¿A qué huele el origen del mundo? Tendrás que viajar a Mauricio para descubrirlo, Gran Viajero.
Poner un pie en Isla Mauricio es darle toda la razón al escritor Mark Twain cuando dejó dicho aquello de que “Dios creó primero Isla Mauricio y después, el cielo”. En esta pequeña –que no remota- isla del Índico cabe la definición de paraíso primigenio gracias a una naturaleza que arrebata el espíritu en lugares como la Tierra de los Siete Colores, un paraje mágico de montículos redondeados por el viento con todos los colores de la paleta, del ocre al verde, o el Jardín Botánico de Pamplemousses y sus más de ochenta variedades de palmeras, como las “botella”, únicas en el mundo, o las “talipot”, que florecen cada sesenta años para morir solo unos meses después…
Una naturaleza que está, siempre, aromatizada por la vainilla, que hasta la irrupción del turismo fue la principal ocupación de la isla, que florece en enormes plantaciones como la de Saint Aubin y cuyos productos puede adquirirse en los coloridos mercados populares, como el Mercado Central de Port Saint-Louis.
TU GRAN VIAJE A MAURICIO