De todos los enclaves exclusivos del Mediterráneo uno de los más famosos es Costa Esmeralda, un trozo de Edén en el litoral de Cerdeña que nació de la imaginación -y la inversión- de una de las mayores fortunas del siglo pasado, el Aga Khan.
Un buen día de mediados del siglo pasado, el legendario príncipe Aga Khan decidió que un paraíso virgen del noreste de la isla de Cerdeña sería una de las capitales mundiales del glamour: y así fue. Desde entonces, Costa Esmeralda se viste del lujo más desatado en los poco más de treinta kilómetros cuadrados por los que se extiende, terreno más que suficiente para ser escenario de una concentración de hoteles, yates, marinas, urbanizaciones, comercios de alta categoría que rivaliza con los enclaves similares del Golfo Pérsico, y que tiene a la cosmopolita localidad de Porto Cervo como centro neurálgico. El bucólico pueblecito de Liscia di Vacca, Polto Quatu y Porto Pollo, o Cala di Volpe -un pequeño puerto natural entre dos playas- son también lugares en los que perderse.
Cala Gogone, la zona más desarrollada y con más infraestructuras de la Costa Esmeralda, es ideal para lanzarse a explorar los ricos yacimientos arqueológicos, como el de la Tomba dei Giganti de Li Muri, o las cuevas y grutas de la costa, entre las que sobresale la Grotte del Bue Marino, que se introduce en la tierra por un kilómetro. ¿Quieres tener las mejores vistas? Sube entonces al Monte Mora, y desde allí tu vista alcanzará también las islas cercanas de Tavolara y Caprera (a esta fue exiliado Guiseppe Garibaldi, que vivió en ella durante 25 años, hasta su muerte).
Las famosas playas de Costa Esmeralda
Pero, claro, estamos hablando del Mediterráneo, y no de uno cualquiera… Las playas y calas no desmerecen -al contrario, potencian- el ropaje elegante de esta Costa Esmeralda. Es el caso de las playas de Capriccioli, Razza di Giunco y, sobre todo, la de Liscia Ruja -donde en primavera las dunas de arena se colorean de rosa gracias a la floración de la armería marítima- entre los pueblos de Portisco y Cala di Volpe, una de las más bellas no solo de Costa Esmeralda sino de todo Cerdeña, y donde en primavera las dunas de arena se colorean de rosa gracias a la floración de la armería marítima.
Hay, también, secretos en este enclave del lujo: pregunta a los lugareños por Cala Pietra Bianca o Poltu li Cogghi, y descubrirás la Cerdeña más pura. Y no te olvides de la playa nombrada en honor del Aga Khan, la muy glamourosa spiaggia (playa) del Príncipe.
