Burgos es, sin duda, la ciudad del Cid Campeador. La ciudad castellana está repleta de escenarios que nos recuerdan a la mítica figura de Rodrigo Díaz de Vivar, el Mío Cid.
Al visitar Burgos es imposible no hacerlo siguiendo la huella del Cid Campeador. La figura de Rodrigo Díaz de Vivar está estrechamente vinculada a la ciudad desde su nacimiento y hasta su muerte. En la localidad de Vivar, a 5 kilómetros de Burgos, nació el Campeador, lugar en donde comienza el Camino del Cid. La capital burgalesa está repleta de restos y vestigios del paso del Campeador, todos ellos llenos de un enorme atractivo cultural, y que conforman una interesante ruta por la ciudad.
Su camino en la ciudad de Burgos arranca en el Solar del Cid, un lugar en el que, según la tradición, tuvo asiento la residencia señorial del Cid Campeador. Actualmente se están llevando a cabo trabajos arqueológicos que tratan de datar exactamente las diferentes épocas de ocupación de este espacio. A continuación, hay que acudir a la Iglesia de Santa Águeda, un marco incomparable que dio lugar a la leyenda donde se cuenta que el rey Alfonso VI prestó ante el Cid su juramento de que no había participado en la muerte de su hermano Sancho II.
La iglesia de Santa Águeda es posterior a la época en la que vivió el héroe castellano, la actual data del siglo XV, construida sobre la anterior románica. En conmemoración con esta tradición oral de “la Jura” se colocó sobre la puerta un cerrojo de hierro y una pequeña placa que recoge el episodio acontecido.
La Catedral de Burgos y el Cid Campeador
La Catedral de Burgos también está presente en la ruta del Cid, ya que, en un lugar privilegiado considerado el “corazón de la catedral”, bajo el Cimborrio, se encuentra el sepulcro con los restos mortales del Cid y de su esposa, Doña Jimena. En el interior de la Catedral también es posible disfrutar de la Carta de Arras con motivo del enlace con Doña Jimena, que data de 1074, y el Cofre del Cid que también guarda una interesante leyenda, en el claustro.
Muy cercano a la catedral se encuentra el Arco de Santa María con sorprendente fachada en la que aparecen diversos personajes ilustres de la ciudad, incluyendo al propio Campeador, a la derecha del emperador Carlos V, en honor al cual se construyó la fachada. En el interior del arco, destacan varias piezas en honor al Cid, como su presencia entre los personajes representados en la decoración pictórica de la Sala de Poridad, el radio del brazo izquierdo del Cid, la reproducción de la espada Tizona o la edición facsimilar conmemorativa del MC aniversario del Poema del Cid Campeador.
Cruzando el Puente de Santa María, y a orillas del río, podemos ver un monolito que recuerda la Glera del Río Arlanzón, el lugar donde, según El Cantar de Mío Cid, acampó la primera noche de su destierro el Campeador. Además, en este mismo lugar también tuvo lugar el episodio del Cofre del Cid, tal y como muestra el monumento erigido en honor a dicho episodio. El siguiente punto de interés lo encontramos en el Museo de Burgos, en donde se conserva la famosa espada Tizona del siglo XI. Además, la colección del museo permite a los visitantes conocer la historia y el arte de la provincia en sus magníficas instalaciones.
A continuación, se vuelve a cruzar el río por el puente de San Pablo, antigua Vía Cidiana, en donde el cruce se encuentra flanqueado por un conjunto escultórico que rememora a los personajes con los que tuvo relación el Cid, como Doña Jimena, el Abad Sisebuto, Don Jerónimo o Diego Rodríguez, entre otros.
El último punto de la ciudad y quizá el más emblemático y fotografiado como imagen icónica burgalesa lo encontramos al final del puente, en la Plaza del Mio Cid, en cuyo centro se levanta una obra monumental esculpida en bronce por Juan Cristóbal, con la colaboración del arquitecto Fernando Chueca Goitia, e inaugurada en 1955.
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