Hay un Caribe diferente, emocionante, sorprendente. Donde las playas espectaculares y la naturaleza imponente se da la mano con riquísimas expresiones culturales cuya influencia traspasa fronteras, figuras legendarias y un modo de vida único e hipnotizador. Bienvenidos a Jamaica, Grandes Viajeros.

Xaymaca -Tierra de madera y agua-, llamaban los taínos a Jamaica, la isla paradisíaca anclada en el corazón del Caribe que, por su frondosidad y la magia de su gente, se antoja sacada de un sueño.

Cuna de Bob Marley, el reggae y la fe rastafari, Jamaica es un cofre donde se guardan algunas de las joyas naturales más impresionantes del Caribe, playas inalteradas que se anclan en el recuerdo de quien las visita y, sobre todo, un modo de entender la vida que Logitravel pone a nuestro alcance con una completa selección, al mejor precio, de ofertas de viajes a Jamaica.

 

 

 

La naturaleza, protagonista

La intensidad del penetrante azul del mar y la frondosidad de mil tonos de verdes que se contemplan desde el avión son solo un anticipo de la exuberancia de la naturaleza jamaicana que espera al viajero. Spoiler: al pasear por sus parajes, la sensación de asombro y maravilla es todavía más emocionante. La vida silvestre llena la isla: Jamaica es la quinta isla con mayor número de especies endémicas del mundo.

 

© Shutterstock

 

No hay que dejar de visitar auténticos santuarios naturales como el Parque Nacional Blue and John Crow Mountains -uno de los principales ecosistemas de aves migratorias de todo el Caribe- o el santuario de aves de Rocklands, en Montego Bay -donde es posible alimentar colibríes a mano y conocer de cerca aves endémicas como el el loro de pico amarillo y al tody jamaicano.

 

The Blue Mountains in Jamaica, Caribbean, Middle America
© Shutterstock

 

Otra experiencia de naturaleza muy recomendable es la de nadar con delfines: los mejores lugares para ello son Dolphin Cove, en Ocho Ríos, y las aguas de Montego Bay. Una manera estupenda de contemplar de primera mano la riqueza de la fauna de Jamaica es haciendo el Black River Safari, una actividad que recorre un tramo del río Black -el más largo de Jamaica-, poblado de tortugas marinas, iguanas, cocodrilos y manatíes.

 

 

Playas de película ¡de 007!

Las maravillas naturales de Jamaica son verdaderos tesoros por descubrir. Desde las enigmáticas playas de arena negra hasta la impresionante Laguna Azul de Portland, cada rincón ofrece una belleza incomparable. Y, desde luego, el Caribe brilla en todo su esplendor en las playas de Jamaica. Algo más de mil kilómetros de litoral caribeño con lugares como Treasure Beach, en la costa sur de la isla, una extensión de seis millas de arenas color coral -y a veces negras- de hermosas calas de agua azul.

 

© JTB

 

Seven Miles Beach, en la costa occidental, que es la playa más larga de la isla e ideal para la práctica de deportes náuticos como el parasailing y el jet ski y con otro tesoro natural muy cercano, los arrecifes de coral de Bloody Bay. Las vistas del atardecer que se contemplan desde lo alto del faro de Negril son, literalmente, de postal: puro delirio caribeño.

 

© Shutterstock

 

Cerca de Port Antony, Frenchman’s Cove es una de las playas más impresionantes de todo el Caribe. Un rincón paradisíaco con una pequeña franja de arena blanca rodeada de exuberante vegetación donde, a un lado, una laguna turquesa y cristalina, formada por un río de agua dulce que fluye hacia el mar Caribe, invita a nadar y olvidarse del estrés.

 

© Shutterstock

 

Y dejamos para el final la playa más famosa de Jamaica: la playa de James Bond, en Oracabessa Bay. Cuando a mediados del siglo pasado la famosa actriz Ursula Andress emergió de estas aguas en la película Doctor No, la playa se hizo tan icónica como la escena… y es que James Bond es jamaicano: su creador, el escritor Ian Fleming, escribió las primeras aventuras del agente secreto en su finca Goldeneye, por la que pasaron los mayores artistas de la época y que hoy es un espectacular complejo hotelero.

 

 

Ritmos de reggae

Y hablar de artistas y cultura en Jamaica es hacerlo, imprescindiblemente, de un hombre que ha trascendido las fronteras de la creación para alcanzar la categoría de mito: Bob Marley. Su presencia es omnipresente en todos los rincones de la isla, su música es la banda sonora que define al país y su legado, motivo de orgullo de los jamaicanos.

 

© Shutterstock

 

El padre del reggae atrae como un imán a viajeros de todo el mundo, que peregrinan siguiendo su peripecia vital por una isla que no se entiende sin su figura. Aunque nació en Nine Mile, en la parroquia de Saint Ann -donde se encuentra su mausoleo y la famosa “Piedra de Meditación” donde Marley solía sentarse a componer-, Marley es una figura legendaria cuya influencia se siente en toda la isla, y especialmente en Kingston, la capital.

 

 

Kingston es un auténtico museo al aire libre dedicado a su legado: murales gigantes que le representan de todas las maneras imaginables, incontables artículos y reclamos de todo tipo con su figura, los acordes de No woman no cry o Could you be loved saliendo de los automóviles, de los locales comerciales… En el Museo de Bob Marley, la antigua casa y estudio del músico, los visitantes pueden recorrer su hogar, ver sus discos de oro y platino, y explorar una recreación del estudio de grabación donde creó algunas de sus canciones más icónicas. La casa también alberga el Teatro de Bob Marley, que presenta una película sobre su vida.

 

Kingston, Jamaica - 11/27/2013: Bob Marley museum attraction house place
© Shutterstock

 

Y, para comprobar y disfrutar de la vigencia de su música, hay que descubrir el barrio de Trench Town, considerado la cuna del reggae, donde Marley pasó sus años formativos. Aquí, el Museo Trench Town Culture Yard ofrece recorridos por su antiguo hogar y un vistazo a sus humildes comienzos. Tiendas de vinilo, bares y músicos callejeros hacen que Bob Marley, como solo sucede a los grandes, siga vivo. Kingston es Bob Marley, y viceversa, pero no hay que olvidarse de la última atracción que rememora al músico: en Montego Bay, el Centro Cultural de Bob Marley es una atracción más reciente que ofrece exposiciones y eventos relacionados con su música y mensaje de paz.

 

© Shutterstock

 

Jamaica para dos

El ritmo candencioso del reggae, la paz que impregna cada rincón de la isla, la sensación de que el tiempo se ha detenido y de que Jamaica es un jardín inmenso que nos estaba esperando desde siempre… todo ello hace que la isla sea más disfrutable aún cuando se viaja a Jamaica en pareja. Destino líder en bodas y lunas de miel, los planes románticos de Jamaica se cuentan por docenas.

 

© Shutterstock

 

Uno de ellos es contemplar las puestas de sol más espectaculares en el Rick’s Café de Negril, en la costa oeste de la isla, uno de los locales de ocio más famosos del Caribe, donde el rumor de las olas y los acordes del reggae son la banda sonora más romántica. Otro escenario para sentir la pasión de Jamaica es la Luminous Lagoon, en el norte de la isla, donde los microorganismos bioluminiscentes transforman el agua en un espectáculo de luces nocturnas: nadar en sus aguas es una experiencia única en la vida que, en compañía, sabe todavía mejor.

 

© Shutterstock

 

Intensidad en el paladar

Sabores únicos en el mundo que marcan, por supuesto, el carácter de la increíble gastronomía de Jamaica, una vibrante fusión de sabores y influencias culturales que reflejan la rica historia de la isla. Sabores intensos donde mandan las especias, la cocina jamaicana es una experiencia sensorial única que combina lo dulce, lo salado y lo picante en cada bocado.

 

© Shutterstock

El plato más emblemático de Jamaica es el jerk, una técnica de cocina con la que se marina la carne en una mezcla de especias como la pimienta de Jamaica, el chile Scotch Bonnet, y la pimienta negra, antes de asarla lentamente sobre una parrilla de carbón de leña. El resultado es una carne jugosa y llena de sabor que es irresistible para los amantes del picante, y que se puede disfrutar a lo largo y ancho de la isla: Scotchies en St. Ann, Boston Bay en Portland o Pepper Thyme en Kingston son algunos lugares donde el jerk se convierte en un arte.

 

 

Otras delicias culinarias incluyen el ackee y el saltfish, el plato nacional de Jamaica, que combina la fruta ackee con bacalao salado, y el curry de cabra, una receta que refleja la influencia de la cocina india en la isla. Y es que la gastronomía de Jamaica es una celebración de la diversidad y la creatividad culinaria, un auténtico deleite para los sentidos como lo es cada momento que se pasa en esta isla bendecida que es Jamaica y que no puede faltar en nuestro pasaporte viajero. Palabra de reggae.