Estados Unidos representa el Nuevo Mundo en estado puro, esa mezcla perfecta de herencia europea con naturaleza majestuosa que es el marco perfecto para que te lances a descubrir el país de la mejor manera: con las rutas en coche por la Costa Este que nos propone Logitravel.

Estados Unidos representa el Nuevo Mundo en estado puro, esa mezcla perfecta de herencia europea con naturaleza majestuosa que es el marco perfecto para que te lances a descubrir el país de la mejor manera: con las rutas en coche por la Costa Este que nos propone Logitravel.

Ruta enológica por el este de Estados Unidos

Que los vinos de Estados Unidos se encuentran desde hace décadas entre los mejores del mundo no es ningún secreto pero tal vez sí lo sea el que muchos de ellos se producen en la frondosa Costa Este, un joyero de ríos, valles, lagos y montañas en los que se cultivan uvas de un gran número de variedades y se producen numerosos vinos que son galardonados en todo el mundo. Pero no hace falta ser un aficionado del vino para disfrutar a tope de esta ruta en coche diseñada por Logitravel, y que nos va a descubrir algunos de los parajes más bellos de los estados de Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania y, desde luego, alguna de sus bodegas más espectaculares.

 

 

La ruta enológica por la Coste Este de Estados Unidos no puede tener mejor lugar para comenzar que Nueva York, la ciudad que nunca duerme y que, también, se reinventa a cada momento para no dejar de ser lo que es: la capital del mundo. A su colección infinita de planes, lugares y estímulos viajeros de todo tipo -gastronómicos, culturales, de compras…- se suma desde hace unos meses otra escala imprescindible, Hudson Yards, un complejo de rascacielos de lujo que, asomado al río Hudson, alberga apartamentos y oficinas de lujo y un centro comercial con tiendas de las marcas más exclusivas. Y no dejes de visitar en el bajo del edificio 10 del complejo el Mercado Little Spain, montado por los famosos chefs José Andrés y los hermanos Albert y Ferrán Adriá, y donde hay restaurantes, puestos de delicatessen españolas… un lugar ideal para ir abriendo boca y poner rumbo después al interior de la Costa Este conocer sus bodegas y parajes naturales más increíbles.

 

 

Ya en el estado de Nueva Jersey, y a unas cuatro horas de trayecto, espera la bucólica ciudad de Princeton, en cuya universidad hay uno de los mejores museos de arte de todo el país, y que es un punto de partida ideal para explorar los viñedos y bodegas del Estado Jardín (como se conoce a Nueva Jersey), como la Amalthea Cellars Farm Winery o la White Horse Winery, dos de las más prestigiosas, y que tiene en Cape May una de sus panorámicas más conocidas, con su faro recortándose sobre el océano Atlántico y sus casas coloniales.

 

 

Ningún viaje a la Costa Este de Estados Unidos está completo sin conocer el Dutch County, que se extiende por el centro y el sur del estado de Pensilvania. Es una de las regiones más fascinantes del país, gracias a la presencia desde el siglo XVII de poblaciones de origen alemán que mantienen desde entonces sus costumbres y modos de vida, reflejados en multitud de películas y series de televisión -como la famosa Único testigo, protagonizada por Harrison Ford. Lancaster, la ciudad más importante de la región, llegó a ser la ciudad más grande de Estados Unidos ante de su independencia, lo que le ha legado un gran patrimonio arquitectónico y cultural. Una parada enológica muy recomendable es la bodega Waltz Vineyards Estate, en Manheim, muy cerca de Hershey, la capital del chocolate de Estados Unidos, donde siempre huele a cacao.

 

 

La rotunda naturaleza del este de Estados Unidos se hace presente en la región de Finger Lakes, en el estado de Nueva York, donde no faltan ciudades de parada imprescindible como Ithaca, sede de la Universidad de Cornell, una de las más prestigiosas del mundo, y donde está el Herbert F. Johnson Museum of Art, diseñado por I.M. Pei (el mismo arquitecto que diseñó la pirámide de cristal del Louvre o las Torres Gemelas originales- y donde se puede disfrutar de una de las colecciones de arte más extensas del mundo, en la que destacan obras de grandes genios de todos los tiempos -Durero, Goya, Manet, Degas, Matisse…- y los mayores artistas americanos, como Georgia O’Keeffe y Andy Warhol. Además, toda esta región de los Finger Lakes está repleta de bodegas y viñedos, que pueden descubrirse siguiendo rutas como la Seneca Lake Wine Trail, en la que destacan bodegas históricas como la Lamoreaux Landing Wine Cellars, en Lodi, o la Belhurst Castle and Winery, asomada al lago. Otra zona de la región rica en bodegas es la que se articula en torno al Cayuga Lake, donde además se encuentra uno de los parajes naturales más imponentes del estado de Nueva York, las cascadas Taughannock Falls.

 

 

Home run, triple, touchdown

Otra de las características más apasionantes de Estados Unidos es la de la fortaleza de sus mitos populares. Desde los protagonistas de la conquista del Oeste a las estrellas del mundo del espectáculo pasando por, desde luego, algunas de las mayores figuras que ha dado la historia del deporte: Michael Jordan, Babe Ruth, Larry Bird– y los equipos más legendarios -de los Yankees de Nueva York a los Bulls de Chicago o los Celtics de Boston-, que, como no podría ser menos, tienen escenarios a la altura de su leyenda: estadios de nombres no menos resonantes en los que se han desarrollado gestas sin fin -hasta partidos de Mundiales de fútbol-, que pueden visitarse en completos tours, y cuya visita son una excusa perfecta para trazar otra apasionante ruta en coche por el este de Estados Unidos, que transcurre por sus ciudades más importantes, de Boston a Chicago, pasando por Nueva York, Filadelfia, Baltimore, WashiNgton, D.C., Pittsburgh y Cleveland.

 

 

De la señorial Boston, la capital del estado de Massachussets, se puede decir que es las más europea de todas las ciudades estadounidenses y, desde luego, la más importante desde el punto de vista histórico. En ella comenzaron los acontecimientos que desembocaron en la Independencia, y esa herencia se nota a cada paso que se da por el Freedom Trail, una ruta urbana jalonada por los lugares y monumentos que marcaron aquellos momentos de finales del siglo XVII. La historia de los equipos profesionales de la ciudad es, a su manera, igual de importante: los míticos Celtics y los Red Sox han sido campeones de sus respectivas ligas de baloncesto y béisbol en numerosas ocasiones, y una visita a sus estadios -Boston Garden y Fenway Park- es un must de la ciudad. En Nueva York, la fama de sus Yankees, el equipo que más títulos de béisbol posee, se ha convertido casi en una religión, que se celebra en el Yankee Stadium, a la que acuden los aficionados: pero no es el único equipo profesional que desata pasiones en la Gran Manzana. Los Knicks, los Rangers, las Liberty… y un templo a la altura de esas gestas, el mítico Madison Square Garden, en el centro de Manhattan, que además de las proezas de los Knicks, acoge los conciertos y espectáculos más impresionantes del mundo.

 

 

 

Al sur de Nueva York está la primera capital que tuvo Estados Unidos, la monumental Filadelfia, repleta de arquitectura colonial y escenarios de los años de la Independencia. Pasear por sus calles es viajar en el tiempo a aquella época: los lugares históricos del centro de la ciudad forman el Independence National Historical Park, con edificios en la Independence Square y otras calles adyacentes que guardan relación con el pasado colonial de la ciudad, la fundación de Philadelphia o su etapa como capital del país. Aquí, quienes concitan la atención son los 76ers, en baloncesto, los Phillies, en béisbol -imprescindible la visita al su campo, espectacular Citizens Bank Park- y los Eagles en fútbol americano.

 

 

A un par de horas en coche por la I-95, la autopista que recorre de norte a sur toda la costa Este de Estados Unidos, está Baltimore, la ciudad portuaria famosa por ser escenario de la serie de televisión The Wire, y que, además de una buena colección de patrimonio colonial -en ella se escribió el himno nacional-, es el hogar de uno de los equipos de béisbol más queridos del país, los Orioles, famosos por haber sido el equipo en que debutó la mayor leyenda del deporte, el jugador Babe Ruth. Los Orioles juegan sus partidos en el histórico Oriole Park, que comparte ubicación -está enfrente uno del otro- con el M&T Bank Stadium, el estadio de los Ravens, el equipo de fútbol americano de la ciudad.

 

 

A poco más de cincuenta kilómetros de esta cuna del béisbol está la capital del país, Washington DC. A los museos de categoría mundial que se asoman al Mall, y lugares imprescindibles en cualquier viaje a la Costa Este como la Casa Blanca, el Washington Memorial o el Capitolio, la capital suma también lugares de gran interés para los amantes del deporte: el National Park, donde juegan los Nationals, el equipo de béisbol, y el Capital One Arena, donde lo hacen los Wizards -baloncesto- y los Nationals -de hockey sobre hielo. Cuatro horas en coche por el corazón de los estados de Maryland y Pensilvania separan a Washington de la siguiente parada, Pittsburgh, la ciudad natal de Andy Warhol -no se puede perdonar la visita a su museo- y que es una de las capitales deportivas de los Estados Unidos, por la fama y títulos de sus equipos y sus espectaculares estadios, el PNC Park -hogar de los Pirates de béisbol- y el Heinz Field, donde los Steelers guardan nada menos que seis campeonatos de fútbol americano.

 

 

A un paso del lago Erie, y a medio camino entre Pittsburgh y Chicago, está Cleveland, una apacible ciudad que, cuando juegan los Indians -en béisbol- y los Browns -en fútbol americano- se transforma en un festival repleto de ambiente, eventos, zonas para fans… pero nada como la pasión deportiva que impregna a Chicago, la Ciudad del Viento, cuna de la arquitectura contemporánea -los primeros rascacielos de la historia se construyeron aquí, y hoy, el perfil urbano de la ciudad está adornado por algunos de los más espectaculares del mundo, como la Sears Tower – y en la que una leyenda reina sobre todas las demás: la de Michael Jordan.

 

 

El campeón más legendario de la NBA sigue presente en multitud de carteles por toda la ciudad, y el United Center, el pabellón más grande del país, donde su equipo, los Bulls, siguen jugando, es un auténtico templo en honor a su talento. Los dos equipos de béisbol de la ciudad -los Cubs y los White Sox- juegan en estadios de principios del siglo XX que son auténticas joyas arquitectónicas (no podría ser menos, tratándose de Chicago) y cuya visita forman, junto a un paseo por la orilla del lago Michigan o la estampa del metro elevado por las famosas vías del Loop, una de las estampas más típicas de ese país de película que son los Estados Unidos.