Ubicado en la que fue residencia del príncipe Roland Bonaparte, nieto de Napoleón, el Shangri-La Hotel de París es uno de los hoteles más exclusivos del mundo, e ideal para viajar a París del modo más exquisito.
Abundan las razones para hacerlo: su localización -con las exclusivas boutiques de las avenidas Montaigne y George V a un paso-, su elegancia tradicional -sus imponentes escaleras de mármol de Murano, candelabros por doquier-, y la que probablemente sean las mejores suites de París -solo por las vistas privilegiadas a la Torre Eiffel merecen su fama.
Y, ¿por qué no mimarse en su spa, a la altura de lo que esperamos? El Spalace es uno de los mejores y más elegantes spas del mundo, uno de esos lugares de los que uno jamás se iría, cuanto menos dos…
¿Las razones? Una preciosísima piscina cubierta de 15 x 6 metros, una terraza exterior y un centro de belleza CARITA, todo ello bañado por la luz natural, y decorado con alfombras orientales, paneles de madera y mosaicos de porcelana. El tratamiento de la casa es el Expérience Précieuse, y combina el uso de piedras preciosas y un toque suave de pétalos durante dos horas y media para recuperar cara, cuerpo y alma. En definitiva, viajar a París y alojarse en este increíble Shangri-La Hotel es una experiencia inolvidable.