Cudillero, mágica y marinera, es uno de los Pueblos Más Bonitos de España. ¡Totalmente merecido!
De todas las villas marineras de Asturias, probablemente sea Cudillero la más conocida de ellas. Lo merece: sus casas de colores, apiñadas sobre una pequeña explanada y el puerto viejo, con sus tabernas y restaurantes, como si se tratara de un anfiteatro -que es, de hecho, como se le conoce-, es una de las postales por excelencia del Principado. Fachadas, ventanas y alerones pintados de rojos, azules, verdes…
La mejor manera de paladear este festín cromático con aroma a mar -se sigue pudiendo degustar en Cudillero su alimento más tipico, el curadillo, un pequeño escualo, que de antiguo se curaba durante meses en las fachadas de las casas- parecido a la es siguiendo la Ruta de los Miradores, marcada por barandillas azules, y que nos guía por el laberinto de casas, callejuelas y escaleras por el que resuenan, aún, palabras en pixueto, el idioma de la localidad, y que es como se conoce a los habitantes del pueblo. Las vistas son también espectaculares desde el faro, y la gótica capilla del Humilladero, el monumento más importante de Cudillero.
La entrada al pueblo por la CU-2 es también muy interesante, cuando la carretera se convierte en travesía, flanqueada de preciosas casonas de indianos, entre las que sobresale, por derecho propio, La Quinta de Selgas, conocida como el Versalles asturiano. La finca alberga un palacete de finales del siglo XIX con una colección de arte en la que no faltan Goya o El Greco y sus jardines, que ocupan nueve hectáreas, son uno de los mejores de España.