Quebec es una de las ciudades más bellas de América por joyas como el Fairmont Le Chateau Frontenac, el hotel más fotografiado del mundo.
Quebec no es solo la ciudad fortificada más antigua de Norteamérica. Es, también, una ciudad de cuento de hadas, un capricho medieval transplantado a la orilla del río San Lorenzo donde una figura sobresale, bella y majestuosa, sobre todas las demás: la del Fairmont Le Chateau Frontenac, el hotel más fotografiado del mundo.
Le Chateau Frontenac, que está dirigido por la cadena Fairmont, es una maravilla arquitectónica cuya silueta se divisa desde antes de llegar a Quebec, pero, sobre todo, uno de los mejores hoteles del mundo -la lista de premios obtenidos no tiene fin- y, además, ostenta el Record Guinness al Hotel más fotograficado del mundo.
Le Chateau Frontenac es rico en historia: Primero fue un fuerte levantado por el mismísimo Champlain -el colonizador de la región de Quebec-, luego la residencia del gobernador nombrado por la corona francesa, hasta que un fuego se cebó con él en 1834. Luego, a principios del siglo XX, la Compañía Nacional de Ferrocarril construyó el hotel.
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Aquí se planificó la toma de Francia por las tropas aliadas durante la II Guerra Mundial; Churchill y Roosevelt conspiraron en estos pasillos contra Vichy. Y aquí se fraguó la fundación de la Organización Mundial de la Salud. El hotel cuenta con 620 habitaciones, casi todas ellas con unas espectaculares vistas del río. Un auténtico regalo para los sentidos que, si quieres vivir en primera persona, puedes reservar en este enlace.