Tu Gran Viaje para Innsbruck Tourismus

Con una escena cultural, gastronómica y de ocio de primera clase, Innsbruck (que significa “Puente sobre el Inn)”, la capital de los Alpes austriacos, es una de las “pequeñas grandes ciudades” más irresistibles de Europa. Un destino irresistible de escapada cuyos secretos y estímulos viajeros queremos que descubras en Tu Gran Viaje a Innsbruck.

Enclavada en un escenario de película -el corazón de los Alpes austriacos, al sudoste de Austria- y con una posición geográfica envidiable, con la Baviera alemana y Bolzano, el Südtirol italiano, a un paso, Innsbruck, la capital de los Alpes austriacos, se mira guapa a rabiar en en las aguas del caudaloso río que la baña y da nombre, el Inn.

Su estilo de vida, que conjuga la eficiencia centroeuropea con el carácter más hedonista de sus vecinos del sur y, sobre todo, una naturaleza arrolladoramente bella y disfrutable, hacen de la bucólica Innsbruck un destino ideal para una escapada de fin de semana. Un viaje intenso y repleto de estímulos viajeros para el que esta Guía te va a venir de película. Toma nota, ¡y vive a tope Tu Gran Viaje a Innsbruck!

 

 

Viernes por la tarde: Maria-Theresien-Straße, el escaparate de Innsbruck

Recorrer Maria-Theresien-Straße es sumergirse en una experiencia única: desde pasear tranquilamente y disfrutar de sus tiendas hasta relajarse en un café al aire libre y maravillarse con la majestuosidad de sus edificios barrocos o, desde luego, contemplar en primera fila el espectáculo de la vida cotidiana desfilando por la arteria principal de la ciudad.

La columna blanca y dorada de Santa Ana se alza orgullosa, y, más al sur, el Arco del Triunfo marca el inicio de la avenida, que tuvo su origen hace siete siglos como un modesto enclave de granjas en la “nueva” parte de la ciudad, mientras que el centro urbano estaba protegido por un imponente muro medieval. Con el tiempo, nobles y aristócratas se instalaron en la zona, convirtiendo antiguas residencias en magníficos palacios barrocos, como el Palacio Gumpp, ahora sede parlamentaria, o el Palacio Trapp, con su patio interior y café.

 

© Innsbruck Tourismus / Christof Lackner

 

Además, la calle es el lugar ideal para realizar compras. Las firmas más prestigiosas de moda y lujo tienen sus establecimientos en ella, y además, hay dos grandes centros comerciales: los grandes almacenes Kaufhaus Tyrol y las galerías comerciales Rathausgalerien, que no solo destacan por su oferta de compras: su diseño corrió a cargo del prestigioso arquitecto francés Dominique Perrault (y nada menos también que Daniel Buren y Peter Kogel firmarían respectivamente la cúpula de vidrio sobre el patio y la fachada de cristal de la torre). Precisamente, en lo alto de Rathausgalerien hay un lugar ideal para disfrutar de una cena y un cóctel contemplando las panorámicas de la ciudad, el café – restaurante Lichtblick.

 

 

Sábado por la mañana: los 2.657 wows del Tejadillo de Oro y las otras joyas del centro histórico de Innsbruck

Tras un reparador desayuno en cualquiera de los preciosos cafés de Innsbruck, hay que pasear por el centro de histórico de la ciudad, un auténtico joyero de arquitectura medieval y barroca que, además de una colección fabulosa de patrimonio arquitectónico y monumental, tiene una no menos excelente oferta de cafés, restaurantes y locales con encanto ideales para hacer una parada y reponer fuerzas.

 

© Innsbruck Tourismus / Kathrin Baumann

 

El mejor lugar para comenzar una visita por Innsbruck es ante su monumento más famoso, el célebre Tejadillo de Oro, símbolo de la ciudad. El mayor icono de la ciudad fue mandado construir el emperador Maximiliano I entre entre 1497 y 1500, y con sus 2.657 tejas de cobre dorado y su exquisita decoración de frescos y relieves, mantiene intacto su magnetismo desde hace siglos: la mejor prueba, los incontables selfies que los viajeros se toman ante él. 

 

Innsbruck Tourismus / Mario Webhofer

 

Pero la mejor manera de contemplar el refulgir de sus azulejos dorados -y, por ende, de los tejados medievales de la Ciudad Vieja y de los Alpes que embellecen la panorámica- es desde lo alto de la Torre de la Ciudad. Al mirador, que se eleva 31 metros sobre el nivel de la calle, se asciende subiendo 133 escalones: ¡no hay mejor modo de hacer cardio!

 

© Innsbruck Tourismus / Christof Lackner

 

Otro gran icono arquitectónico de Innsbruck es el Holfbug, el Palacio Imperial de Innsbruck, también construido en el siglo XV bajo el mandato del emperador Maximiliano I, ha sido residencia de varios monarcas y, su arquitectura es simplemente espectacular, aunando elementos góticos, renacentistas y barrocos: la Sala de los Gigantes y la Sala de los Vencedores, imponentemente decoradas, parecen extraídas de un cuento de hadas. Las obras de arte expuestas reflejan la riqueza de la historia -y también la prosperidad- que definió a Innsbruck durante su época como una de las ciudades imperiales de la Dinastía de los Habsburgo.

 

Palacio Imperial. © Innsbruck Tourismus / Christian Vorhofer
Palacio Imperial. © Innsbruck Tourismus / Christian Vorhofer

 

Y ningún paseo por el centro de Innsbruck estaría completo sin dedicarle tiempo a visitar la Catedral de Santiago, un precioso templo barroco construido en el siglo XVIII y que alberga joyas como la obra de arte María Hilft, o la tumba de bronce del archiduque Maximiliano III, la casa Helblinghaus -una imponente vivienda barroca de grandísima belleza que destaca entre el panorama medieval que la rodea- o a la Iglesia de la Corte, con sus 28 figuras de bronce de tamaño sobrenatural rodeando el cenotafio del emperador Maximiliano I, una de las tumbas imperiales más espléndidas de toda Europa.

Sábado al mediodía: entre museos

La Marktplatz es el otro corazón de la ciudad. En esta plaza centenaria abundan las propuestas para degustar la sabrosa gastronomía tirolesa. A un paso espera una de las propuestas más recomendables para hacerlo es el legendario Goldener Adler (Herzog-Friedrich-Strasse 6, https://www.goldeneradler.com/es/), uno de los restaurantes más antiguos del Europa, que lleva sirviendo la más excelente cocina típica del Tirol desde nada menos que 1390.

 

Altstadt Innsbruck. © Innsbruck Tourismus / Christof Lackner

 

La sobremesa es ideal para pasarla visitando los museos de Innsbruck. El Museo Nacional del Tirol (Museumstraße 15) nos descubre la historia de la región desde la Prehistoria hasta nuestros días. El Museo de Arte Popular del Tirol (Universitätsstraße 2) repasan la historia, pero desde la tradición: artesanías, oficios rurales, belenes, herramientas…

En el Museo de los Cazadores Imperiales (Bergisel 1-2), además de las excelentes colecciones y exposiciones temporales sobre la historia militar del Tirol, aguarda el Tirol Panorama, una pintura panorámica de 1.000 metros cuadrados de 1896 que ofrece una visión de 360° de las batallas contra los ejércitos bávaros y franceses. Y, a unos 15 kilómetros de la ciudad, está el museo más famoso de Innsbruck, Los Mundos de Cristal Swarovski, accesibles directamente en lanzadera. Destacan por su famoso gigante y las 18 Cámaras de las Maravillas, con destacados como Silent Light y The Art of Performance.

Otra joya palaciega de Innsbruck nos espera al sur de la ciudad, a solo unos tres kilómetros. Se trata del castillo de Ambras, un magnífico palacio renacentista construido por el Archiduque Fernando II para su esposa, Philippine Welser. Con su hermoso jardín y sus impresionantes colecciones de arte -presumen los tirolenses de que este es el museo más antiguo del mundo- y toda la magnificencia del Renacimiento tirolés brlla en la Sala Española, con su artesonado dorado.

 

Castillo de Ambras © Innsbruck Tourismus / Christof Lackner

 

Sábado por la tarde: tocando el cielo con los dedos

En Innsbruck, la majestuosa estampa de los Alpes está presente en todo momento: al doblar cualquier esquina del centro histórico, al pasear por la ribera del Inn… En ninguna otra ciudad europea de tamaño similar se encuentran tan cerca la vibrante vida urbana y la serenidad de la alta montaña.

 

Bergisel Ski Jump © Innsbruck Tourismus / Christof Lackner

 

Aquí es posible saborear un café espresso con un delicioso apfelstrudel en un precioso café del centro histórico y, en apenas media hora, maravillarse ante la majestuosidad de los Alpes a 2.300 metros de altura, rodeado de naturaleza pura, gracias a los funiculares Nordkettenbahnen, que conectan el centro de la ciudad con la con la imponente cordillera Nordkette, puerta de entrada a las montañas de Karwendel.

 

Nordkettenbahn| © Innsbruck Tourismus / Tom Bause

 

Estos funiculares también son notables por su destacada arquitectura. Particularmente impresionante es el moderno Hungerburgbahn, diseñado por la aclamada arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, quien se inspiró en los paisajes de nieve y hielo de la región, este funicular destaca por su estética futurista. Las estaciones, elegantemente curvadas, evocan las formas de hielo de los glaciares, recordando así la influencia de la naturaleza en su diseño.

Domingo por la mañana: pura magia

En Wattens, a unos 15 kilómetros al este de Innsbruck, espera un reino mágico tanto para jóvenes como para mayores: los Mundos de Cristal de Swarovski. Custodiados por un gigante que escupe agua, aquí aguardan las 18 Cámaras de Maravillas, espectacularmente escenificadas por artistas internacionales.

 

© Innsbruck Tourismus

La magia continúa en los jardines artísticamente diseñados, donde una nube de cristal adornada con 800.000 piedras se refleja mágicamente en las aguas negras. Los pequeños de la casa se divertirán sin duda en el laberinto, en el parque infantil y en la torre de juegos. Además, se pueden adquirir accesorios brillantes y delicadas figuritas en la tienda de Swarovski Crystal Worlds en el casco antiguo de Innsbruck.

 

Kristalldom Swarovski © Swarovski

 

Domingo al mediodía: el icono más futurista de Innsbruck

Y, para terminar nuestra escapada a Innsbruck, no podemos dejar de visitar el icono más transgresor de la ciudad: el trampolín de Salto en el Bergisel, considerado el más moderno del mundo. Es una auténtica obra maestra de la arquitecta anglo-iraní Zaha Hadid, que se construyó en 2001 en el mismo lugar donde estaba el primer trampolín de salto de la ciudad, que albergó las Olimpiadas de Invierno en 1964 y en 1976.

 

© Innsbruck Tourismus / Erwin Haiden

 

La mejor manera de visitar Innsbruck: la Innsbruck Card

Las visitas obligadas de Innsbruck son especialmente fáciles de explorar con una tarjeta en particular: la Innsbruck Card. Válida para periodos de 24, 48 o 72 horas, la Innsbruck Card incluye la entrada a 22 lugares de interés y museos.

También ofrece uso gratuito del transporte público de Innsbruck (servicios IVB), el Hop-on Hop-off Bus Sightseer Innsbruck, así como tres horas de alquiler de bicicletas. E incluso es válida el Swarovski Crystal Worlds Shuttle!

Y como una visita a Innsbruck es difícilmente imaginable sin una aventura en la montaña, la Innsbruck Card incluye un ascenso y un descenso en los funiculares y teleféricos Nordkettenbahnen y Patscherkofelbahn. Más información, en www.innsbruck.info/innsbruckcard