En estos exigentes días de lucha en los que estamos viviendo, muchos echan de menos el mayor pasatiempo de la Humanidad: el fútbol. Pues con estas películas de fútbol, la nostalgia de ver el balón rodar será menor.

Cuenta la leyenda que, cuando el jugador brasileño Ronaldo marcó el segundo gol al alemán Oliver Khan en el partido final de la Copa del Mundo 2002, dando así la victoria del torneo a su selección, más de 1.500 millones de personas levantaron los brazos alborozados. La religión del fútbol, el deporte más extendido del planeta –con la excepción, denodados esfuerzos de Henry Kissinger aparte, del planeta americano, que decía Vicente Verdú-, está huérfana de estrellas y emociones en estos aciagos días -porque eso esperamos de corazón que sean: solo días-, así que hemos seleccionado para todos los Grandes Viajeros amantes del fútbol siete películas con las que aplacar las ansias futboleras.

 

 

Evasión o victoria, de John Huston

Este no es un partido de fútbol normal. ¡Esto es la guerra! El campo de batalla: un estadio en el París ocupado. Los ejércitos: las grandes estrellas alemanas contra una equipo de prisioneros de guerra aliados. El objetivo: dar otra prueba de la superioridad aria. Silvestre Stallone, Michael Caine y Max Von Sydow protagonizan esta provocación dirigida por el legendario John Huston. El partido culminante es un espectáculo de fuerza bruta y gracias acrobáticas que no sólo mantienen al espectador en vilo, sino que también provocan su diversión, y en el que figuran leyendas del fútbol como Pelé, Bobby Moore o Osvaldo Ardiles, entre otros.

 

 

¡Quiero ser como Beckham!, de Gurinder Chadha

Jess tiene dieciocho años y sus padres quieren que sea una encantadora y convencional chica india. Pero ella solamente quiere jugar al fútbol como su héroe, David Beckham, la estrella del Manchester United. Para Jess, eso significa darle patadas a un balón en el parque con sus amigos, hasta que la descubre Jules, una joven que la invita a unirse al equipo de fútbol femenino local. Las chicas tienen la misma edad y comparten los mismos sueños. Al tiempo que se va consolidando su amistad, el equipo empieza a viajar para jugar en otras ciudades.

 

 

El penalti más largo del mundo, de Roberto Santiago

Fernando es un perdedor. En sus ratos libres, es portero suplente de un equipo de fútbol de tercera regional. En toda la temporada no ha jugado ni un solo minuto. Pero el último domingo de la liga el árbitro señala penalti y el portero titular se lesiona. Fernando tiene que ocupar la portería por primera vez. Si para el penalti, el equipo del barrio se proclamará campeón y subirá de categoría. Cuando el penalti está a punto de lanzarse, un grupo de hinchas indignados con el árbitro invaden el campo e impiden que el partido acabe. El comité de competición decide que el penalti debe lanzarse el siguiente domingo, en la misma portería, con los mismos jugadores y con el campo cerrado al público. El penalti más largo del mundo es justamente la historia de esa semana de espera.

 

 

Días de fútbol, de David Serrano

Jorge tiene 30 años y piensa que su vida no puede empeorar. Su trabajo le deprime y su novia le deja cuando él le pide matrimonio. Pero, aunque parezca mentira, las cosas siempre pueden ir a peor y, como muestra, sólo hay que echar un vistazo a sus amigos. Creen que ha llegado el momento de cambiar sus vidas. Y la brillante solución que encuentran es volver a montar el equipo de fútbol que tenían de chicos y por fin ganar algo en su vida, aunque sea un trofeo de fútbol 7.

 

 

El portero, de Gonzalo Suárez

Adaptación al cine de un relato corto del escritor Manuel Hidalgo. Ramiro Forteza es un portero de primera división que por culpa de la guerra va de pueblo en pueblo retando a sus habitantes a batirle a cambio de unas monedas. Una noche, Ramiro llega a Río Luna, un pueblo asturiano donde conoce a unos personajes muy peculiares: Manuela madre soltera de un niño de color, el sargento Andrade, militar convencido y esposo engañado, un doctor alcohólico, una mujer adúltera, un cura desbordado, un maqui en pie de guerra…

 

 

Matías, juez de línea, de Santiago Aguilar

Matías es un estricto e íntegro juez de línea con un único defecto: no sabe mentir. Ha pitado un penalti en contra de España que ha apartado a la selección del mundial de fútbol. El linier tiene que huir de los hinchas enfurecidos y se refugia en su pueblo natal. Allí, su padre, el borrachín del pueblo le obliga a hacerse pasar por juez…de paz. Los habitantes del pueblo le reciben con expectación pues la mayor fuente de ingresos del pueblo es el contrabando de licor