Pura fascinación viajera: En ruta por Nouvelle-Aquitaine


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No es necesario atravesar el mundo para vivir un gran viaje en el que sentir la emoción de experimentar vivencias inéditas y llenar la memoria de recuerdos contemplando lugares de fábula: basta con asomarse al otro lado de la frontera y disfrutar gracias a Logitravel de una ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine, la región más grande de Francia.

 

 

Cinco días son suficientes para maravillarse con un itinerario marcado por una imponente ciudad que atesora el mayor centro urbano Patrimonio de la Humanidad, paisajes de cuento donde se producen los mejores vinos del mundo, cuevas prehistóricas que nos descubren nuestro pasado y pueblos que parecen trasplantados de otra época. Una fantasía viajera que Logitravel pone a nuestro alcance con esta ruta en coche, diseñada para exprimir al máximo los atractivos de Nouvelle-Aquitaine. ¡Un gran viaje inolvidable!

 

 

Las estampas doradas de Burdeos

Comenzamos esta ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine en su bellísima capital, Burdeos, una de las ciudades más monumentales de Francia. Su centro, compacto y perfectamente recorrible a pie y en bicicleta, es el mayor conjunto urbano declarado por la UNESCO como Lugar Patrimonio de la Humanidad: un museo de arquitectura al aire libre que se extiende por 1.810 hectáreas y que cuenta con con 347 edificios protegidos. La piedra caliza y porosa excavada de las riberas del río Garona viste muchos de ellos, que lucen en todo su esplendor cuando el sol refulge en sus fachadas y las adorna de tonos dorados, dando así forma a una de las escenas más reconocibles de la ciudad.

 

Foto de Peyman Shojaei en Unsplash

 

La herencia arquitectónica de Burdeos es riquísima. Hay monumentos de época romana, como los restos del Palais Gallien o el anfiteatro, o el cementerio que se puede visitar bajo la Basílica de Saint-Seurin; de la época medieval, como la imponente Puerta Cailhau y el campanario Grosse Cloche; y, sobre todo, de la época del esplendor de la ciudad, que nos ha legado maravillas como la Plaza de la Bolsa, donde se encuentra el Espejo del Agua, una inmensa lámina de agua que es una fiesta constante, con multitud de niños -y también mayores- que chapotean en ella a cualquier hora del día.

 

Tu Gran Viaje a Burdeos
Foto Guillaume Flandre

 

Hay más lugares imprescindibles que sería imperdonable perderse al visitar Burdeos: los numerosos palacetes de los siglos XVII y XVIII que adornan los paseos de Chapeau o l’Intendance; la explanada de Quinconces –la mayor plaza de Europa- y su monumento a los Girondinos, una columna de 43 metros y su impresionante fuente de finales del siglo XIX; la Catedral de Saint-André, con su campanario exento, la torre Pey-Berland, que mide más de 114 metros… Y, en en el corazón de la ciudad, la Place de la Comédie, flanqueada por el Gran Teatro (una obra maestra neoclásica del arquitecto Victor Louis, construida de 1773 a 1780) y el Grand Hôtel de Burdeos, ideal para hacer una parada bajo la sombra de Sanna, el busto gigante del genial Jaume Plensa.

 

 

Aquí da comienzo la rue Sainte-Catherine, que con más de 1.200 metros de longitud es una de las calles comerciales más largas de Europa, y donde aguardan más de 250 tiendas y grandes almacenes. También hay numerosas boutiques en el Triángulo de Oro: delimitado por Allées de Tourny y las cours de Clemenceau e Intendance, sus calles –como las de Rosseau, Voltaire o Montesquieu…-  son las más elegantes de la ciudad.

Al acabar la jornada, los bares y las terrazas de los restaurantes comienzan a llenarse, y la extensa oferta gastronómica de Burdeos da gusto a todos los paladares. Restaurantes de estrellas Michelin conviven con asequibles brasseries y establecimientos para disfrutar en familia: sea cual sea nuestra expectativa gastronómica, en Burdeos será satisfecha. Y eso incluye, desde luego, su inmensa propuesta enológica: como una de las capitales mundiales del vino, los famosos vinos de Burdeos están presentes en cada rincón de la ciudad, y las posibilidades para disfrutarlos son también numerosísimas. Una manera accesible y asequible de conocer los secretos del vino de Burdeos es acudir a una cata en L’École du Vin, en la majestuosa Casa del Vino de Burdeos, un edificio del siglo XVIII que alberga, además, un bar de vinos con miles de referencias de la región.

 

 

Además, el vino de Burdeos tiene un templo, una auténtica joya arquitectónica que desde su apertura se ha convertido en uno de los iconos de la ciudad: la Cité du Vin. Con su peculiar forma, que recuerda a la de un decantador de vino, la Cité du Vin es probablemente el mejor museo sobre el vino que existe en el mundo, y nos invita a descubrir los secretos del arte de la enología: dioaramas, proyecciones, mesas olfativas con colecciones de olores y, desde luego, la posibilidad de degustar miles de vinos de todo el mundo, tanto en Le Belvédère, el bar-mirador ubicado en la azotea, como en Latitude 20, el snack-bar donde también podemos adquirirlos. 

 

 

Desde el mirador se divisa la última parada de nuestra visita a Burdeos: las calles del barrio de La Bastide, al otro lado del Garona, separado del centro de la ciudad por el precioso Pont de Pierre, de casi medio kilómetro de longitud. Las calles restauradas del barrio, históricamente una zona de almacenes e industrias relacionadas con el vino, se han convertido en uno de los barrios alternativos más de moda en Europa, con restaurantes étnicos, galerías de arte, tiendas de diseño y, sobre todo, el complejo Darwin, un antiguo cuartel reconvertido en centro cultural donde se programan multitud de eventos culturales y que alberga más galerías, coworkings, ateliers, pistas de skate y restaurantes como Magasin General, el restaurante eco más grande de Europa, donde poner el broche gastronómico perfecto a nuestra visita a Burdeos y continuar con esta ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine.

Por el corazón de Nouvelle-Aquitaine: Saint-Émilion y Sarlat

Muy cerca de Burdeos, a apenas cuarenta minutos de apacible conducción, nos aguarda Saint-Émilion, un bellísimo pueblo medieval que tiene todo lo que podríamos desear acerca de un pueblo de película, tan bello que está reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y que es parada ineludible de nuestra ruta.

 

 

Construido en un alto y protegido por murallas, y bajo la sombra de una iglesia excavada en la piedra, las calles empedradas y en pendiente de Saint-Émilion están repletas de monumentos, rincones y enotecas. Todo ello, enmarcado por algunos de los mejores viñedos del mundo, que pueden recorrerse tomando el Tren de los Grandes Viñedos, un trenecito típico de turistas que, desde la puerta de la iglesia de la Colegiata, recorre durante algo más de media hora los viñedos y châteaux más cercanos a la población.

 

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El itinerario que transcurre entre Saint-Émilion y Sarlat, la siguiente parada de esta ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine, es un recorrido de un par de horas que invita a hacerlo pausadamente, disfrutando del placer de contemplar los bellísimos parajes del Valle del Dordoña, uno de los lugares más bonitos de Francia. Pueblos tradicionales de vida apacible, marcado por los ritmos del campo, y decorados por frondosos bosques, viñedos y campos de labranza, dominados por numerosísimos castillos y bastidas, que son el aperitivo ideal con que nos recibe Sarlat, una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa.

 

 

Distinguida como Ciudad de Arte e Historia -las cercanas Périgueux y Bergerac también lo son-, Sarlat cuenta con un patrimonio privilegiado: nada menos que 65 edificios y monumentos ubicados en el corazón de la ciudad están protegidos -el mayor número de sitios históricos registrados en el inventario nacional de Francia-, y entre ellos destacan la imponente Catedral de San Sacerdote, la Linterna de los Muertos -justo detrás de la catedral- la Plaza de las Ocas, el Hotel de Maleville, o la antigua iglesia de Santa María, en la que el gran arquitecto Jean Nouvel -autor de la Torre Agbar de Barcelona o la ampliación del Museo Reina Sofía de Madrid- ha dejado su impronta con una espectacular reforma que la ha convertido en un mercado cubierto coronado por la torre campanario, desde donde podemos disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes.

 

 

Y no podemos dejar Sarlat sin pasear entre los puestos de su mercado al aire libre, que se celebra los sábados en la Place de la Liberté. Es un auténtico festival para los sentidos: decenas de productores locales llenan sus puestos de irresistibles tentaciones gastronómicas, desde quesos y embutidos a trufa, setas, espectaculares confits, magrets y elaboraciones de foie gras a los que resulta imposible resistirse.

Pueblos medievales y grutas prehistóricas

Sarlat es la base ideal para aprovechar al máximo la última etapa de esta ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine y explorar sus alrededores, donde abundan preciosos pueblos, llenos de encanto, y que conservan la esencia y arquitectura tradicionales. En Vézac, la primera parada, su iglesia románica merece toda la atención. El siguiente pueblecito, Beynac-et-Cazenac, a solo 10 kilómetros de Sarlat, con su castillo y sus alambicados callejones medievales, y La Roque-Gageac, uno de los pueblos más visitados de Francia, con sus construcciones medievales coronadas por la espectacular Manoir de Tarde, antigua residencia de los obispos de Sarlat, son de visita tan imprescindible como la amurallada Domme, que domina desde un altozano un recodo del río Dordoña.

 

 

Esta zona de Dordoña-Perigord tiene el bien merecido sobrenombre de “el país de los 1.001 castillos”: mansiones, casas solariegas, fortalezas y castillos de todo tipo motean sus paisajes -nada menos que 897 están protegidos, lo que le convierte en el departamento francés con mayor patrimonio declarado bajo protección-, y un ejemplo perfecto de estas joyas arquitectónicas es el castillo de Castelnaud-la-Chapelle, que se alza sobre un espolón que domina el Valle del Dordoña, y que alberga un museo de la guerra en la Edad Media.

Toca poner fin a esta increíble ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine, y no hay mejor manera de hacerlo que viajando en el tiempo, rumbo a la noche de los tiempos. A poco más de 25 kilómetros al norte de Sarlat se encuentra el espectacular valle del Vézère, un territorio de gran belleza que es Lugar Patrimonio de la Humanidad por sus nada menos que 147 yacimientos prehistóricos, entre los que destaca la cueva de Lascaux, una auténtica capilla Sixtina del arte prehistórico.

 

 

La cueva, pintada por los Magdalenienses alrededor de la primera mitad del siglo XV a.C. y replicada a la perfección en el Centro Internacional del Arte Parietal de Lascaux, es uno de los yacimientos prehistóricos más importantes del mundo; para la UNESCO “no hay otro yacimiento prehistórico en el mundo que iguale a este en cantidad, calidad y variedad de los hallazgos”. Un broche ideal para poner punto y final a esta ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine, una región de infinitos atractivos: un auténtico Gran Viaje muy cerca de casa.

Ruta en coche por Nouvelle-Aquitaine. Información práctica

Logitravel nos propone descubrir los encantos de esta región francesa con una ruta en coche por Nouvelle-Aquitainedesde 110€ por persona.
Más información y reservas, en este enlace.