Arquitectura, cultura, leyendas… toma nota de las mejores razones para viajar a Brno, la capital de Moravia, y una de las grandes joyas de la República Checa.
Cerca de Praga, a unos 200 kilómetros por la E50, se levanta sobre dos colinas Brno, capital morava y segunda ciudad más poblada de la República Checa, en un histórico cruce de caminos entre Austria, Eslovaquia y el propio país checo. Hay numerosos lugares en Brno de visita obligada: entre ellos, son imprescindibles la Catedral de San Pedro y San Pablo, el Ayuntamiento Viejo, el Monasterio Minorita o el Teatro Mahen, el primer edificio de artes escénicas en Europa que fue iluminado con bombillas eléctricas de Thomas Alba Edison allá por 1882.
Todo el paseo por estos monumentos es agradable, partiendo siempre desde el Mercado de la Verdura, ubicado en la plaza más bonita de Brno, que hoy luce una figura pequeña de Mozart a solo unos metros de la esbelta torre del Viejo Ayuntamiento.
Pero si de verdad quieres impresionarte, lo mejor es acudir al osario de San Jacobo, el segundo más grande de Europa tras el de París, que fue descubierto en 2001 por unas obras que se ejecutaron junto a este templo ubicado a 3.200 kilómetros de Santiago de Compostela. Se calcula que más de 50.000 personas fueron enterradas en estas galerías subterráneas, víctimas medievales de la peste, la cólera y de la Guerra de los Treinta Años.
En lo más alto de Brno asombra también el Castillo Real de Spilberk, la fortaleza barroca más famosa de los Habsburgo, conocida como “la prisión de las naciones”, que fue utilizada para encarcelar a los adversarios políticos de la centenaria dinastía centroeuropea y reutilizada por los nazis como prisión durante la II Guerra Mundial.
Se pueden recorrer las mazmorras, las cámaras de tortura y las impresionantes casamatas, los espacios oscuros de la fortaleza empleados originalmente como refugio de soldados y que fueron destinados a albergar a los criminales más peligrosos. Tras la visita, oxigénate con la magnífica panorámica de Brno desde las murallas de la fortaleza.
Y, desde luego, no puedes viajar a Brno y no visitar una de las joyas de la aquitectura mundial: la Villa Tugendhat, una de las obras maestras de Mies Van der Rohe, que en 2021 celebra su 20º aniversario como Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO.
Los sarcófagos de Mikulov
Una excursión desde Brno muy interesante es la que puedes realizar a Mikulov, a 50 kilómetros en dirección sur. El castillo que preside esta ciudad es moderno porque los nazis lo volaron en la II Guerra Mundial, pero sus bodegas ocultan una cuba de vino del siglo XVII, probablemente la mayor de Europa, con capacidad para cien mil litros.
El edificio fue propiedad de la familia Dietrichstein, la más poderosa del área, y muchos de sus miembros están enterrados en una impresionante cripta en la Iglesia de la Santa Cruz. El tour a pie alrededor de los 44 sarcófagos es realmente sobrecogedor.