La maravillosa región portuguesa del Alentejo te espera este verano con un sinfín de planes de viaje enmarcados por uno de los paisajes más bellos y auténticos del mundo.
Alentejo, la región más grande de Portugal -ocupa casi la tercera parte de su mapa-, es uno de los más bellos destinos de slow travel. La autenticidad y la tranquilidad tiñen esta tierra, cruce de caminos y culturas, que se extiende desde los campos y dehesas del interior, donde se asoman pueblos amurallados y coquetas ciudades Patrimonio de la Humanidad, hasta los inmensos arenales del Atlántico, un escondite en la costa salvaje alentejana… Un inolvidable destino de vacaciones, más a nuestro alcance que nunca gracias a las ofertas de viajes al Alentejo de Logitravel.
Planes de turismo activo en una naturaleza privilegiada
El Alentejo es una de las mecas mundiales del turismo astronómico. Con una media de más de 280 días al año sin nubes, la pureza del cielo alentejano convierte a la región en uno de los mejores lugares del mundo para contemplar las estrellas. La reserva de Dark Sky Alqueva fue el primer enclave en obtener la certificación de Destino Turístico Starlight. Toda la región es idónea para la observación de la bóveda estelar y realizar actividades de turismo astronómico, como senderismo nocturno, paseos a caballo bajo la luz de la luna o talleres de astro-fotografía, y en Reguengos de Monsaraz y Mourão podemos encontrar zonas habilitadas con telescopios y prismáticos.
“Alentejo, Alentejo / inmensidad de Portugal (…) Tierra labrada que veo / ser mar pero sin tener sal”, cantaba a la región Manuel Torga, uno de los más grandes escritores portugueses. La mejor manera de llenar la retina con los literarios paisajes del Alentejo es echándose al camino y recorriendo sus rutas senderistas. La más espectacular de todas ellas es la Ruta Vicentina, extendiéndose en sus dos recorridos principales y ocho circulares por cerca de 400 kilómetros a lo largo de uno de los litorales más puros y bellos de Europa.
El Camino Histórico recorre 263 kilómetros y conecta la región de Santiago do Cacém y el Cabo de San Vicente; y el Sendero de los Pescadores, reconocida como una de las mejores rutas costeras del mundo, se extiende por 226,5 kilómetros, acompañados por la gran población de aves -águilas pescadoras, cigüeñas blancas…- que habitan estos imponentes acantilados cortados a cuchillo que nos descubre la ruta. El broche perfecto de la Ruta Vicentina podría esperarnos en los acantilados del Cabo Sardão, que nos regala una de las puestas de sol más espectaculares e instagrameables del mundo: ¡a Torga le encantaría que la conociéramos!
Los amantes de los deportes náuticos pueden optar por disfrutar de su pasión en las aguas del Atlántico o en las tranquilas aguas del lago de Alqueva, el lago artificial más grande de Europa Occidental. Con más de 1.200 kilómetros de orilla, y que en algunas zonas es frontera natural entre España y Portugal, el lago de Alqueva cuenta con estupendas playas fluviales como Tapada Grande, ideales para practicar paddle-surf e incluso navegación. En las aguas abiertas del Atlántico, surf y kitesurf son las prácticas más habituales: las playas de Troia y Comporta están entre las mejores de todo el litoral portugués.
Y, desde luego, ningún viaje al Alentejo está completo sin disfrutar de sus espectaculares playas y calas. Inmensos arenales con todas las comodidades y servicios y numerosas calas y playitas escondidas, donde mandan la privacidad y la naturaleza y el océano rompe entre los acantilados para alegría de los surferos, salpican la costa de la región.
Desde Tróia hasta Melides, pasando por São Torpes, Porto Covo, Vila Nova de Milfontes y Zambujeira do Mar, el Alentejo ofrece numerosas playas maravillosas para unas vacaciones inolvidables.
Las de Troia, muy cerca de Lisboa, se extienden por más de 25 kilómetros. Bordeando las marismas del estuario del Sado se alcanza una inmensa línea de costa que, entre la punta de Tróia y el cabo de Sines, toma la forma de un continuo arenal. Y el estuario del río Sado, la esquina más meridional de la península, es un auténtico paraíso natural, donde es muy fácil contemplar delfines.
Cruce de culturas
Las huellas de la historia son visibles en cualquier viaje al Alentejo. La región alberga importantes yacimientos megalíticos, como el crómlech de Almendres, el Parque Megalítico de Coureleiros o el menhir de Meada. Entre sus numerosos pueblos monumentales, muy cerca de la frontera española, está la imponente villa amurallada de Marvão, fundada en el siglo XI por Ibn Marwan, quien también fundó Badajoz. Marvão hace justicia a su sobrenombre de el “nido de las águilas”, pues se encuentra en lo alto de un cerro que se eleva a más de ochocientos metros sobre el nivel del mar, y pasear por sus calles y callejuelas es como viajar en el tiempo.
La misma sensación de fantasía arropa al viajero en la monumental Castelo de Vide, otra villa histórica también muy cerca de la frontera, donde la herencia árabe se funde con la judía. En us callejuelas alambicadas, protegidas por el castillo, se respira el legado sefardí de la numerosa población judía que se instaló en el pueblo, tras ser expulsados de España por los Reyes Católicos en 1492. Hoy, con una preciosa judería que se ha conservado casi intacta a través de los siglos, Castelo de Vide es una de las etapas imprescindibles de la Red de Juderías de Portugal.
A tiro de piedra de Badajoz está una de las grandes joyas del patrimonio del Alentejo… y del mundo. Se trata de la recoleta Elvas, Lugar Patrimonio de la Humanidad, la mayor fortificación abaluartada del mundo. Su castillo, edificado entre los siglos XII y XIV, y el gran Acueducto de Amoreira, de finales del s. XV, son sus principales monumentos.
También Lugar Patrimonio de la Humanidad es la monumental Évora, que brilla con tesoros como el templo romano y las termas, la judería, la Galería de las Damas -un hermoso edificio de estilo manuelino que es lo único que queda del palacio del rey Don Manuel I-, el convento de San Francisco o la asombrosa capilla de los Huesos, una cripta del siglo XVI cuyas paredes y pilares están recubiertos con más de cinco mil calaveras y numerosos huesos.
La deliciosa gastronomía alentejana
La despensa del Alentejo está repleta de manjares. El aceite de oliva, el pan, los productos de proximidad y las hierbas aromáticas fundamentan la gastronomía del Alentejo, siempre de temporada. Sus carnes, muchas de ellas certificadas y procedentes de rebaños que pastan en libertad, brillan en recetas tradicionales como carne a la parrilla, guisos, migas o platos de caza.
Un plato ideal para disfrutar en el paladar del verano del Alentejo es, sin duda, el sabroso gazpacho al estilo alentejano, muy similar al andaluz pero con una gran diferencia: las verduras están cortadas con forma de dado, no trituradas. En la costa, no se puede dejar de probar el marisco y el pescado que, acompañados de unas bonitas vistas al mar, sabrán todavía mejor. La pluralidad de la zona explica que en la oferta gastronómica también tengan hueco las especialidades de agua dulce, como las anguilas de Lagoa de Santo André.
Y, desde luego, hablar de Alentejo es hablar de excelentes vinos. Nada menos que más de 22.000 hectáreas de viñedo se extienden por toda la región, dando lugar a ocho denominaciones de origen -Portalegre, Borba, Redondo, Reguengos, Vidigueira, Évora, Granja/Amareleja y Moura-, cuyos secretos y vinos pueden descubrirse y degustarse siguiendo las tres rutas del vino de la región.
Son la ruta de San Mamede, al norte, con vinos intensos y aromáticos; la ruta histórica, que recorre todos los viñedos del centro del Alentejo, como Borba o Reguengos de Monsaraz; y la ruta del Guadiana, que sigue el río que le da nombre. ¡Y qué mejor manera de este gran viaje por el Alentejo portugués de la mano de Logitravel que con brindando con un buen vino alentejano por lo vivido y por volver a encontrarnos de viaje por el Alentejo!