Con la Alhambra y Sierra Nevada de telón de fondo, procesiones y pasos llenan de fervor las calles de Granada.
Los focos del fulgor de las impresionantes celebraciones de Semana Santa de Málaga y Sevilla tal vez hacen que, mediáticamente, la Semana Santa de Granada, igualmente imponente, y Fiesta de Interés Turístico Internacional, pase un poco por debajo del radar.
Siempre justificada, en estos días la visita a la ciudad nazarí lo es todavía más: desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, el fervor y la emoción llenan sus calles. El Miércoles Santo, El Cristo del Consuelo y María Santísima del Sacromonte pintan Granada de morado, rojo y dorado.
El Cristo de los Gitanos procesiona por las calles del Sacromonte. La noche del Jueves Santo, el Albaycín ve pasar a las tres Vírgenes del barrio –la virgen de la Concha, la Estrella y la Aurora-, y el paso del Cristo del Silencio deja a los fieles en un profundo silencio, solo interrumpido por el redoble de los tambores.
Al caer la noche del Viernes Santo, el Convento de los Jerónimos alberga “Las Chías”, donde la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor desfila al compás de fanfarrias y timbales. El broche de oro lo pone el Sábado Santo la procesión de Santa María de la Alhambra, de una grandísima belleza y sentimiento.
