Linz se extiende a las orillas del Danubio como pocas otras ciudades austriacas. La Capital Cultural de Europa invita en 2014 y en 2015 tanto a sus habitantes como a los visitantes a descubrir la ciudad desde el agua.




En 2014 se conmemoran dos grandes sucesos históricos que están profundamente arraigados en la historia de la región del Danubio: en 1914, con la I Guerra Mundial, comenzó el desmorona­miento de la monarquía del Danubio con todas sus dramáticas consecuencias. La otra conme­moración de 2014 es más esperanzadora y radica en 1989, cuando se abrió el Telón de Acero y muchas de las fronteras del Danubio volvieron a ser transitables. En 2014 hace un cuarto de siglo de ello. Entretanto, las personas que viven a orillas del Danubio se han aproximado más que nunca. A ello ha intentado contribuir Linz, como ciudad de la paz, comprometiéndose internacio­nalmente.




Linz tiene muchas razones históricas para ser una ciudad de la paz y también tiene una obligación histórica. Porque Hitler pasó su juventud en Linz y tenía grandes proyectos para ella como ciudad cultural del Reich. El hecho de que en su mayor parte se quedara en las intenciones fue uno de los lances de fortuna en la historia de la ciudad.




Linz cuida de la alegría de vivir y de la cultura, algo que resulta especialmente evidente en el Danubio. El Danubio es un escenario vital de Linz en el que se da prioridad a la ralentización y a estar en camino con calma. Todos los años desembarcan en Linz más de 40.000 viajeros que vienen en cruceros de río y otros 70.000 ciclistas llegan a la ciudad por el carril de bicicletas a lo largo del Danubio, que en 2014 celebra su 30° aniversario.