No necesitarás ser Jesús Calleja para descubrir estas rutas a las alturas para todos los públicos. Te proponemos recorridos montañeros que cualquiera -¡sí, cualquiera, incluso tú!- puede realizar. Así que ya lo sabes: caminante, no hay camino… ¡Se hace camino al andar!
Cola de Caballo por las gradas de Soaso
Llégate a la Pradera de Ordesa, puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido -y declarado en 1997 Lugar Patrimonio de la Humanidad-, échate al hombro una mochila con lo fundamental -algo de comer, móvil con batería, agua-, y prepárate a vivir una aventura pirenaica para la que no es necesario tener más forma física que la que te permita caminar durante cuatro o cinco horas: el tiempo que tardarás en cubrir los 17 kilómetros que te separan del Circo de Soaso, donde se encuentra el popular salto de agua de la Cola de Caballo.
La ruta tiene una duración de cinco horas y cuarenta minutos -tres horas de subida desde el punto de inicio a la cascada, y dos horas y cuarenta minutos de bajada por el mismo itinerario-, y no presenta ninguna dificultad técnica: todo el trayecto se realiza por pistas y caminos señalizados. Es posible hacer todo o parte del recorrido que discurre por el margen del río Arazas con los pequeños de la casa, ya que el camino tiene buenos paisajes y espacios para descansar y jugar.
Ruta hacia Las Agulles d’Amitges
En el corazón del Pirineo leridano se encuentra uno de los lugares que mejor cumplen en España la definición de “alta montaña”: se trata del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, un paraíso de montaña de agrestes picos y frondosos bosques a los que hay que sumar una infinidad de lagos, torrentes y cascadas que, definitivamente, hacen del entorno uno de los escenarios más bellos no solo de España, sino de Europa.
Uno de los itinerarios clásicos que permiten disfrutar de unas vistas maravillosas sobre los valles que rodean el Estany de Sant Maurici es la ruta hacia las Agulles d’Amiges, de aproximadamente dos horas de duración, y que permite poder visitar el espectáculo natural que son las zonas lacustres de Ratera, donde la dificultad para llegar es baja, y Amitge, donde es más moderada. A partir del Refugio de Amitges se pueden realizar numerosas ascensiones, aunque éstas ya están reservadas a montañeros con experiencia. El acceso se realiza desde Espot por la carretera de Sant Maurici hasta el aparcamiento del Prat de Pierró, y después por el itinerario 1 hasta la caseta de información del estany. La ruta supera un desnivel de 480 metros -de los 1910 a 2390.
Camino Schmidt
No imaginó el austriaco Eduardo Schmidt, socio nº 13 de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, cuando en 1926 señalizó la ruta para enlazar el Puerto de Navacerrada con el Chalé de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, albergue situado en el Valle de la Fuenfría, en el municipio de Cercedilla, que su camino se convertiría en una de las rutas de montaña más tradicionales de la Comunidad de Madrid (aunque paradójicamente la mayor parte de su recorrido transcurre por la provincia de Segovia).
El Camino Schmidt es una sencilla ruta lineal a pie de seis kilómetros y medio y 140 metros de desnivel que discurre por la ladera norte del macizo montañoso de Siete Picos, y recorre una de las masas boscosas mejor conservadas de pino silvestre del Sistema Central.
La Ruta del Cares
El Parque Nacional de los Picos de Europa tiene muchas maravillas que descubrir, y la ruta de la garganta del río Cares es una de las más espectaculares que se pueden disfrutar, y además al alcance de todos. Basta para ello tan solo cumplir unas medidas de seguridad básicas, aunque no es recomendable para niños menores de 12 años. Once kilómetros -veintidós para los más osados- ya que la ruta no es circular-, de puentes, grutas y senderos esculpidos en la roca, y cuyo origen se remonta a la construcción del paso que se abrió para el mantenimiento del canal de alimentación de la central hidroeléctrica de Camarmeña-Poncebos.
Valle de Benasque
El oscense Valle de Benasque es un auténtico paraíso para la práctica del turismo activo, y el montañismo no es una excepción, con varias rutas poco exigentes. El Paseo al Ibón de Villamuerta es fácil de hacer, y la meta no puede ser más espectacular: un lago de origen glaciar. Tiene una duración de media hora (ida y la vuelta). Otra ruta de especial interés es el Sendero Botánico. Circular y de corto recorrido, con un desnivel de 130 metros, es totalmente apto para hacer con los pequeños, que además, aprenderán curiosidades sobre las especies vegetales gracias a la interpretación de las mismas situada a lo largo de todo el recorrido.
El trayecto transcurre por un paisaje virgen, acompañado del sonido continuo del río y las espectaculares cascadas Gorgas de Alba. Una ruta fácil y amena para pasar un buen rato en familia. Otra ruta, la del embalse de Llinsoles, se puede hacer hasta con el carrito del bebé. En bici o a pie, las vistas merecen el paseo. Por último, la del Forau de Aigualluts, que si bien no es la más sencilla, es una excursión amena, con subidas y zonas más llanas. Durante el trayecto es fácil ver marmotas y otros animales, así como observar flora única y las nieves perpetuas del Aneto. El broche final es insuperable: el “Forau”, una espectacular sima a donde van a parar, en forma de cascadas, aguas del deshielo de los glaciares, y que discurren por un canal subterráneo de 4 kilómetros hasta desembocar en el vecino valle de Arán.