Orinar, tres pesetas


Bide en Londres

Uno de los problemas que tenemos los trotamundos que disfrutamos de incontinencia urinaria y bebemos cerveza es buscar un sitio o “rinconcito”, ¡ándele!, para evacuar aquí y acullá. No siempre es fácil. En muchos bares y restaurantes del mundo no dejan y cuelgan el letrerito de marras “solo para los clientes”…

Siempre fueron muy socorridas las cadenas de comida rápida del tipo Burger King o McDonald’s hasta que en muchas ciudades, afortunadamente a no todas, les dio por poner una clave en la puerta: “si no consumes, no meas”. En Hispanoamérica se puede orinar en infinidad de lugares, pero pagando una pequeña cantidad; eso sí, te dan un poco de papel higiénico. De hecho, en el continente hermano muchas familias viven de regentar WC’s, como la familia de Cassen en la película Plácido del genial Berlanga.

Está claro que los mejores WC’s del mundo son los japoneses, tan famosos, técnicos y complicados de manejar para un occidental no avezado, y los peores sin duda los turcos, en los que había que defecar directamente y templando el equilibrio sobre un agujero rebozado de “deshecho humano”; actualmente, los mingitorios turcos se han modernizado bastante, y muchos de ellos están más limpios que una patena.

 

Bide en Londres

 

De los WC’s de los autobuses de largo recorrido es mejor no hablar, siempre tan sucios y con tanto olor a humanidad. Recuerdo hace treinta años haber estado en la iglesia de Callosa de Segura, donde en uno de sus laterales sin duda hubo un aliviadero histórico porque en la fachada se leía en vieja letras de molde “Orinar 3 pts”. La foto debe estar en la Fundación Cela de Iria Flavia porque se la regalé a don Camilo.

Recientemente, en una iglesia de Londres, un cartel recordaba que los templos, aunque sean protestantes, no son los lugares más adecuados para echar lastre -recordemos que en las mezquitas sí puede uno descargar. Tal vez el bidé más bonito que he visto en mi andar y ver es uno que se mostraba en un escaparate de Londres, muy cerca de la tienda de diseño de moda de Stella, la hija de Paul McCartney. El váter más limpio que he visto en mi vida era el del Hermitage de San Petersburgo en los años de la perestroika, ya ha bajado un poco el nivel.

 

Cartel en iglesia de Londres

 

Muchas veces lo peor no es orinar, sino hacerlo con faltas de ortografía. Por ejemplo, a la vera del restaurante Río Bravo, embarcadero de Río Dulce, está “Prohivido Horinar” (2002); y también en Zunil se prohive horinar; eso sí, si te pillan la multa es una menudencia. Precisamente en Guatemala, en las montañas, en Nebaj, está uno de los mingitorios más graciosos del mundo: los “Sanitarios El Alivio” cuyo lema no puede ser más reconfortante: ¡Ah!, qué rico siéntelo usted mismo (2010). En otra ocasión volveremos a Tu Gran Viaje con más madera y aportaciones sobre este escatológico tema del orinar, que da mucho más de sí de lo que podemos imaginar, especialmente cuando se viaja.