En esa capital global que es Londres, que tiene de todo -incluso lo que no tiene-, ¡cómo no va a haber playa! En concreto, la de Brighton: la playa preferida de Inglaterra.
Brighton es desde mediados del siglo XIX la ciudad costera favorita del Reino Unido, un auténtico museo al aire libre de la época de la Regencia que ha sabido adaptarse a los tiempos actuales y mantenerse como una de las escapadas de playa preferidas por los británicos, especialmente los londinenses, a quienes solo les separa de ella una hora escasa de trayecto (como resultado, centenares de miles de ellos la visitan en un fin de semana cualquiera de verano).
Precisamente esa cualidad de “playa de Londres” ha dotado a Brighton de muchos lugares de interés: el Royal Pavilion, el palacio real de Brighton, una extravagancia kitsch que funde los estilos chino e indio a mayor gloria del que fuera su impulsor y principal usuario, el rey Jorge IV; el Brighton Pier, de la época victoriana, y que es uno de los iconos de la ciudad; y el paseo marítimo, repleto de atracciones y tiendas tradicionales y que bordea parte de la famosa playa de la ciudad, la Brighton Beach, que se extiende por casi nueve kilómetros y donde hay de todo, desde tramos acotados para nudistas a grandes arenales.