Todo indica que la estancia de Bob Dylan en Formentera pudo ser una leyenda urbana que infinidad de medios se han encargado de asentar y dar por buena…
Formentera reunía en los sesenta todas las condiciones para que Dylan fuera por allí, por eso el rumor de su paso por la isla jipi prendió rápido en la yesca. En realidad estuvo centrado en la composición de su nuevo álbum en dos casas de Woodstock y en Nashville. ¿Quién era aquel personaje con el que el político y catedrático Pío Tur jugó al ajedrez en la Fonda Pepe de Formentera?
Ni Picasso, ni Hemingway, ni siquiera, Robert Allen Zimmerman, más conocido como Bob Dylan ((Duluth, Minnesota, 1941), estuvieron en Mallorca, Ibiza o Formentera. Emilio Lledó, el helenista, filósofo y Premio Príncipe de Asturias que contribuyó desde Barcelona a fundar la UIB, forjó hace años su teoría del ruido histórico: es decir, un rumor se va asentado hasta que al final se convierte en una verdad como un templo. Eso es precisamente lo que pasa, probablemente, con la supuesta estancia de Bob Dylan en Formentera. Dylan ya entonces era muy famoso: acababa de cantar en el Albert Concert Hall, tenía 26 años. La rumorología dice que se alojó en un molino de La Mola, en Formentera, el verano de 1967. Climent Picornell, profesor de Geografía de la UIB que ahora anda por Irlanda, ya se encargó en 2009 de hacer sus pesquisas y de desfacer ese entuerto o por lo menos de sembrar una duda más que razonable y razonada (véase su excelente artículo sobre la estancia de Dylan en la isla Pitiusa.
La rumorología sobre la presencia de Dylan en Formentera
El hilo de Ariadna que termina en Formentera es el siguiente: en 1966 el cantante estadounidenses tuvo un accidente de moto muy grave y estuvo los dos años siguientes recuperándose, más parece que más bien estuvo más bien escondido en Estados Unidos que en Formentera: ¿pasó en la isla unas semanas por consejo del escritor Ginsberg? ¿hizo un viaje tan largo, tras un accidente grave, para esta solo unos pocos días en Formentera? Casualidades de la vida, Robert Lewis Baldon también tuvo un accidente de moto grave, casi a la par que el de Dylan, pero éste sí se instaló en Formentera donde fue formando en su casa una biblioteca internacional precisamente en 1967, el año supuesto en que Dylan llegó a la isla, otra casualidad, Dylan iba a la biblioteca de Baldon a buscar libros para inspirarse. Lo del accidente de moto del autor del norteamericano está confirmado, pero hay biógrafos dylanianos que piensan que la gravedad del mismo se la inventó para retirarse de la palestra pública y poder componer cosas nuevas que no lo encasillaran. Otros dicen que su médico le aconsejó que se retirará un tiempo de la escena y se recuperara bien.
No hay ninguna foto del actual Nobel de Literatura en Formentera ni ninguna prueba pericial, salvo las repetidas declaraciones del que luego sería catedrático y político del PP, y excelente persona a quien tuve la suerte de conocer, Pío Tur Mayans que estuvo jugando al ajedrez en la Fonda Pepe de Formentera. El profesor Tur murió en 2009 y sólo él sabe y Baldon, que también murió hace unos años, saben a ciencia cierta si Dylan estuvo o no en Formentera. El secreto se lo llevaron a la tumba. Pío Tur era un hombre muy correcto y de palabra, no tenía ningún motivo para inventarse la historia o tal vez confundió a otro con Dylan, nunca lo sabremos.
¿Qué hizo Dylan aquel 1967?
En realidad, Dylan en vez de estar en Formentera estuvo encerrado con un grupo de músicos (Charlie McCoy, Kenny Buttrey y Pete Drake) en varias casas de Woodstock (Nueva York) componiendo y grabando una ingente cantidad de material, gran parte del cual circuló después ilegalmente. Durante los últimos dos meses de 1967, se fue a Nashville para seguir trabajando en grabaciones. El resultado de su eremitismo frenético fue su octavo álbum, que salió al mercado en diciembre de 1967, supuestamente cuatro meses después de estar en Formentera, el famosísimo disco John Wesley Harding con una temática en la que no se detecta nada de la isla pitiusa, aunque se ha dicho que está basado en libros que, supuestamente, le habría dejado Baldon en Formentera, como algunas obras de San Agustín (que deberíamos buscar en el legado de libros que Bob Baldon dejó al Consell Insular de Formentera).
En 1968 un escritor del olfato periodístico de Antoni Serra estuvo en Formentera para escribir un artículo para la revista Destino sobre los jipis y en el mismo no aparece ni una sola referencia a la estancia tan reciente entonces de Dylan. Por si fuera poco hay quien da por hecho que el cantante de Minnesota estuvo entre las cabras, en Es Vedrà, islote que le sirvió de inspiración para alguna de sus composiciones que se desconocen, claro. La leyenda urbana no tiene límite. Otro Nobel de Literatura que casi seguro no estuvo en Ibiza fue Cela, que escribió un prólogo a un libro de fotografías de Melbe Levick, que vivía en Formentera en 1968, pero fue Mallorca a pedirle a este otro Nobel de Literatura que le escribiera el prólogo. Si Dylan estuvo o no en Formentera es lo de menos, lo importante es que hay un cordón umbilical real o imaginario que los une: o fue verdad esa estancia o fue literatura, las dos cosas nos valen. Tampoco Julio Verne estuvo en Formentera, y en Mallorca y nos dejó dos de las descripciones más impresionantes y detalladas que tenemos de ambas islas.
Formentera no aparece en las biografías canónicas sobre Dylan
Todas las biografías importantes sobre Dylan coinciden en que en 1967 (año en que supuestamente estuvo en Formentera), Dylan se encerró a cal y canto en varias casas grabando discos con su banda o componiendo. Formentera no aparece, ni siquiera mencionada, en las siguientes biografías canónicas sobre Dylan: la de Andy Grill (Desde Bob Dylan hasta Nashville Skyline), Paul Williams (Bob Dylan años de juventud), Brian Southall (Los tesoros de Bob Dylan). Y la de Manuel López Roy que también trata aspectos de Dylan en España y nada dice del paso del cantautor por Formentera.
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