Parafraseando la canción, sobran los motivos para viajar a Dublín en cualquier momento. La eléctrica capital irlandesa tiene una de las mayores colecciones de estímulos viajeros y, cuando el invierno se adueña del calendario, las razones para que te regales una escapada a Dublín son tan irresistibles como siempre. Y si, además, haces tu viaje a Dublín con la ruta en coche por Dublín de Logitravel, la experiencia viajera aumenta.
Que en Irlanda saben cómo celebrar una fiesta no es ningún secreto; y en su capital, Dublín, es todavía más evidente. Por eso, viajar a Dublín durante las fiestas de Navidad es una excelente idea, porque a su excepcional colección de atractivos culturales se suma uno de las celebraciones de Año Nuevo mas irresistibles de todo el continente, el New Year’s Festival, en el que la ciudad se engalana para el cambio de año con espectáculos para todos los públicos y conciertos con los mejores artistas de la escena musical irlandesa.
El Festival de Año Nuevo de Dublín tiene su epicentro en la histórica Custom House, y la fiesta arranca a las 18 horas con un espectáculo gratuito que durará hasta las 19h, cuando dará comienzo el Countdown Concert, un concierto de Walking On Cars, Ash, Aimee y Lisa McHugh que terminará, como indica su nombre, con la cuenta atrás que dará la bienvenida al nuevo año 2020.
El momento más emocionante de la Nochevieja de Dublín y, desde luego, el preferido por grandes y pequeños llega en cuanto arranca el nuevo año. El espectáculo Liffey Lights Midnight Moment es un auténtico tour de force en el que luces, sonidos, efectos especiales y fuegos artificiales forman una coreografía impresionante que tiene como escenario Este año, cometas, galaxias y estrellas fugaces, acompañadas por las notas de una banda sonora interpretada en directo por una orquesta de veinte músicos sobre el escenario construido para la ocasión en el río Liffey, son los protagonistas del espectáculo en el que, láseres y fuegos artificiales iluminarán el cielo de Dublín.
Al día siguiente, continúa la fiesta con el Festival de Año Nuevo de Dublín tiene como plato fuerte un concierto gratuito con algunas de las estrellas más famosas de la música irlandesa para dar la bienvenida al nuevo año como se merece. La cita es en Temple Bar, en la plaza Meeting House, donde a partir de las tres de la tarde y hasta las ocho de la noche, actuarán algunos de los músicos y bandas más populares de Irlanda, como Kíla, Wyvern Lingo, Brian Deady o Luz.
Y a la hora de recuperar fuerzas de estas celebraciones de Nochevieja y Año Nuevo en Dublín, hay que destacar que, en los últimos años, la experiencia de comer en Dublín ha dado un salto adelante espectacular. Los pubs siguen ofreciendo contundente y tradicional confort food -la comida típica de pub: asados, purés, desayunos- y el mercado de Temple Bar sigue siendo cada sábado una cita para foodies, que acuden por su gran oferta de productos locales y antigüedades vintage.
Pero es que, además, la capital irlandesa cuenta con varios restaurantes de primerísimo nivel, entre los que destaca The Greenhouse, comandado por el genial chef Mikael Viljanen, y que hace poco ha conseguido su segunda estrella Michelin; y el Restaurant Patrick Guilbaud, que probablemente sea el restaurante más exclusivo de toda Irlanda, en el que no es raro encontrarse con políticos, deportistas de élite y celebrities de todo tipo, y al que también adornan dos estrellas Michelin. Más informal es el Variety Jones -también galardonado con una estrella Michelin-, ideal para comenzar a disfrutar de la noche en Dublin, una de las más intensas y divertidas de toda Europa, y que tiene como escenario imprescindible el barrio de Temple Bar.
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El dédalo de calles que se encierran entre el río Liffey, al norte; Dame Street, al sur; el puente O’Connell, al este; y la catedral de Christchurch, al oeste, tiene una gran colección de galerías de arte, boutiques, restaurantes y, sobre todo, excelentes pubs, entre los que destacan el Temple Bar (Essex East St) -que no da nombre al barrio si no que lo toma de él-, el Gogarty, el histórico Porterhouse Bar o The Turks Head (Parliament St & Essex Gate), con su deliciosamente extravagante decoración a la “española”.
Si el día de Año Nuevo en Dublín hay que recuperar fuerzas, nada como un contundente desayuno irlandés. No faltan en Dublín lugares donde disfrutar de él, pero hay uno muy especial: la cafetería más antigua de la ciudad, Bewley’s, en plena Grafton Street, la calle más comercial de Dublín, donde está además uno de sus iconos, la célebre estatua de Molly Malone, el personaje del Ulises de James Joyce.
En la capital irlandesa, todo es accesible y cercano. por eso, sería aún más imperdonable viajar a Dublín y no rendir pleitesía al Libro de Kells, en el Trinity College, la obra más importante de la cultura irlandesa, ni dejar de cruzar el río Liffey por el fotogénico puente de Half Penny, que nos dejará al comienzo de O’Connell Street, la calle principal de la ciudad, donde nos saluda, con sus 120 metros de altura, la columna de The Spire (la aguja), la escultura más alta del mundo.
No son estos los únicos básicos que no pueden faltar en cualquier escapada a Dublín. Hay que visitar los Windmill Lane Studios, los míticos estudios donde la banda U2 grabó sus primeros discos, y la Guinnes Storehouse, la fábrica más importante de la cerveza Guinnes, donde se puede degustar una perfecta pinta de cerveza negra mientras se contemplas la ciudad desde las alturas del Gravity Bar, su restaurante giratorio.
Y no olvidemos que Dublín es cuna de inmensos artistas como James Joyce, Samuel Beckett, Oscar Wilde o Francis Bacon, y pasear por la ciudad siguiendo la ruta de la novela Ulises de Joyce, visitando la casa natal de Oscar Wilde o el estudio de Francis Bacon, recreado a la perfección en la Dublin City Gallery, es una manera estupenda de aprovechar al máximo esta escapada de fin de año en Dublín. Y, como se dice en irlandés, Athbliain faoi mhaise!
