Todo en Marrakech gira en torno a una de las plazas más vibrantes del mundo, un lugar que por derecho propio no deja indiferente a nadie y que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco: la plaza de Jemaa el-Fna.

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La plaza de Jemaa el-Fna de Marrakech es uno de los vórtices en los que nuestro mundo se dobla para dejarnos ver una realidad de leyenda protagonizada por cuentacuentos, tragafuegos, encantadores de serpientes, acróbatas, vendedores de fruta, encantadores de serpientes, dentistas, aguadores o escribanos.

 

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Un espectáculo vital tan rico que congrega a miles de personas que la abarrotan y que, en cuanto cae el sol abrasador que ilumina el Atlas, se retiran para dejar paso a los puestos de comida especializados, donde no puedes dejar de sentarte a cenar. Nuestro consejo: Sube a una de las terrazas de los cafés que rodean la plaza, y mientras tomas un té a la menta contempla la vida pasar. ¿Nuestro favorito? El Café de France.




 

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