México es uno de los países más visitados por los españoles. Y aunque la Riviera Maya es uno de los destinos más solicitados, Ciudad de México sigue siendo un clásico. No sólo por su riqueza monumental, su variada propuesta cultural y su excelente oferta gastronómica, sino también por las posibilidades que brinda de vivir experiencias únicas e inolvidables.
Una de ellas es la de descubrir la grandiosidad de civilizaciones ancestrales desde el cielo. Por ejemplo la enigmática ciudad de Teotihuacan, construida supuestamente en el siglo II AC y abandonada súbitamente por sus habitantes a mitad del Siglo VIII de nuestra era.
A tan sólo 45 kilómetros al norte de la capital se encuentra este tesoro, del que apenas está excavado un 4% de la antigua urbe. Aunque su visita a pie es espectacular, especialmente si subes al Templo del Sol y al Templo de la Luna, la mejor manera de embriagarse con su belleza es avistándola en globo desde el cielo.
Es posible que al llegar al globopuerto de madrugada sientas cierta turbación, y que al observar cómo inflan los globos te impresione su magnitud, pero en cuanto lo suelten y subas al cielo, teniendo como compañero al amanecer, sabrás que estás viviendo una de las mejores aventuras de tu vida.
Además de la sorprendente estabilidad del artefacto, que ascenderá en función de las corrientes y de la destreza del piloto incorporando gas y aire caliente, te encantará la magia que desprenden los templos vistos desde las alturas.
Tras una media hora de vuelo, en el que no pararás de hacer fotos, el capitán iniciará el lento y seguro aterrizaje, que cada día les lleva a un lugar diferente rodeado de campos y nopales (chumberas). Tómatelo con calma disfrutando de una visita que quedará en tu retina para siempre.