Inmensos bosques de castaños, tradiciones milenarias, gastronomía exquisita… En una esquina de los Pirineos de Navarra se encuentra un destino ideal para una escapada. Así es Tu Gran Viaje a Leitza, Gran Viajero.
En la esquina norte de Navarra hay una tierra por descubrir, un lugar que resume, como los frascos pequeños de perfume, la esencia de la Navarra más tradicional y pura: Leitza, una población enclavada en el corazón del valle de Leitzaran a la que el término “bucólico” sienta como un traje a medida, y a la que puso en el mapa de muchos viajeros el haber sido escenario de rodaje de la película 8 apellidos vascos.
Leitza se convirtió de ese modo Argoitia de la ficción, y varias de las escenas más reconocidas de la película -la la manifestación abertzale con el ya famoso canto “Euskadi tiene un color especial”, además de la quema del contenedor y las carreras de la novia, Amaia, que vive en Aspain-Txiki, un caserío centenario del centro de Leitza- han hecho de Leitza uno de los destinos turísticos de cine más visitados de los últimos años.
Leitza es un espejo de un modo de vida anclado en la tradición que se ha convertido en su seña de identidad más apetecible, y que ha perdurado en muchos aspectos cotidianos hasta hoy: perviven en la localidad, con una envidiable salud de hierro, costumbres ancladas en el tiempo, y siguen teniendo vigencia las decenas leyendas susurradas al fuego de los hogares que dan cuenta de las hazañas de pelotaris y harrijasotzailes -levantadores de piedra-, como el mítico Iñaki Perurena, nacido en la localidad y que ha erigido a dos kilómetros de ella (no tiene pérdida: por la carretera NA-1700 dirección Uitzi, el dedo índice de una mano indica el cruce) el museo Peru-harri (Abierto todo el año, pero imprescindible reserva previa escribiendo a peruharri@hotmail.com o en el teléfono 659701045. Entradas: adultos, 4€; menores, 3€), un recinto donde se repasa la historia de ese trabajo de titanes convertido en deporte, y que tiene en consecuencia a la piedra como protagonista indiscutible: esculturas de hasta 8 metros y 40 toneladas, una catapulta inmensa, los objetos del museo -desde recuerdos del propio Iñaki a vestigios del Neolítico- y, lo mejor del todo, poder contar con los Perurena -padre e hijo- como anfitriones.
El corazón de Leitza está en la plaza Zaharra, cruce de caminos desde la fundación de la ciudad que conserva la arquitectura tradicional, y donde se encuentra el que fue ayuntamiento de Leitza hasta 1740. Las calles del centro son un dédalo en el que no faltan tabernas y caseríos tradicionales -algunos, como el de Malesakenea, de finales del siglo XVII-, que van a dar la explanada de la plaza, flanqueada por el ayuntamiento y el frontón, auténtico epicentro de Leitza donde, cada viernes, tiene lugar un mercadillo con puestos de alimentos de la zona.
Andando se hace camino: La Vía Verde de Plazaola
En los alrededores de Leitza abundan los parajes naturales de gran belleza -inmensos bosques de castaños y escarpadas laderas salpicadas de caseríos-. Es el caso de Leitzalarrea, un bosque de árboles viejos a 13 kilómetros de Leitza, pero sobre todo el tramo que transcurre por el municipio de la Vía Verde de Plazaola, una ruta senderista de unos cincuenta kilómetros de largo que sigue el antiguo trazado del tren que conectaba Andoáin, en Guipúzcoa, con Irurzun, pasando por Leitza y Lecunberri, donde hay un centro de interpretación con un pequeño rincón gourmet donde adquirir las exquisiteces gastro y artesanales de la zona.
Por el término de Leitza transcurre la mayor parte del recorrido -accesible para cualquier Gran Viajero con una forma física normal-, y la antigua estación de tren de la localidad es el punto de partida ideal de rutas sencillas que pueden realizarse en pocas horas. La más recomendable -para cualquiera que tenga un estado de salud normal y, eso sí, por lo menos un par de zapatillas cómodas- es la que, con una extensión de unos quince kilómetros, y saliendo de la estación rumbo a Uitizi hasta llegar a Mugiro. Esta ruta pasa por el que fue el túnel de la red de ferrocarriles de línea estrecha más largo de España, el de Utizi, de 2.630 metros de longitud, y que comunicaba entre sí -sigue haciéndolo- a los valles de Leizarán y del Larraun.
Tu Gran Viaje a Leitza. Guía práctica
Leitza se hace cuerpo en una tierra donde la naturaleza invade todo, y el Gran Viajero no se cansa de contemplar los miles de tonos de verde que dan vida al valle ni, tampoco, de degustar -una vez y otra- cuantos caprichos gastro le ponen a cualquier mesa: desde los mejores quesos de Leiztaran a la auténtica txistorra o las que son -dicen muchos- las mejores carnes a la brasa que se pueden comer en España…
Para dormir (y también comer, desde luego), están la Casa Rural Gorritzun (Barrio de Gorritzaran, Leitza. Tel. 699 361 194. E-mail: gorritzun@hotmail.es), un caserío tradicional con tres habitaciones dobles (dos dobles y una habilitada para familias); Zubimuxu Aterpea (Herriko Plaza, 10. Goizueta. Tel. 687 288 680. zubimuxuaterpea@hotmail.com), un albergue de 1ª categoría ideal para grupos ubicado en una antigua casona del siglo XVI que conserva un lavadero de aquella época.
Para emular a muchos de las celebridades que en el transcurso de los años han pasado por esta zona, nada como dar buena cuenta de los manjares rotundos -productos navarros de temporada como legumbres y hortalizas, exquisitas carnes rojas- que sirven en el Ayestarán (Aralar 22/27. Lekunberri. www.hostalayestaran.com), el restaurante del hostal del mismo nombre, por el que han pasado personajes como Ernest Hemingway o, Orson Welles. En Ezkurra, una población cercana a Leitza, destaca el Hostal Ezkurra (Calle Mayor, 4. Ezkurra. Tel. 948 61 50 80. www.hostalezkurra.com), de exquisita materia prima, raciones de lo más generosas y una relación calidad/precio realmente espectacular.
Y para hacerse con los estupendos quesos Idiazábal, los caseríos Bikain (Casa Ongi-Etorri, en Etxarri) o Gorritiko Gazta (San Bartolomé, en Gorriti) son dos apuestas seguras.
