Lavandas, lirios, girasoles, tulipanes o dalias son algunas de las flores que tiñen de color los campos de la isla de Hokkaido, formando un impresionante mosaico visual único en el mundo y que se convierte en otra de las mil razones para viajar a Japón.
Furano, epicentro floral japonés
La localidad por excelencia de este fenómeno de la naturaleza se encuentra junto al río Sorachi, en pleno centro de Hokkaido: Furano. Las vistas de las colinas ondulantes que conducen al monte Tokachi bañadas por los colores del arco iris forman un marco de belleza incalculable que se puede disfrutar durante todo el año.
Famosa por sus campos de lavanda, Lavender-no-Mori, que se pueden ver desde las alturas a través de un viaje en globo aerostático, Furano también es hogar de humedales y tierras altas que albergan flores únicas que no se encuentran en ningún otro lugar.
Lo mejor para descubrirlo es adentrarse en alguna de sus rutas de senderismo. Para llegar hasta estos campos de flores de Nakafurano lo mejor opción es el coche o el servicio de autobús público que circula hasta allí.
Granja Tomita, la primera abierta al turismo
Sin salir de esta localidad se encuentra la Granja Tomita, la primera granja de lavanda que abrió sus puertas al público. Con origen en 1958, los campos lilas de Tomita son uno de los lugares más fotografiados de Hokkaido. Sus suaves colinas, perfectamente ordenadas, perfuman el ambiente con aromas relajantes que provienen de las cuatro variedades de lavanda que se cultivan en sus tierras: Hanamoiwa, Okamurasaki, Yotei y Noushihayazaki, esta última con una tonalidad morada más oscura que las anteriores.
A solo hora y media de Asahikawa y 2 horas de Sapporo, los visitantes podrán degustar su famoso helado sabor lavanda o participar en talleres de destilería y perfume para conocer el proceso de fabricación del aceite de esta flor.
Shikisai no Oka
Tulipanes, girasoles, anémonas o lupinos forman el exuberante jardín Shikisai no Oka, ubicado en las colinas onduladas de Biei. Por tierra en el bus-tractor Shikisai Norokko o por aire en globo aerostático, la panorámica de esta vasta extensión es un regalo para la vista de quiénes se acerquen a descubrirla. Una vez la visita finaliza, la granja sirve los productos locales de Hokkaido en su restaurante y puestos de comida.
Pueblo de girasoles de Hokuryu
A menos de dos horas de distancia de Biei, se encuentra Hokuryu, conocido como el pueblo de girasoles. Cada verano, las colinas de esta localidad de Hokkaido se llenan con más de un millón de estas plantas amarillas. Su ubicación a medio camino entre Asahikawa y Sapporo lo convierten en la parada ideal durante un viaje en coche por el campo.
Su ambiente relajado hace de la ciudad el lugar perfecto para pasear entre sus flores o, para los más atrevidos, adentrarse en el recorrido del laberinto de girasoles gigantes. El helado con sabor a girasol o las semillas de la planta tostadas son también un imprescindible en la visita a Hokuryu.
Otro lugar de interés por sus campos de girasoles se encuentra en Nayoro, al norte de la isla, donde cada verano florecen hasta seis millones de estas plantas. Los campos de colza de Takikawa, el parque de shibazakura de Takinoue o el monte Esan, conocido por sus plantas alpinas que en verano crean una explosión de colores rojizos al pie de la montaña, son otros de los puntos donde la explosión de colores crea una estampa única.