La Casa de Rubens en Amberes, una de las joyas barrocas de la ciudad y recientemente galardonada con un premio Europa Nostra 2020, puede visitarse de nuevo.
Una de las muchas joyas que guarda Amberes son herencia de los Maestros Flamencos y, entre ellas, ocupa un merecido lugar de honor una de las más valiosas: la Casa de Rubens. “Soy un hombre sencillo, con sus pinceles, pidiendo a Dios que me inspire”, dejó escrito el pintor, que vivió y creó hasta su muerte, en 1640, en este maravilloso palacete que él mismo diseñó y que hace unas semanas fue galardonado con uno de los premios Europa Nostra 2020 dentro de la categoría de Restauración.
La casa, en pleno corazón de la ciudad, es uno de los lugares más visitados de Amberes, y, pasada la fase más virulenta de la pandemia del Covid-19, puede volver a visitarse bajo ciertos condicionantes (adquisición previa online de la entrada, tiempo y aforo limitados…) sobre los que puedes informarte en su página web, www.rubenshuis.be.
La Casa de Rubens tiene más de 400 años de antigüedad, y el paso del tiempo ha dejado su huella en ella. El pintor la compró en los primeros años del siglo XVII y que amplió y transformó con sus propios diseños, convirtiendo una anodina vivienda amberina en un auténtico palazzo incluyendo un museo de estatuas semi-circular bajo una cúpula, un taller, un pórtico inspirado en los arcos de triunfo romanos, un frondoso jardín con pabellón, que aparece en varias de sus obras… Rubens vivió y pintó en la casa hasta su muerte en 1640, y de sus contribuciones arquitectónicas a la vivienda original -pues fue renovada en el siglo XVIII- quedan hoy el pórtico y el taller del jardín.
Así, los trabajos de restauración llevados a cabo en los últimos años, y que finalizaron en 2019, han devuelto el esplendor -y, sobre todo, la salud- a la Casa de Rubens en Amberes. Los trabajos se centraron en los varios tipos de piedra usados en la construcción original, que estaban en estado muy precario debido a la contaminación ambiental, restauraciones anteriores, filtraciones de agua y fracturas estructurales. El proyecto fue fruto de la colaboración entre el Museo de la Casa de Rubens, el estudio de arquitectura MAAT_WERK, el Instituto Real de Patrimonio Cultural y el ayuntamiento de la ciudad.
Cabe recordar que visitar la Casa de Rubens en Amberes es realizar un viaje en el tiempo al Barroco. Su visita comienza por el patio interior y continúa por la vivienda, con las estancias en las que el pintor y su familia hacían la vida diaria -el dormitorio, con su cama; la cocina; las diferentes salas- decoradas con la colección privada de Rubens y varios de sus propios cuadros.