El café, uno de los símbolos patrios de Costa Rica en reconocimiento a su impacto histórico en la economía, la sociedad y la cultura del país, es mucho más que su consumo, es el hilo invisible que ha tejido su identidad nacional.
Introducido a finales del siglo XVIII y cultivado masivamente desde 1821, año de la independencia del país, el café transformó profundamente la economía, la política y la sociedad de Costa Rica, consolidándose como uno de los pilares fundamentales de su desarrollo económico. El país cuenta con ocho regiones cafetaleras, con microclimas diferentes, desde el Valle Central hasta el reconocido Tarrazú, considerado uno de los mejores cafés del mundo y protegido con Denominación de Origen.
Por ley, el café costarricense se cultiva exclusivamente en la variedad arábica, garantizando así su excelencia. Zonas como la del volcán Poás ofrecen condiciones ideales para su cultivo, gracias a su altitud y suelos volcánicos, que aportan acidez sin amargor y matices frutales, cítricos y almendrados, variables según la altitud y la temperatura, pero siempre asegurando un café de sabor excepcional. Hoy, los tours del café permiten recorrer este legado histórico y apreciar como el “grano de oro” ha acompañado la vida cotidiana de los costarricenses durante más de dos siglos, consolidándose como un símbolo de identidad y tradición nacional.
La riqueza generada por el café financió infraestructuras, promovió la educación y abrió el país a mercados internacionales, dejando una huella profunda en la cultura costarricense. El Teatro Nacional de Costa Rica, joya arquitectónica de San José construido en 1891, fue financiado mediante un impuesto al café gracias a un grupo de empresarios cafetaleros que decidieron construir el teatro para el disfrute de todos los ciudadanos del país. Hoy, los visitantes pueden recorrer sus instalaciones con visitas guiadas y disfrutar de experiencias como la su cafetería Alma de Café, que ofrece acceso exclusivo a las cosechas más selectas y la oportunidad de degustar las mejores exportaciones costarricenses.
Esa misma importancia del café se reflejaba en las haciendas del Valle Central, que no eran sólo plantaciones, sino centros de vida, comercio y administración, donde la producción del café acompañaba decisiones que moldearon la economía y la cultura costarricense.
Hoy, esa tradición se mantiene viva en el Costa Rica Marriott Hotel Hacienda Belén, “un lugar inspirado por donde empezó todo” como ellos mismos lo definen. Un resort 5* ubicado a poco más de 5 kilómetros del Aeropuerto Internacional de San José en la provincia de Heredia, e inspirado en las haciendas coloniales costarricenses. Además, y siguiendo el ejemplo del país en su compromiso con el medio ambiente, el hotel posee una estratregia de sostenibilidad basada en los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Sus jardines con cafetales propios, el spa con tratamientos basados en café, las piscinas rodeadas de palmeras, el gimnasio abierto las 24 horas, un campo de práctica de golf y una excelente oferta gastronómica convierten a Hacienda Belén en un oasis de tranquilidad a un paso de la capital, y el punto de partida perfecto para explorar volcanes, plantaciones históricas o reservas naturales, aunque abandonar la experiencia de ‘Pura Vida’ que ofrece el hotel sea casi un reto.
Una experiencia cafetera en Marriott Hacienda Belén
Dentro de la propiedad se cultivan granos que dan origen a cafés exclusivos como Organikos Hacienda House y Hacienda Reserve, mezclas que capturan la esencia del Valle Central, y cuyos ingresos se destinan a proyectos ecológicos que protegen el hábitat de aves locales en Hacienda Belén y el resort Los Sueños, también propiedad de la cadena hotelera Marriott.
La experiencia conectada con el café está al alcance de los huéspedes en Kuö Spa, con 11 salas de tratamiento, incluidas las suites para parejas con jacuzzi exterior con vista a la plantación, y cuyos tratamientos integran el grano de café y cenizas volcánicas para exfoliaciones y masajes revitalizantes. Asimismo, desde la terraza de la Casa del Café, se puede probar el producto en su máxima calidad mientras se disfrutan de preciosas vistas al jardín.
Experiencia Cliente asegurada
Hacienda Belén es un auténtico microcosmos en tu gran viaje a Costa Rica, con habitaciones de ensueño que ofrecen vistas al Valle Central y una oferta gastronómica que va desde la cocina tradicional tica en Hacienda Kitchen hasta experiencias gourmet en La Isabela Steakhouse pasando por los exóticos cócteles de Castilla Lounge.
Destaca especialmente el concepto “farm to table”, servido en la terraza exterior, que ofrece cenas al estilo familiar con platos especiales elaborados por los chefs del hotel con ingredientes frescos de temporada provenientes de productores locales y del propio huerto del establecimiento. El ambiente íntimo y acogedor, así como la calidad de la gastronomía convierten esta experiencia en un momento que ningún viajero debería perderse.
Más allá del hotel
Gracias a su ubicación en el Valle Central, Hacienda Belén es el punto de partida ideal para explorar el país. A menos de 1 hora, se puede visitar el volcán Poás, uno de los volcanes activos más impresionantes de Centroamérica, o vivir aventuras en Rainforest Adventures, una reserva privada de 475 hectáreas en el Parque Nacional Braulio Carrillo. Allí es posible observar aves, descubrir la flora y fauna tropical, recorrer senderos para avistar especies exóticas y disfrutar de tirolesas de hasta 700 metros, así como del primer teleférico del mundo construido dentro de un bosque tropical. Los visitantes también pueden explorar, acompañados por un guía naturalista, los jardines temáticos, que incluyen un espectacular Mariposario donde habita la mariposa Morpho, símbolo nacional de Costa Rica y reconocible por su intenso azul iridiscente.
Hacienda Alsacia: el futuro del café
Entre cafetales y vistas panorámicas al volcán Poás, se encuentra la Hacienda Alsacia, la primera y única finca de café operada por Starbucks en el mundo. Más allá de ser una plantación, este espacio es un laboratorio vivo de innovación, sostenibilidad y cultura cafetera.
En sus 240 hectáreas conviven cafetales productivos, zonas de investigación, senderos, bosques y un centro de visitantes que recibe cada año a más de 25.000 amantes del café. Aquí, los visitantes no solo aprenden el recorrido completo del grano, desde el vivero hasta el tostador, sino que también participan en experiencias multisensoriales como el “Laboratorio del Café”, donde se descubren aromas, texturas y sabores de manera interactiva.
La misión de Alsacia es clara: garantizar el futuro del café. A través de programas de investigación, se desarrollan variedades resistentes al cambio climático y a enfermedades, con el fin de compartir este conocimiento de manera gratuita con los productores de todo el mundo, independientemente de que trabajen con Starbucks o no.
Desde su fantástica cafetería asomada al valle y después de realizar un tour por la Hacienda Alsacia, el viajero puede degustar una taza frente a una cascada y a un paisaje que combina plantaciones, montañas y bosque. El centro cuenta además con espacios exclusivos para eventos privados, convirtiéndolo en un rincón único donde la tradición cafetera se une con la hospitalidad costarricense.
Ser socio de Marriott Bonvoy
El programa de viajes de Marriott International ofrece grandes beneficios, incluyendo experiencias VIP, tarifas exclusivas para socios y oportunidades para canjear los puntos Marriott Bonvoy. Con un portafolio de 30 marcas hoteleras y más de 7,600 hoteles alrededor del mundo, convertirse en socio es gratuito y se puede hacer descargando la aplicación Marriott Bonvoy o registrándose a través de su página web.