Al viajar a Miconos puede pasarnos que, como en las leyendas mitológicas de la antigua Grecia, caigamos hechizados y no queramos abandonarla jamás…
Así de rotunda es la belleza de la isla, una de las más populares del mar Egeo, y que además nos espera con planes y tentaciones para todos los gustos: algunas de las calas más bellas del Mediterráneo, atardeceres que rivalizan en belleza con la vecina Santorini, el carácter marinero de sus pueblos de casas encaladas en las que resuena la vida tradicional o, simplemente, pasear por el barrio de Alevkandra, la “pequeña Venecia” de Mykonos, con sus casas construidas en pilotes sobre el mar.
Y aunque por ahora, debido a la pandemia, no se pueda disfrutar de su legendaria oferta de ocio nocturno -la isla tiene bien ganado el sobrenombre de “la Ibiza del Egeo”, y es una de las capitales LGTB+ del mundo-, contemplar en Miconos el atardecer tomando una copa de vino es una experiencia viajera que nos acompañará siempre.