Ponemos rumbo de escapada a Burdeos, una ciudad increible a la que viajamos una y otra vez y que está merecidamente de moda. 




Decididamente, Burdeos está de moda. Hace años que la capital de Aquitania reclama nuestra atención como destino de escapada, y desde la apertura de la espectacular Cité du Vin –un imponente museo sobre el vino en la ribera del río Garona que convierte a la ciudad, por si no lo fuera antes, en capital mundial del vino-, ya no hay excusas para arrancar un fin de semana cualquiera y dejarse enamorar por esta coqueta Burdeos donde cada detalle rezuma del más auténtico “joie de vivre” francés. Porque a Burdeos se viaja, sobre todo, para disfrutar, con los cinco sentidos, de la alegría de vivir.

 

Tu Gran Viaje a Burdeos. Foto © Tu Gran Viaje
© Tu Gran Viaje

 

El mayor conjunto urbano del mundo protegido por la UNESCO

Burdeos luce con orgullo poseer el mayor conjunto urbano declarado por la UNESCO como Lugar Patrimonio de la Humanidad: más de 1.810 hectáreas y 347 edificios protegidos, un inmenso escaparate de lo mejor de la arquitectura neoclásica que se puede encontrar en Francia -tras París. Y es que, desde que el rey Enrique IV prohibiera construir en madera –y así prevenir a Burdeos de los pavorosos incendios que arrasaban como plagas las ciudades medievales de todo el país-, la piedra caliza y porosa excavada de las riberas del Garona protagonizan la arquitectura bordelesa, alcanzando todo su –literal- esplendor cuando el sol baña las fachadas y arranca de ellas una paleta de infinitos ocres, dorados y amarillos que, a poco que la temperatura acompañe –y en Burdeos suele hacerlo-, reconcilia a cualquiera con el mundo.

 

Puerta Cailhau, Burdeos. © Tu Gran Viaje
Puerta Cailhau. © Tu Gran Viaje

 

La herencia arquitectónica de Burdeos es riquísima. De la época de la fundación de la ciudad a manos de los romanos solo nos han quedado hoy –y no es poco- tres puertas de acceso a la ciudad, un callejero alambicado y los primeras antecedentes de la producción y el comercio del vino; de la época medieval, edificios señeros como la imponente Puerta Cailhau y el campanario Grosse Cloche; y de la época del esplendor de la ciudad, los siglos XVI y XVIII, una sucesión arrebatadora de edificios góticos y neoclásicos: joyas como la plaza de la Bolsa, donde se encuentra el Espejo del agua, la fuente de agua que se ha convertido en uno de los iconos más reconocibles de Burdeos y, también, de los más queridos por los bordeleses; multitud de palacetes de los siglos XVII y XVIII que pueblan calles como el paseo del Chapeau o el de l’Intendance; la explanada de Quincoces –la mayor plaza de Europa- y su monumento a los Girondinos, una columna de 43 metros y su impresionante fuente de finales del siglo XIX; la catedral de Saint-André, protegida por la UNESCO, de estilo gótico-flamígero y que tiene como gran particularidad el tener su campanario separado de ella, la torre Pery-Berland, que mide más de 114 metros… ; la place de la Comedie, vigilada por el Sanna de Jaume Plensa, un busto gigante que recibe directamente la luz del atardecer, y en que la dialogan dos de los iconos de la ciudad, el Gran Teatro (una obra maestra neoclásica del arquitecto Victor Louis, construida de 1773 a 1780) y el Grand Hôtel de Burdeos

 

Torre Pery Berland, Burdeos © Tu Gran Viaje
Torre Pery Berland. © Tu Gran Viaje

 

De compras por el Triangulo de Oro bordelés

Las calles más elegantes de la ciudad llevan los nombres de los más importantes “grandes hombres” de la cultura e historia francesas –Rosseau, Voltaire, Montesquieu…- y conforman el Triángulo de Oro, cerrado por las avenidas Tourny y los paseos de Clemenceau e Intendance y en cuyo interior hay una colección inacabable de tiendas de delicatessen gastro, reposterías, boutiques de lujo y flagships stores

 

Course de l'Intendance, Burdeos. © Tu Gran Viaje
La Course de l’Intendance, al atardecer. © Tu Gran Viaje

 

Con todo, es en la calle comercial más larga de toda Europa, la peatonal rue Sainte-Catherine, donde está la mayor oferta comercial de la ciudad: más de 250 tiendas y grandes almacenes repartidos por sus más 1.200 metros, con las Galeries Lafayette (en la esquina de Ste Catherine y Porte Dijeaux) como icono.

A la mesa: caprichos gastro de Burdeos

En Burdeos, no solo de vino –aunque se pudiera- vive el viajero. Ni de canelés, sus dulces típicos, unos pastelitos de ron, vainilla y azúcar de caña que alcanzan la perfección en cualquiera de los establecimientos de Canelés Baillardran repartidos por toda la ciudad (el más típico, en Cours de l’Intendance, 55). Si en toda Francia se come de maravilla, en Burdeos esa verdad es todavía más inmutable: a cada esquina, la tentación gastronómica nos asalta de todas las maneras –y no solo en sus mil restaurantes y bares, sino en la infinidad de comercios de menaje, en sus cavas, resposterías…

 

L'Ecole du Vin de Bourdeaux. Foto © Tu Gran Viaje
Puro magisterio el que se imparte en L’Ecole du Vin de Bourdeaux. Foto © Tu Gran Viaje

 

Llama la atención la figura del affineur, el tendero de quesos que selecciona y guarda en sus cavas, al estilo de como se hace con el vino. Uno de los mejores de la ciudad es Jean d’Alos (Rue Montesquieu, 4), y merece mucho la pena detenerse también en cualquier ateliers de cafés, como L’Alchimiste (rue de la Vieille Tour, 12). Desde luego, resulta imperdonable estar en Burdeos y no sumergirse a todos los niveles en su ADN: una manera accesible y asequible de conocer los secretos del vino de Burdeos es acudir a una cata en l’École du Vine (Cours du 30 juillet, 3), en la majestuosa Casa del Vino de Burdeos, un edificio del siglo XVIII que alberga, además, un bar de vinos con miles de referencias de la región.

 

L' Alchimiste, Burdeos. © Tu Gran Viaje
© Tu Gran Viaje

 

El templo del vino: La Cité du Vin

¿Un decantador? ¿Una lágrima de vino al resbalar por el interior de la copa? ¿Un zapato de cristal? La espectacular silueta de la Cité du Vin (quai de Bacalan, esplanade de Pontac, 1) recuerda a lo que uno quiera, pero el efecto está claro: romper la silueta arquitectónica de la ciudad con un fogonazo de modernidad llamado a ser lo que el Guggenheim fue a Bilbao. El espectacular complejo, construido en unos muelles del Garona, a un paso del centro histórico, es el mejor museo sobre el vino que existe en el mundo: todo un recorrido sensorial y didáctico por el universo del vino a través de dioaramas, proyecciones, mesas olfativas con colecciones de olores que son accionadas por los visitantes y, desde luego, vino, mucho vino: ya sea en Le Belvédère, el bar-mirador ubicado en la azotea, o en Latitude 20, el snack-bar y tienda al mismo tiempo, con miles de referencias de todo el mundo.

 

La cite du vin de Burdeos. © Tu Gran Viaje
© Tu Gran Viaje

 

Tu Gran Viaje a Burdeos. Información práctica

 

Cómo llegar a Burdeos

Iberia Express (www.iberiaexpress.com) opera vuelos directos entre Madrid y Burdeos.

Dónde dormir en Burdeos

Hôtel de Sèze (Allée de Tourny, 23, www.hotel-de-seze.com), un muy elegante cuatro estrellas en un edificio del siglo XVIII a un paso de la plaza de la Comedie, y el Hôtel Bayonne Etche Ona (rue Martignac, 4, www.bordeaux-hotel.com), otro 4* también en un edificio del XVIII muy céntrico y más asequible al bolsillo.




Dónde comer en Burdeos

Le Petit Commerce (rue Parlement Saint-Pierre, 22), especializado en pescados y mariscos; Magasin General (Darwin Caserne Niel, quai des Queyries, 87), el restaurante eco más grande de Europa, ubicado en el mejor y más hipster local de Darwin, un antiguo complejo militar reconvertido hoy en paraíso hipster con sus galerías de arte, ateliers y pistas de skate; La Brasserie Bordelaise (rue Saint-Rémi, 50), muy concurrido por gente de todas las edades e ideal para asomarse a la gastronomía bordelesa tradicional pero con toques contemporáneos. ¿Para una mañana de domingo? Nada mejor que el brunch de la brasserie Le Bordeaux Gordon Ramsay, en el Grand Hôtel.

Magasin General, Burdeos. © Tu Gran Viaje
Magasin General, Burdeos. © Tu Gran Viaje

De noche en Burdeos

Más de 70.000 universitarios le dan a Burdeos toda la marcha que el cuerpo nos pida. Las calles aledañas a la rue Sainte-Catherine son una sucesión de bares, pubs y terrazas: en El Bodegón (place de la Victoire, 14) es imposible aburrirse.




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