Hablamos con el escritor y fotógrafo de viajes Jordi Canal-Soler, que nos propone recorrer Europa en coche y descubrir su apasionante e inmensa diversidad en su nuevo libro Joyas culturales europeas, editado por Alhena Media y My Way Rutas en coche.
Jordi Canal-Soler (Barcelona, 1977) es uno de los periodistas y escritores de viajes más prestigiosos de España. Siempre en ruta -recién llegado de recorrer Macedonia, Kosovo y Albania, y a punto de embarcar para la otra punta del mundo, atiende nuestra llamada-, Jordi ha viajado por más de setenta países, compartiendo desde hace años sus experiencias en revistas –Viajes National Geographic, Altaïr, Zazpi Haizetara, Buen Viaje, Avianca, Magellan, Naotravel, Aire Libre...-, programas de radio –La Buena Tarde (de RATP) y Els Viatgers de la Gran Anaconda (de Catalunya Ràdio), y guías y libros de viajes.
Por eso, es todo un placer poder conversar con Jordi, más cuando se trata al hilo de la llegada a librerías de su último libro, Joyas culturales europeas, un volumen imprescindible para recorrer Europa de punta a cabo siguiendo su enorme diversidad y que está editado por Alhena Media y My Way Rutas en coche (un portal que ofrece las mejores rutas para recorrer España y Europa en coche con casi un centenar de rutas por veinte países europeos).
Con la diversidad y riqueza cultural como protagonistas, el libro nos propone viajar por Europa con treinta rutas en automóvil que pasan por los escenarios más destacados de Alemania, los Balcanes, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Escandinavia, España, Francia, los países bálticos, Gran Bretaña, Grecia, Italia, Polonia, Portugal, Malta, República Checa, Rusia, Suiza y Turquía. Rutas en las que tienen cabida tanto el patrimonio cultural y arquitectónico como la gastronomía y la historia de estas auténticas joyas culturales europeas.
Jordi, en tu libro nos invitas a descubrir la riqueza cultural del continente europeo en 30 rutas en coche, repletas de inspiración, información, datos prácticos y consejos… ¿Cuáles son a tu juicio las ventajas de viajar en coche con respecto a otros medios de transporte?
Sin duda, las ventajas del coche son muchas. Para empezar, la independencia que te da para viajar por donde quieras. Mi abuelo solía decir que un coche es como una pequeña casa, pero con la ventaja de que la puedes mover. Mientras viajemos en el coche podemos llevarnos casi todo lo que deseemos de equipaje y parar allí donde nos plazca o recorrer la carretera que se nos antoje, cosas que no podemos hacer tan fácilmente viajando en moto o en transporte público. Otra de las ventajas es la conveniencia de tener un espacio privado, en el que podemos gozar de nuestra música favorita, conversar con nuestros compañeros de viaje sin interrupciones o parar en cualquier momento según las necesidades.
En el libro, recorres las cuatro esquinas del continente, de Escandinavia a los Cárpatos y del Kurdistán a Andalucía. Tú mismo señalas en tu prólogo lo diverso de Europa, pero, ¿cuáles son las señas de identidad comunes de los países por los que viajas?
Yo diría que, de los 29 países a recorrer que propongo en la guía, así como en todos los que conforman los países de Europa, existe un nexo común: el hecho de sentirse europeo, de formar parte de una región con enlaces históricos y culturales que se remonta a siglos y milenios. Creo que puede verse en el interés de la gente por mostrar estas joyas culturales, no solo para darlas a conocer a los turistas o viajeros, sino para mostrar las diferencias o similitudes que tienen con las propias de los países vecinos. Somos muchas naciones dentro de un continente, cada cual con nuestras distintas lenguas, creencias, propuestas artísticas, costumbres gastronómicas o inquietudes culturales, pero dentro de esta diversidad también existen los elementos de coincidencia, que nos unen mucho más de lo que nos separan.
¿Qué criterios has seguido para seleccionar estas 30 rutas, entre las infinitas posibilidades que nos ofrece el continente?
Seleccionar las rutas fue mucho más complicado que escribir sobre ellas. Hay tantas cosas interesantes en Europa, tantos rincones por visitar o países que mostrar que sería imposible registrarlo todo incluso con una colección entera de guías. Por ello tuvimos que restringirnos a una selección de treinta rutas que ha intentado dos cosas. Por un lado, escoger una buena muestra de la variedad de nuestro continente, por lo que no solo introdujimos rutas que circulan por el Mediterráneo en contraste con otras que llegan a Escandinavia o el Báltico, sino también otras que recorren las Islas Británicas en oposición al extremo oriental de Turquía, abarcando así casi la totalidad de la expansión de Europa.
Por otro lado, también buscamos rutas que nos pudieran proporcionar una visión histórica de la evolución cultural y artística de Europa. Para ello seleccionamos rutas que van desde las pinturas rupestres de la Cornisa Cantábrica hasta la Revolución Rusa, pasando por los castillos del Loira, la Pompeya romana o incluso la Alemania nazi.
¿Cuáles son para ti las carreteras escénicas más espectaculares, las que no puede dejar de recorrer un viajero al volante de su coche?
Hay unas cuantas de estas carreteras en Europa que sin duda fascinarán a cualquier viajero conductor. Por ejemplo, está la Grossglockner Hochalpenstrasse en Austria, la Jadranska Magistrala en Croacia, la Transfagarasan en Rumanía… Pero también hay carreteras menos conocidas y que nos brindarán la posibilidad de gozar tanto de unos paisajes preciosos como de unos monumentos singulares de nuestra historia como europeos.
Son el caso de las carreteras que bordean los fiordos de Noruega, o las que conectan las capitales de provincias del Legado Andalusí, la que nos permite cruzar la Toscana o la que nos descubrirá los paisajes y castillos del Loira, para poner solo algunos ejemplos. Y en nuestro país tenemos también el Camino de Santiago, que aunque no lo recorramos a pie hacerlo en coche también nos permitirá conocer la multitud de monumentos religiosos que jalonan este gran camino de la fe.
Apuntas que Europa está a la cabeza mundial en cuanto a patrimonio cultural, con más de cuatrocientos sitios culturales incluidos por la UNESCO en su Lista de Patrimonio Mundial. Seguro que es difícil elegir, pero, para ti, ¿cuáles son los que deberíamos conocer sí o sí?
Escoger entre más de cuatrocientos lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad es muy difícil, puesto que todos ellos han sido inscritos por la gran aportación que representan en la cultura e historia humana. Pero para mí hay algunos lugares y monumentos que no deberíamos perdernos porque sobresalen por su espectacularidad o su importancia artística o cultural. Primero tenemos Stonehenge, en Inglaterra, que nos demuestra lo que puede llegar a hacer una comunidad incluso aunque solo disponga de herramientas de piedra.
En segundo lugar, deberíamos incluir el Partenón de Atenas, como muestra de la capacidad humana para el arte y la arquitectura, así como para la organización de una forma democrática. En tercer lugar, yo mencionaría la Alhambra de Granada, no solo por su belleza, sino por lo que representa en Europa: la modernización que aportaron los árabes en la oscuridad de la Edad Media. Y por último quizás mencionaría el centro histórico de Florencia y la relevancia que tuvieron los mecenas de las artes como los Médicis para desarrollar el Renacimiento y llevar la modernidad a Europa.
Tu libro está dirigido a los viajeros españoles, especialmente a aquellos que buscan diseñarse su propio viaje en coche. ¿Qué es lo que deben tener en cuenta sí o sí a la hora de echarse a la carretera?
Sobre todo, yo les diría que se dejen sorprender. Esta guía propone un itinerario concreto y da también algunas sugerencias de visitas alternativas con las que expandir la ruta, pero incluso así nos hemos dejado muchas cosas en el tintero por falta de espacio, por lo que el viajero inquieto podrá encontrar muchos otros lugares y monumentos que visitar en el destino que, por el hecho de no estar incluidos en el libro o por no ser tan conocidos, seguramente le van a sorprender aún más.
A nivel práctico, también es importante que, al lanzarse a la carretera, los viajeros tengan en cuenta la cercanía o lejanía del lugar que quieren conocer. Quizá vale la pena visitar algún lugar antes de llegar a nuestro destino, y así poder conocer aún más el gran patrimonio cultural que guarda Europa.
¿Cuál ha sido el momento más emotivo, más inolvidable, de tus viajes por estas 30 rutas de Europa?
Ha habido muchos momentos emotivos, pero yo diría que todos ellos coinciden en ese instante en el que, después de muchos preparativos y horas de viaje, llegas finalmente ante ese monumento o paisaje con el que habías estado soñando. Lo ves ahí, frente a ti, y te parece increíble poder estarlo contemplando en vivo y en directo: y por más que lo hayas visto en libros, revistas o reportajes siempre te parecerá mucho más impresionante.
Me ha pasado, por ejemplo, con el crómlech de Stonehenge en Inglaterra, con el palacio de Schönbrunn en Viena, con el castillo de en Baviera, con los fiordos de Noruega, con la mezquita de Córdoba o con el castillo de Chambord en el Loira. Y en muchos más lugares. Siempre siento un pequeño escalofrío de emoción que me recorre el cuerpo al ver por primera vez una de estas joyas culturales.
Por último, ¿qué proyectos viajeros y literarios estás desarrollando actualmente?
La verdad es que, como autor, tengo muchos proyectos en marcha, desde los artículos en revistas especializadas que publico mensualmente hasta las participaciones en radio semanales con las que doy a conocer también los diferentes lugares que visito. Pero el último proyecto más avanzado a nivel literario es otro libro de viajes. Además de Los paisajes naturales más fascinantes de Europa y el actual Joyas culturales europeas, que son guías de viaje, también tengo publicados un par de libros de narrativa viajera, Viaje al Blanco, en el que describo una expedición al Polo Norte, y Tierras del Norte, donde cuento mis viajes por Alaska y el Yukón. Ahora estoy escribiendo un nuevo libro de narrativa de viajes centrado alrededor de las islas del Pacífico, que he ido recorriendo en los últimos años para ver cómo han cambiado desde que fueron “descubiertas” por los exploradores europeos.
