Todas las gastronomías son únicas, pero -como dice el clásico-, hay unas más clásicas que otras. Es el caso de la gastronomía de Islandia: rotunda, diferente y muy anclada en la tradición.

De carne fermentada de tiburón a las fiskibollur, las famosas albóndigas de pescado, la despensa océanica que rodea Islandia la provee de exquisitos pescados, presentes a todas horas en la dieta de los islandeses y en casi cada página del recetario de la gastronomía islandesa. Salmón, el bacalao o la trucha son protagonistas de recetas clásicas como el haröfiskur (pescado seco con mantequilla) o la fiskisúpa, la sopa de pescado o de cigalas y que es uno de los platos más tradicionales -sin variaciones apenas en su eleboración desde hace siglos- de la gastronomía de Islandia.

Otra ración de svið

En cuanto a las carnes, la del cordero -considerado uno de los más sabrosos del mundo- reina sobre todas: un sabroso plato de hangikjöt, guiso de cordero ahumado, patatas, guisantes y salsa de leche, llena de energía para todo el día, como lo hace un buen plato de kjötsúpa, un cocido de cordero. Más rotundo y tradicional -y, tal vez, no indicado para estómagos no acostumbrados- son el svið -una cabeza entera de oveja hervida en sal, a la que se la quitado previamente los sesos, y acompañada con patatas- y el blóðmör, una especie de pudin hecho de sangre de cordero, avena y harina. Desde mediados de enero hasta mediados de febrero, los islandeses celebran una fiesta invernal, llamada Þorrablót, durante la cual se degusta exclusivamente este tipo de comida.

 

 

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Postres islandeses

Y a la hora del postre, para reposar semejante ingesta calórica, nada como un skyr, una bebida fermentada parecida a nuestro yogur. Si te gusta el dulce, en la gastronomía de Islandia hay buenas especialidades: el pönnukökur, crepes con nata y bayas, o el slöngukaka, un pastel de crema de chocolate, son dos de los mejores ejemplos. Pero, desde luego, nada para -de verdad- reposar la comida como un trago de brennivin, el aguardiente tradicional islandés.

 

 

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Restaurantes de Islandia que nos gustan

El Skal! (Kirkjuvegur 53, Hlemmur Mathöll) es uno de los más populares de Reykjavík, y sabe fusionar como pocos la gastronomía tradicional con las tendencias más contemporáneas. Sin salir de la capital de Islandia, Læjarbrekka (Bankastræti, 2) es posiblemente el clásico por excelencia de la capital, con una carta gira en torno a los platos más tradicionales; Við Tjörnina (Templarasund, 3), otro clásico en la primera planta de un edificio frente al Parlamento; Þrír Frakkar Hjá Úlfari (Baldursgata, 14) con una carta que incluye los platos más célebres de la cocina isleña entre los que se incluyen pescados y carne de ballena. La otra opción es decantarse por alguno de los dirigidos por los nuevos chefs de Islandia y cuya cocina se define de tradicional revisada: Domo Restaurant (Þingholtsstræti, 5), DILL (Sturlugötu, 5. Dentro de la Nordic House) o Tveir Fiskar (Geirsgötu, 9. Tel. 511 34 74) son buenas opciones.