En la región francesa de Occitania, entre los valles del Lot y la Dordoña, se alza el Château de la Treyne, un castillo del siglo XIV convertido en hotel de lujo y miembro de la red Relais & Châteaux.
Suspendido sobre un escarpe rocoso frente al río Dordoña y rodeado de 300 hectáreas de parque y bosque privado, el Château de la Treyne encarna el verdadero art de vivre francés: un equilibrio perfecto entre historia viva, naturaleza serena y alta gastronomía, donde cada detalle está pensado para celebrar la satisfacción en los placeres cotidianos y la calidad de la experiencia.
Su ubicación estratégica lo convierte en una escapada accesible desde el norte de España. Desde San Sebastián, apenas cuatro horas y media en coche bastan para llegar a Lacave, en el departamento de Lot. Barcelona queda a seis horas por carretera y el aeropuerto de Toulouse, a poco más de hora y media.
Un castillo con ocho siglos de historia
El Château de la Treyne aparece documentado en 1342. Su historia refleja la evolución de la nobleza del suroeste francés: de bastión defensivo medieval a refugio artístico y, hoy, a hotel de excelencia. Destruido en 1586 durante las Guerras de Religión, fue reconstruido bajo Luis XIII y más tarde convertido en residencia aristocrática. En 1945 incluso albergó obras del Louvre, entre ellas la célebre escultura del Escriba Sentado.
Desde 1982 pertenece a la familia Gombert, que lo restauró respetando su herencia y lo abrió como hotel en 1985. Tres años después se integró en Relais & Châteaux, sello de garantía para quienes buscan experiencias exclusivas en alojamientos con identidad histórica.
Habitaciones con carácter y entorno natural privilegiado
El hotel dispone de 18 habitaciones y suites, cada una con un estilo propio que combina mobiliario de época, textiles refinados y comodidades contemporáneas. Desde sus ventanales, el paisaje domina el Dordoña, los jardines geométricos diseñados por Edouard André o el bosque de los Causses del Quercy.
El entorno del castillo es un valor añadido a la experiencia de viaje con paseos entre robles truferos, rutas que bordean el acantilado con vistas al valle y un huerto ecológico que abastece la cocina del castillo, mientras la finca produce miel y huevos, combinando sostenibilidad y lujo.
Gastronomía con estrella Michelin
La cocina del Château de la Treyne es uno de sus grandes reclamos. Desde 2001, el restaurante dirigido por el chef Stéphane Andrieux ostenta una estrella Michelin. La propuesta combina técnica clásica francesa y productos locales de temporada: foie gras de pato, cordero de Quercy, trufa negra o bogavante azul del Atlántico.
Los espacios gastronómicos son tan relevantes como la cocina, con el Gran Salón Luis XIII y su chimenea monumental, el Green Lounge, íntimo y familiar, o la terraza junto al río, donde las cenas se convierten en un espectáculo natural.
Un destino familiar y dog-friendly
A diferencia de otros hoteles de lujo, La Treyne es dog-friendly y está orientado a familias. Los niños reciben un kit de bienvenida y menús adaptados, mientras que los perros son admitidos sin coste adicional. En los alrededores, las cuevas de Lascaux, el Gouffre de Padirac o la Forêt des Singes completan la experiencia cultural y natural.