelgan de las gargantas del Ardèche, unos parajes escarpados repletos de castaños y grutas entre las que destaca la Grotte Chauvet, la cueva con las pinturas prehistóricas más antiguas del mundo. Y, en el Drôme Provenzal, encontraremos la esencia de lo que, apenas unos kilómetros al sur, nos aguarda en la Provenza: sol, joie de vivre, colinas con campos de lavanda y olivares, pobladas de pueblos y granjas en los que uno se quedaría por siempre.
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