Alentejo, el paraíso más allá del Tajo


Tierra infinita de encinares y alcornoques, pueblos y ciudades amuralladas en las que se repite el eco del tañer de las campanas y huele a pan recién hecho, y allí, donde se pone el sol, algunas de las mejores playas de Europa… Viajar al Alentejo es hacerlo un paraíso cercano que tienes que conocer ya: y no te perdonarás el no haberlo hecho antes.




Cantada por poetas, amada por quienes la visitan, a la inmensa región de Alentejo -ocupa la tercera parte de Portugal- le sobran las razones para poner rumbo a ella en cualquier momento del año. Con pueblos en los que resuena la historia y que son Patrimonio de la Humanidad, playas sacadas de un catálogo en las que se broncean las más conocidas celebrities internacionales, y una naturaleza de matices infinitos en la que caben desde el tramo de litoral mejor conservado de Europa al mayor lago del continente, viajar al Alentejo es hacerlo a un paraíso más allá del Tajo -eso quiere decir el nombre de la región -más allá (além) del Tajo (Tejo)- que está más cerca que nunca gracias a las ofertas de viajes al Alentejo de Logitravel.

 

 

Historia en cada rincón

El Alentejo es famosa por su riqueza arqueológica. La región está repleta de yacimientos megalíticos: el crónlech de Almendres, el anta de Melriça, el Parque Megalítico de Coureleiros, el menhir de Meada, o el Anta Grande do Tapadão, uno de los yacimientos más bellos y mejor conservados de todo el Alentejo, son los más destacados. Pero la Historia -así, con mayúsculas- nos ha dejado muchos escenarios repletos de sabor y, desde luego, únicos en el mundo. A un paso de la frontera con España, en el corazón del parque natural de la Sierra de Sâo Mamede, está Marvão, el “nido de las águilas”, una preciosa villa amurallada a la que el sobrenombre le viene de sus carácter heroico e inexpugnable, ganado desde su fundación, en el siglo VIII, por Ibn Marwan, que también fundó la cercana ciudad de Badajoz.

 

Castillo de Marvao. Foto CC 3.0 by GFreihalter | Postal desde el Alentejo | Tu Gran Viaje
Castillo de Marvao. Foto CC 3.0 by GFreihalter

 

Monsaraz con sus murallas, Santarém, Portalegre y Beja, o Castelo de Vide, con sus callejuelas alambicadas a la sombra del castillo, son villas de marcado carácter medieval en las que, al pasear por ellas, no cuesta imaginarse en pleno siglo XVI, y en las que se conservan en excelente estado sus antiguas juderías. La región atesora dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, dos auténticas joyas que no pueden faltar en ningún viaje al Alentejo: Évora y Elvás.

 

 

Évora es un cruce de pueblos, culturas y religiones que puede considerarse, con justicia, una de las poblaciones más bellas y monumentales de toda la península por lugares como el templo romano y las termas, su judería, la Catedral de Santa María, el convento de San Francisco y la increíble capilla de los Huesos -una cripta de finales del siglo XVI cuyas paredes y pilares están revestidas por más de cinco mil calaveras y millares de huesos que sus constructores, los frailes franciscanos del convento, rescataron de los cementerios de la ciudad con un único fin, hacernos reflexionar sobre lo frágil de la vida-, o la Galería de las Damas, un bello edificio de estilo manuelino que es lo único que se ha conservado del palacio del rey Don Manuel I. Elvás, por su parte, es un canto labrado en piedra que rinde homenaje a la gloria histórica de Portugal, que fue el imperio de los mares: la ciudad cuenta con el mayor conjunto de fortificaciones-baluarte del mundo, y en ella reina su icono, el acueducto de Amoreira, de 40 metros de altura.

 

 




Las playas más chic de Europa

Desde luego, Alentejo es también playas: desde el estuario del Sado arranca una línea de costa que, entre la punta de Tróia y el cabo de Sines, toma la forma de un continuo arenal, bautizado como Costa da Galé. Es una zona con excelentes condiciones para el surf y el bodyboard, como lo demuestran los aficionados de todo el mundo que hacen suyas las playas de Comporta, un pequeño núcleo del Alentejo Litoral que ha conquistado a la alta sociedad portuguesa y a celebrities nacionales e internacionales.




El azul de sus aguas y playas de arena fina, dejan enamorados a sus visitantes. Entre las playas que más destacan son la de Comporta, Pego y Carvalhal, que no son sólo un reclamo para quienes buscan los rayos del sol sino también para los amantes del surf, y para famosos de todo tipo, desde estrellas del deporte a celebrities del mundo del espectáculo.

 

Troia y Comporta, las mejores playas del Alentejo | Tu Gran Viaje
© Turismo de Alentejo

 

Escenarios naturales de fábula

En el Alentejo se encuentran, también, monumentos naturales como el Lago de Alqueva, el embalse más grande de Europa, con 85 kilómetros de largo y casi 200 kilómetros cuadrados de extensión, donde es posible alquilar un barco-casa. Sus orillas son uno de los ecosistemas de bosque mediterráneo mejor conservados de la península ibérica, adornadas de millares de olivos, alcornoques y encinas.

 

 

Otro de los escenarios naturales alentejanos sin igual en el mundo es el parque natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina, que corre paralelo a la costa atlántica. Salpicado de playas, acantilados, estuarios y pueblos de pescadores en los que el tiempo parece haberse detenido, una manera estupenda de disfrutar de los parajes es siguiendo la ruta Vicentina, un sendero que transcurre paralelo al océano. Con 340 Km. de longitud, este itinerario formado por la ruta del Camino Histórico -un itinerario rural de 230 kilómetros, compuesto por 12 etapas, comienza en Santiago do Cacém y termina en el cabo de San Vicente- y por el Sendero de los Pescadores, que transcurre siempre junto al mar por caminos de acceso a playas y embarcaciones, a lo largo de 111 Km., entre Porto Covo y Odeceixe, y que, aunque exigente en algunos tramos, está enmarcado por algunos de los acantilados más altos e impresionantes de Europa, y playas y arenales en los que sentirse como si el mundo acabara de crearse.

 

 

Así es el Alentejo: mágico, único, Portugal en estado puro. “Alentejo, Alentejo/inmensidad de Portugal (…) Tierra labrada que veo/ser mar pero sin tener sal”, le dijo el gran escritor Manuel Torga: y no hay mejor manera de sentirlo en primera persona que en una ruta en coche con la mejor compañía: la de Logitravel.