A fines del siglo XVIII nacieron en México los famosos mariachis. Su nombre, parece ser, procede de la palabra francesa mariage que significa boda o de la palabra gallega marriagero, que quiere decir músico que actúa en las bodas.
En México los mariachis están en todo el país y en casi todos los hoteles y restaurantes de lujo, pero son especialmente populares en los estados de Jalisco, con su capital Guadalajara, y en el centro de la República mexicana; es decir, en las zonas en las que se produjo esa fusión con la colonización española que dio origen a la charrería.

Los mariachis de Ciudad de México
En la plaza Garibaldi de Ciudad de México hay música en vivo -y wi fi- a todas horas. Podéis pedir a los grupos de mariachis que os toquen vuestra ranchera preferida; como mínimo, hay que soltar cien pesos, depende de lo famoso que sea el grupo. En la plaza hay varios locales emblemáticos: el Salón Tropicana, templo de la salsa, la rumba y la cumbia; y sobre todo el Salón Tenampa, fundado en 1925, sus paredes rebosan de fetiches y fotos de famosos, en este salón se puede comer algo, o tomar una botana o una copa, a la vez que se solicita la canción de turno a los mariachis. El local tiene un cartel en la puerta en el que se lee: “en este establecimiento no se discrimina por condición física o socioeconómica ni por ningún otro motivo”.

En la plaza se encuentra también la Escuela de Mariachis, e incluso se puede ir a la peluquería La Hermosa Hortensía, que data de 1936. En una de las esquinas se abre el espectacular mercado de San Camilito, con muchos sitios para comer en un ambiente de decoración verbenera. Los Gordos, El Alteño Pepe, Beto y Lety son varios de los muchos restaurantes de este patio de comidas típicas.

La plaza Garibaldi está jalonada por las esculturas a tamaño real de los grandes de la música mexicana, como Lola Beltrán o de su discípulo Juan Gabriel, que murió en 2016 y compuso más de 470 canciones, algunas de ellas auténticas obras maestras; por ejemplo El México que se nos fue o Canción 187, por no hablar de La diferencia (que canta magistralmente Vicente Fernández) o Amor eterno (en versión de Rocío Durcal).

Los mariachis de Guadalajara
La plaza de los mariachis de Guadalajara es la plaza José “Pepe” Guízar Morfín, nombrada en honor de uno de los compositores y cantantes jaliscienses más relevantes y populares. En los soportales de esta plaza tapatía hay varios restaurantes y bares de copas, en los que los mariachis esperan a la clientela para que les solicite las canciones que les gustan.

Cerca de esta plaza se extiende el inmenso Nuevo Mercado de la Libertad, donde venden botas charras, correas, espectaculares sillas de montar, de todo. Es un verdadero laberinto sin Minotauro. Y terminemos, ahora que Trump está con lo del muro, con una de las grandes letras de Juan Gabriel, de su canción El México que se nos fue:
Adiós gringos peleoneros
buenos pa’ las guerras son
ellos creen que dios es blanco
y es más moreno que yo.