Cuando visita Varsovia, el Gran Viajero curioso suele mostrar un cierto interés por saber algo más sobre la presencia de los judíos en la ciudad y sobre todo por ver los escenarios en que se desarrollaron unos acontecimientos que ya conoce: Qué es, qué fue y qué queda de la Varsovia judia.
Un reportaje de Ángel Ingelmo
Es mucha la literatura, películas y documentales sobre el tema para que quien más y quien menos ya tenga una noción de lo que pasó durante los años de la ocupación alemana. El barrio ocupado por los judíos y convertido en gueto durante la II Guerra Mundial se situaba al noroeste de la Plaza de la Cultura, donde se levanta el espectacular Palacio de Cultura y Ciencias, en los distritos de Mirów y Muranów y por esos espacios van a discurrir nuestros pasos por la herencia y la historia de la Varsovia judía. Antes de empezar cualquier recorrido, hay que aclarar que apenas queda nada de aquel barrio, que quedó totalmente destruido tras el levantamiento de los judíos, encabezado por Mordechai Anielewicz. La rebelión comenzó el 19 de abril de 1943 cuando los alemanes entraron en el gueto con el fin de continuar las deportaciones. Lo que no esperaban era encontrar una oposición tan fuerte. Durante los días siguientes los alemanes destruyeron todo cuanto encontraron a su paso y asesinaron a cuanto judío hallaban y el 8 de mayo Mordechai Anielewicz y su compañera se suicidaban en el bunker donde había tenido su cuartel general al ser descubiertos por los alemanes. Se puede decir que ese día el barrio ya no existía, pero aun así los combates siguieron, los sublevados ocultos en bunkers, sótanos y entre las ruinas continuaron haciendo frente al enemigo. El 16 de mayo se daba por terminada la sublevación con una destrucción simbólica: la sinagoga de la calle Tlomacka.
Por lo tanto, la visita a la Varsovoa judía será más que nada emotiva. Será un recorrido donde una serie de monumentos o ruinas nos irán evocando los acontecimientos y donde nuestros recuerdos tendrán que cubrir las lagunas. Antes de comenzar nuestra ruta, lo mejor es visitar el Museo de la historia de los judíos polacos (Muzeum Historii Żydów Polskich), que está en 6 Mordechaja Anielewicza y abre de lunes a viernes de 9h a 17h y los fines de semana, de 9h30 a 14h. La muestra, con una clara vocación didáctica, supone un recorrido que comienza con “Polin“, la palabra que aparece en la fachada y que significa en hebreo tanto “Polonia” como “Aquí descansarás”, y finaliza tras el holocausto. Todo un viaje por los principales acontecimientos históricos y culturales del pueblo judío en Polonia y su vida privada. Sin duda alguna será la mejor manera de encontrar la respuesta a todas las preguntas. El edificio ha sido diseñado por un estudio de arquitectos finlandés: paredes exteriores de cristal y una sinuosa distribución interior de los espacios que hace que nos evoque la figura de un navío.
Justo enfrente del museo está el Monumento a los héroes del gueto (Pomnik Bohaterów Getta), inaugurado el 19 de abril de 1948, con motivo del quinto aniversario de la sublevación judía en el gueto, fue sufragado por judíos suramericanos y de Europa Occidental. Un poco más al norte, en la esquina entre la ulica Miła y Dubois, un monumento, mejor dicho una simple piedra, recuerda la presencia en aquel lugar del Bunker, refugio del dirigente de la organización judía para la resistencia, Mordechai Anielewicz, y donde se suicidó junto a sus colaboradores el 8 de mayo de 1943 al quedar cercados por el ejército alemán.
Siguiendo la ulica Niska se llega a una pequeña plaza, Umschlagplatz, donde hay un monumento inaugurado en 1988 que nos recuerda que desde aquel punto fueron enviadas cerca de 300.000 personas a los campos de exterminio. Junto a la ulica Okopowa, donde termina la ulica M. Anielewicza, está el Cementerio Judío (Cmentarz Żydowski), creado en 1806 y donde aún es posible ver algunas tumbas y monumentos que recuerdan a los combatientes y resistentes del gueto.
Algo más apartado, en dirección sur, se encuentra el Orfelinato Janusz Korczak (ulica Jaktorowska, 6). El orfelinato se creó años antes de la guerra para acoger a los niños judíos que habían quedado huérfanos y durante un tiempo se ocupó de su dirección el médico, escritor y pedagogo Janusz Korczak (Henryk Goldsmit), al que actualmente se dedica en el patio interior un monumento. El 6 de agosto de 1942 los niños que quedaban fueron enviados al campo de Treblinka. Volviendo hacia el centro por la ulica Grzybowska nos acercamos a la sinagoga Nożyk (Synagoga Nożyków), que no sufrió demasiados daños durante la guerra. Tras superar diversos avatares políticos fue restaurada entre 1977 y 1983 recuperando el aspecto que tenía en el XIX.
Muy cerca está la Ulica Prõzna, la única calle del gueto que se salvó (parcialmente) de la destrucción y que hoy está siendo restaurada. Hay muchas discrepancias sobre la manera en que se está haciendo, pero… la vida sigue. Algunas portadas de las casas se conservan bastante bien y mantienen sus originales guardacantones. Ya para terminar el paseo, una visita al Instituto Histórico Judío (Żydowski Instytut Historyczny), en la ulica Tłomackie, 3 / 5. Centro de investigación y con un importante archivo sobre el gueto de Varsovia. Quienes busquen restos del muro levantado por los alemanes para delimitar el gueto, decir que apenas queda un fragmento a la altura del número 55 de la ulica Sienna.
Sobre el autor
El periodista y escritor salmantino Ángel Ingelmo es uno de los autores de guías de viaje más destacados de España. Tras haber residido en Francia y Escocia, lugares en los que frecuentó los círculos artísticos e intelectuales, regresó a España, donde, desde comienzos de la década de los Ochenta hasta la actualidad, ha traducido obras literarias, colaborado en medios de comunicación y escrito más de un centenar de guías de viaje de todo el mundo.