“La Jerusalén de Castilla”, llamó el poeta Avner Pérez a Ávila, la monumental ciudad castellana en la que brilló el gran místico Moshé de León. Hoy, es su recuerdo y el legado documental el que nos habla de la importancia de la comunidad judía de la ciudad: y visitar la judería de Ávila es encontrar su herencia a cada paso.
Ávila no puede entenderse sin su pasado judío, del que, aunque apenas se hayan conservado restos patrimoniales, ha dejado una impronta clara en el mapa urbano de la ciudad, marcado por calles estrechas y alambicadas y la pervivencia de casas de una sola planta, herencia arquitectónica de las construcciones judías de la época previa a la expulsión, visibles en lo que hoy es el barrio de Santo Domingo y que se levanta, casi exactamente, en gran parte de lo que fue la judería de Ávila.
La calle de Vallespín (antigua rúa de Zapateros), la de Santo Domingo (que fue la artería principal de la judería de Ávila), o la plaza del Pocillo, donde el arco apuntado de la fachada de una casa particular nos recuerda que, allí, se levantó la Sinagoga de Don Samuel, conservan aún el sabor de aquellos años.
Entre las actuales plazas del Mercado Grande y la del Mercado Chico -repletas de buenos bares de tapas- y las calles Don Gerónimo, Alemania y Reyes Católicos se concentraba en su tiempo la gran parte de los judíos abulenses. Muy cerca de la plaza del Mercado Chico hay una academia de idiomas ubicada en un caserón y, en cuyo patio, se conserva un capitel decorado con roelas; y también muy cerca, en la calle Reyes Católicos, que sigue siendo una de las más comerciales del centro amurallado de Ávila, se encuentra la iglesia de la Virgen de las Nieves, un templo que se levantó sobre la sinagoga de Belforad.
En el callejón de la sinagoga estaba la vivienda del rabino, que hoy es la Hospedería La Sinagoga, que conserva un fragmento de una estrella de David, en lo que fue la puerta que unía la casa y el templo). Además de la sinagoga de Belforad, se cree que la actual capilla de Mosén Rubí fue construida como sinagoga en 1462, apenas tres años antes de que entrara en vigor la prohibición de construir más sinagogas, y que fue convertida en iglesia pocos años después, en 1512. También se cree que hubo otra sinagoga en la actual calle de Esteban Domingo.
El Jardín de Moshé de León y las Tenerías de San Segundo
En el lienzo meridional de la muralla se abre la puerta de la Malaventura, puerta principal de la judería de Ávila durante las décadas previas a la expulsión, y es aquí donde se encuentra el jardín de Moshé de León, el otro gran místico de Ávila (junto a Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz) donde se rinde homenaje al universal autor del Sefer ha-Zohar o Libro del Esplendor.
Ya por la puerta del Adaja se accede a las Tenerías de San Segundo, un recinto artesanal en la margen derecha del río, que era donde la población judía trabajaba el cuero y la confección, y que estuvieron en funcionamiento hasta bien entrado el siglo XVIII.
Guía práctica para visitar la Judería de Ávila
Y, a la hora de dormir en Ávila, tampoco faltan las sugerencias. Nosotros nos quedaremos con tres, también parte del programa RASGO y, por ende, con descuentos para los poseedores de la Sefarad Card. Se trata del excelente Parador de Ávila (calle Marqués de los Canales y Chozas, 2. Telf. 920 211 340. Info y reservas, en este enlace), el Hotel Las Leyendas (calle Francisco Gallego, 3. Telf. 920 352 042. Información y reservas, en este enlace) y el Hotel Las Moradas (calle Alemania, 5. Tel. 920 222 488. Información y reservas, en este enlace).
