Con más de 300 días de sol al año, un clima perfecto, playas vírgenes, calas íntimas, pueblos de pescadores… En cualquier momento del año, viajar a la Costa Cálida es hacerlo a un enclave con todo lo necesario para que tus vacaciones sean, simplemente, perfectas.

El Mediterráneo brilla en todo su esplendor en la Costa Cálida, repleta de playas vírgenes, calas secretas y arenales infinitos que convierten cualquier escapada a la playa en una experiencia viajera de primera. Uno de sus lugares más especiales es la playa de Calblanque, en el corazón del parque regional del mismo nombre -que se extiende entre el Cabo de Palos y Portmán-, es una de las playas más espectaculares del Mediterráneo español: dunas, arenales y rocas forman un paisaje de otro mundo que la conservado la pureza y la belleza del Mediterráneo.

 

Playa de Calblanque

 

En Águilas, el castillo de San Juan de las Águilas otea el panorama que presiden algunas de las más espectaculares playas de la Costa Cálida: Playa de Calarreona, Playa la Calabardina, Playa de Calacerrada, Playa del Arroz, Playa del Hornillo… escenarios vírgenes que dan forma al tesoro natural que es Águilas, con sus espacios naturales protegidos -el Parque Regional de Cabo Cope y el Paisaje Protegido de Cuatro Calas- como bandera. No te pierdas la reserva marina de Cabo Tiñoso, con sus acantilados cortados a cuchillo sobre unas aguas transparentes ideales par que te sumerjas con tus gafas y explores su fondo marino o las surques con un kayak. ¡Inolvidable!

 

Cabo de Palos

 

Las aguas de la bahía de Mazarrón, que se extiende por más de 35 kilómetros, atesoran playas -la Reya, Bahía, El Castellar…- y calas vírgenes -Amarilla, la Grúa, Parazuelos, Covaticas, Percheles- ideales para que disfrutes como nunca de un día en el mar. Además, hay sorpresas tan maravillosas como la posibilidad de contemplar ballenas y delfines. Del puerto de Mazarrón parten muchas de las rutas que, en unas cinco horas de travesía, te llevarán hasta las aguas donde los delfines hacen sus cabriolas. Es muy fácil encontrarlos, aunque no tanto a los cachalotes y torcuales, que pueden llegar a medir hasta 18 metros.

 

Atardecer sobre la Bahía de Mazarrón. Foto Ibrujo – Pixabay

En Mazarrón está uno de los iconos más reconocibles de la Costa Cálida: las Gredas de Bolnuevo, y que son caprichosas formas geológicas a las que el paso del tiempo ha convertido en curiosas estatuas naturales, moldeadas por la erosión, el sol, el agua…

 

Gredas de Bolnuevo

 

En la Costa Cálida está uno de los mayores tesoros naturales de toda España: el Mar Menor. Esta albufera es una joya mediterránea que baña las playas de San Pedro del Pinatar -donde se encuentra la mayor zona de lodoterapia de toda Europa-, San Javier, Los Alcázares y Cartagena. Desde antiguo se conocen las bondades para la salud del clima, los barros y las aguas del Mar Menor, así que no es de extrañar que encuentres a tu disposición una gran oferta de tratamientos para la salud que tienen como base el agua del mar (hidroterapia), los barros (lodoterapia), el aire marino (aeroterapia) o la misma acción del sol (helioterapia).

 

Mar Menor

 

Y, desde luego, las playas del Mar Menor son todo un destino en sí mismas. Tienes una estupenda colección entre la que elegir, todas ellas perfectas para un día de playa, pero para orientarte, toma nota de El Carmolí, Los Nietos, Las Palmeras, Las Salinas, El Castillico, Barnuevo, La Mota, Villananitos…

 

Paseo del Atalayón, Mar Menor

 

Tampoco puede faltar en tus vacaciones en la Costa Cálida una visita a uno de los lugares más conocidos y especiales de la Costa Cálida, la Manga del Mar Menor, la franja que, a lo largo de 24 kilómetros entre el Cabo de Palos y la Punta del Mojón, separa al Mar Menor del Mediterráneo. Playa Honda, Playa Paraíso y la Playa de los Alemanes son algunas de las más populares playas del Mar Menor. Además, por su especial ubicación entre los dos mares, la Manga del Mar Menor es un lugar ideal para la práctica de deportes náuticos (vela, windsurf, piragüismo…)

 

Santiago de la Ribera, Mar Menor. Foto CC 3.0 Alberto Casanova

 

Y para terminar del mejor modo tu día de playa en la Costa Cálida, ¿por qué no saborear sus tradiciones del mejor modo: con su gastronomía? Sus pueblos de pescadores, Azohía, Cabo de Palos o Águilas, conservan mucho del sabor de antaño, y son ideales para que te regales al paladar un caldero del Mar Menor -un arroz caldoso con ñoras, pescado de roca y morralla para preparar el caldo-, marineras -unas rosquillas de pan con ensaladilla y anchoas, ideales como tapa para acompañar una cerveza fría- o el zarangollo, que es un revuelto de huevo y las exquisitas verduras de la huerta murciana, una de las más ricas de Europa.