Puede que no lo sepas, pero muy probablemente las imágenes de playas que te hacen soñar desde las portadas de los catálogos de las agencias de viaje han sido tomadas en Tailandia; más concretamente, en esta isla de Phuket o en cualquiera de los centenares de trocitos de paraíso caídos del cielo y alagrimados en torno al Mar de Andamán. Esas aguas translúcidas pueden ser las que besan las playas de las islas Phi Phi.




El archipiélago está compuesto de seis islas y multitud de islotes: las dos principales son Phi Phi Leh -donde se encuentra la bahía de Maya, el lugar donde se rodó la película La playa– y Phi Phi Don, la más importante y a la que llegan los ferries, tras un par de horas de travesía, desde los puertos de Phuket City y Krabi. Estas islas atesoran algunos de los parajes más bellos que, con seguridad, podrá descubrir un viajero medio en su vida. Acantilados escarpados en cuyas cuevas naturales viven los gitanos del mar; playas en forma de media luna cuya arena es tan blanca que no se puede contemplar; jungla virgen tupida… y cierto aire místico que impregna las islas y que no se pierde aunque no sean ya el secreto viajero que siempre fueron. En Phi Phi Don hay que ascender al caer la tarde al Viewpoint para descubrir, desde casi doscientos metros de altura, cuán bella puede ser una isla tailandesa. Las vistas nos descubren sus playas prístinas y accesibles, como las de Yao y Lanti, con buenos corales, o la muy tranquila Laem Tong, en el norte.

Phi Phi. Foto © Tu Gran Viaje
Foto © Tu Gran Viaje.

La animación se queda para Ton Sai, la población más importante, donde atracan los ferries y que fue totalmente arrasada por el tsunami de 2004. Al calor de la fama que le procuró la película de Danny Boyle, Phi Phi Leh se ha convertido en uno de los destinos más famosos del sudeste asiático, y lo merece. La bahía de Maya es una impresionante bahía cercada por acantilados de cien metros de alto en la que hay varias playas: la principal tiene unos doscientos metros de largo de pecaminosa arena blanca y los corales pueden verse a simple vista desde la superficie, pues la misma bahía es un gigantesco arrecife. Pero la playa es tan famosa que su belleza hay que compartirla con miles de viajeros, que echan pie en tierra de docenas de barcas y lanchas que atracan en la playa. Pero no hay que lamentarse: Nada como visitar la isla muy temprano por la mañana o a partir de media tarde para evitar a las multitudes y, en una de las playas más célebres bellas del mundo, comenzar a echar de menos la belleza reposada de Tailandia, y fantasear con perderse para siempre en el modo de vida thai.

Islas Phi Phi. Foto © Tu Gran Viaje
Los pobladores tradicionales siguen viviendo en las cuevas naturales de las islas. Foto © Tu Gran Viaje.